Agencias, Ciudad de México.- Hay dos términos que suenan en demasía al iniciar los entrenamientos primaverales de las Grandes Ligas: incertidumbre y paciencia.

Incertidumbre porque esa ha sido la constante del béisbol durante el último año, con una nueva temporada en medio de una pandemia de coronavirus que sigue asolando Estados Unidos. El mejor ejemplo es que no fue hasta la semana pasada cuando se definieron los protocolos sanitarios para la apertura de los campamentos en Arizona y Florida.

Y la paciencia tal vez sea el recurso de mayor auxilio para improvisar por parte de los 30 equipos.

Fue lo que consignó Alex Cora, de vuelta como mánager de los Medias Rojas de Boston tras cumplir un año de suspensión por su papel en el escándalo de robos de señas de los Astros de Houston.

“Ahora soy más paciente de lo que era al final de la temporada 2019 por razones obvias”, dijo Cora, quien ganó con Boston el campeonato de la Serie Mundial de 2018. “Estas son las cartas que nos han dado”.

El piloto puertorriqueño es padre de un par de gemelos que tienen tres años, y como todo el mundo debió sobrellevar las circunstancias de los encierros por la pandemia en 2020.

“Creo que esas experiencias personales, fuera de la profesional, son las que me van ayudar a añadir la paciencia en lo que hice en el 2018 y 2019 y lo que estoy esperando para el 2021”, dijo.

También tiene una consigna para afrontar la nueva campaña: tratar de tomarlo lo más normal posible.

Para las Grandes Ligas, completar su temporada de 2020 precisó de un monumental esfuerzo, uno que implicó un cambio radical de sus reglamentos.

Se jugó en estadios desiertos, con constantes modificaciones a un abreviado calendario de 60 partidos que desembocó en un nuevo formato de los playoffs.

Más de un pelotero declinó competir, como los casos de David Price y Félix Hernández. La gran mayoría que lo hizo se sometió a una rutina de incesantes pruebas de diagnóstico.

“Fueron los 60 juegos más largos de mi vida”, comentó el pitcher Jon Lester.

Ahora tocarán disputar los 162, como siempre.

Es lo que también anhela Charlie Montoyo, el manager de los Azulejos de Toronto.

“Mi enfoque ahora mismo es poder comenzar a tiempo y jugar los 162 juegos”, dijo Montoyo.

Las nuevas residencias de peloteros siempre generan ruido.

Francisco Lindor fue transferido de Cleveland a los Mets de Nueva York. Nolan Arenado pasó de Colorado a San Luis. Los Dodgers de Los Ángeles, campeones de la Serie Mundial, robustecieron su rotación abridora con Trevor Bauer, el vigente Cy Young de la Liga Nacional. Los Padres de San Diego, rivales de división de los Dodgers, quieren subir a lo más alto y añadieron a Yu Darvish y Blake Snell a su rotación y complementar una ofensiva en la que destacan Fernando Tatis Jr. y Manny Machado. Los agentes libres George Springer y Marcus Semien firmaron con Toronto.

Hablando de los Azulejos, son un equipo en efervescencia por su camada de talento joven, comandada por vástagos de otroras estrellas, como Bo Bichette, Vladimir Guerrero Jr., Cavan Biggio y Lourdes Gurriel Jr.

Gracias a una camada de nuevos talentos, Toronto sorprendió en 2020 al aprovechar el cambio de formato para clasificarse a la postemporada.

Los Azulejos se congregarán en su campamento de Dunedin y esa localidad de Florida asoma como escenario de sus juegos en casa al iniciar la temporada regular debido a las restricciones de viaje impuestas en Canadá, incluyendo cuarentenas de 14 días para todo visitante internacional.

El gobierno de Canadá no otorgó una excepción a los Azulejos el año pasado, así que tuvieron mudarse en Buffalo, ciudad del estado de Nueva York, cerca de la frontera. No son la única franquicia canadiense en esta situación. Los Raptors de la NBA también se han establecido en Florida, en la arena del equipo de hockey de Tampa.

El caso de los Azulejos refleja cómo la pandemia marcará la temporada.

Grandes Ligas quiso demorar el día inaugural, pero la asociación de peloteros lo rechazó.

Se mantendrán las doble carteleras de siete innings y colocar corredores en segunda base en juegos que deban definirse en episodios extras. Fueron algunas de las variantes que se aplicaron al abreviar la pasada campaña, con el fin de reducir la carga de trabajo de los lanzadores.

No se permitirán los saludos de mano o comer semillas de girasol. Varios estadios abrirán sus puertas para recibir cantidades limitadas de espectadores, pero de momento no se podrán firmar autógrafos.

Pero no se repetirá el uso del bateador designado en la Liga Nacional. Tampoco se ha alcanzado un acuerdo para ampliar otra vez la postemporada. El pacto para incrementar los participantes de los playoffs en 2020, de 10 a 16 equipos, se aprobó justo antes del primer pitcheo del día inaugural. Algo podría darse en ese sentido antes del próximo 1 de abril.

Las relaciones entre MLB y el sindicato son tensas, lo cual avizora una tirante negociación cuando el actual contrato colectivo acabe el 1 de diciembre.

La buena noticia es que la incidencia de casos ha mermado. En Arizona cayeron de 14,000 en un día a menos de 2,000. Florida pasó de un pico de 19,000 a menos de 8,000.

De todas formas, MLB ha tomado medidas preventivas. Los equipos afincados en Florida no realizarán viajes de larga distancia.

Como Cora, AJ Hinch vuelve tras purgar una suspensión por el escándalo de señas en Houston. Hinch, despedido por los Astros tras ser suspendido, ahora está a cargo de los Tigres de Detroit.

El otro nuevo nuevo mánager es uno que tiene un sitio en el Salón de la Fama. Tony La Russa, que no dirigía desde 2011, ha tomado las riendas de los Medias Blancas de Chicago.

Un problema que no va a desaparecer será el de las reprogramación de juegos. Un total de 45 fueron pospuestos el año debido al virus.

Los peloteros repetirán un régimen de pruebas de COVID-19, tres o cuatro veces por semana.

“Fue algo que te dejó exhausto mentalmente”, dijo Lester.

Ahora les toca iniciar de nuevo.

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