Utopía/Por Eduardo Ibarra Aguirre/Ciudad de México.- Las detalladas explicaciones del presidente Andrés Manuel durante las mañaneras de la semana pasada, excepto la del viernes11, fueron muy ilustrativas y por ello suficientes para iniciar el desmontaje del discurso del autoengaño de los dirigentes de la coalición Va por México y su jefe de jefes, Claudio X. González Guajardo, y el enjambre de organismos civiles que administra con objetivos políticos.
Durante una de las más cortas reuniones para el “diálogo circular” entre López Obrados y los enviados de los medios de comunicación, fue escuchada una de las visiones presidenciales más estrechas y por ello excluyentes sobre el papel desempeñado por las capas medias en la jornada dominical y en particular en el retroceso de Morena en la Ciudad de México y que AMLO atribuye a la gran campaña de los conservadores en contra de la Cuarta Transformación y la falta de trabajo de su partido.
Lo hizo Obrador en demérito de otros factores: el desgaste natural que provocan 21 años de gobiernos capitalinos ajenos al PRIAN, el trágico accidente de la Línea 6 del Metro y la brutal campaña telefónica durante la veda electoral, la inseguridad en plena pandemia y las severas consecuencias económicas de ésta, la irritación de grupos feministas pacíficos y vandálicos por la insuficiente atención a sus legítimos y perentorios reclamos, en particular para abatir el feminicidio; la existencia de grupos con prácticas caciquiles y corruptas en Morena de la capital…
Para el tabasqueño de Tepetitan (Macuspana) “La clase media se dejó influenciar por la guerra sucia”. No le falta razón, sólo que la contienda electoral fue para disputar no sólo el sufragio sino la voluntad y hasta la conciencia, así sea temporal, de los electores. Dicho de otro modo, nadie “se deja” sino que una coalición fue más competente que la otra para convencer con buenas y malas maneras, como lo muestra el hecho de que empieza a tomar forma la exigencia del recuento de votos capitalinos bajo el argumento de votaciones atípicas, por ejemplo la obtenida por Margarita Zavala, experta junto a Felipe Calderón en prácticas fraudulentas como las empleadas en 2018 en el primer caso, y 2006 con el afamado Comandante Borolas (el que se ríe se lleva, presidente).
La tesis de López Obrador consiste en que la gente pobre “sí internalizó” el mensaje, “entendió mejor que ahora se combate la corrupción y las cosas han mejorado” porque antes no recibían nada, no eran tomados en cuenta y se les daba la espalda, “pero de repente empiezan a recibir dinero del presupuesto y a darse cuenta que otro México es posible y, ahí sí, por más guerra sucia que hubo, no pudieron”.
Para el presidente de todos los mexicanos y que necesita asumirse así con mayor frecuencia, “Ese es el cambio de mentalidad al que apostamos, esa es la revolución de las conciencias, pero de la clase media-media, media-alta, incluso con licenciatura, maestría y doctorado, no. Está muy difícil de convencer”.
Con la misma lógica presidencial podría interpretarse que para las capas medias en los últimos 2.5 años las “cosas (no) han mejorado” o no lo suficiente, “no eran tomados en cuenta y se les daba la espalda”, aunque más de 8.5 millones de adultos mayores recibimos la pensión universal. Y las becas para estudiantes no reparan en el perfil socioeconómico del beneficiario, como tampoco los servicios a cargo de la Secretaría de Salud y del Insabi. Pero aún son insuficientes para no pocos hombres y mujeres del mundo del trabajo y la cultura capitalinos.
Precisión de Moisés Edwin Barreda sobre el PVEM: “El decir de Octavio Rodríguez Araujo: “Estimado Eduardo: dices ‘Morena y sus aliados’. ¿Estás seguro que el Verde es aliado de Morena? Ahora sí me hiciste reír”, evidencia afán de molestar, pues el Verde sí, sí es aliado de Morena, aunque por circunstancias. Nadie duda que lo traicionará cuando le convenga”… Informa el diario Regeneración: “La revista EFE dio a conocer que en una entrevista con Kamala Harris, la mandataria indicó que pidió a los presidentes de Guatemala y México que permitan a las ONG y a la prensa hacer su trabajo. Sin embargo, unas horas después la representante norteamericana aclaró que sólo dialogó sobre el tema con Alejandro Giammattei” (11-VI-21)… La aclaración de la vicepresidenta no convenció a Carmen Aristegui porque obedeció a “razones diplomáticas”. Es un punto de vista respetable, pero la periodista lo hizo en medio de risas como si apostara porque se tensen las relaciones Estados Unidos-México… Es clara, desde siempre, la adhesión de la periodista a la geopolítica imperial de la Casa Blanca al justificar el draconiano bloqueo financiero y comercial a Venezuela con el argumento de la “dictadura de Maduro”, al que combaten con la designación desde Washington de Juan Guaidó como “presidente interino”… Todos los gobiernos de los países que no se subordinan a la hegemonía de EU son dictaduras para Washington.
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