Agencias/Ciudad de México.- La situación en Gaza es cada vez más crítica. Tras casi cuatro semanas de bombardeos israelíes en represalia por los ataques de Hamás, el enclave palestino se encuentra en una crisis humanitaria sin precedentes. Más de 9,000 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños, y más de 50,000 han resultado heridas, según las autoridades sanitarias de Gaza. Además, más de 300,000 personas se han visto desplazadas de sus hogares y se refugian en escuelas y mezquitas. La infraestructura básica de Gaza ha quedado devastada: el suministro de agua, electricidad, combustible y alimentos es escaso o inexistente, los hospitales están saturados y al borde del colapso, y los servicios de saneamiento y recogida de basura no funcionan.
Ante este panorama, un grupo de expertos de las Naciones Unidas ha lanzado una advertencia urgente sobre el riesgo de genocidio que corren los palestinos en Gaza. En un comunicado emitido el jueves, los siete relatores especiales de la ONU afirmaron que “el tiempo se está agotando para el pueblo palestino, que se encuentra en grave riesgo de genocidio” y pidieron un alto el fuego humanitario para garantizar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan. Los expertos denunciaron que los ataques israelíes son “absolutamente indiscriminados” y violan el derecho internacional humanitario y los derechos humanos. Asimismo, expresaron su preocupación por el uso de armas prohibidas, como las bombas de fósforo blanco, que causan quemaduras graves y daños irreversibles al medio ambiente.
El Tribunal Penal Internacional define el delito de genocidio como la intención específica de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso matando a sus miembros o por otros medios, incluidas medidas para impedir los nacimientos o el traslado forzoso de niños. Según los expertos de la ONU, los palestinos en Gaza cumplen con los criterios para ser considerados un grupo protegido por la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, y los ataques israelíes podrían constituir actos de genocidio.
Israel, por su parte, rechaza las acusaciones de genocidio y sostiene que su ofensiva militar tiene como objetivo legítimo defenderse de los ataques de Hamás, que ha lanzado más de 4,000 cohetes contra el territorio israelí desde el inicio de la guerra, causando la muerte de 12 personas y decenas de heridos. Israel acusa a Hamás de utilizar a los civiles como escudos humanos y de ocultar sus arsenales y lanzaderas en zonas residenciales, escuelas y hospitales. Israel también afirma que hace todo lo posible por minimizar las bajas civiles y que advierte a la población de Gaza antes de realizar los ataques.
Sin embargo, estas afirmaciones no convencen a la comunidad internacional, que ha condenado enérgicamente la desproporción y la brutalidad de la respuesta israelí. El Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea, el Papa Francisco, el secretario general de la Liga Árabe y numerosos líderes mundiales han pedido el cese inmediato de las hostilidades y el respeto al derecho internacional. Asimismo, se han organizado manifestaciones masivas en todo el mundo para expresar la solidaridad con el pueblo palestino y el rechazo a la ocupación y la agresión israelíes.
La solución al conflicto entre Israel y Palestina no es fácil ni rápida, pero es urgente y necesaria. Se requiere un diálogo político que aborde las causas profundas del problema, como el fin de la ocupación, el reconocimiento del Estado palestino, el respeto a las fronteras de 1967, el derecho al retorno de los refugiados y el estatus de Jerusalén. Mientras tanto, es imprescindible que se detenga la violencia y se proteja a la población civil de Gaza, que sufre las consecuencias de una guerra injusta e inhumana. Los palestinos en Gaza no pueden esperar más. Su vida y su dignidad están en juego.
Con información de: Yahoo