Agencias/Ciudad de México.- Los agricultores de la ciudad francesa de Burdeos, situada en el suroeste del país, protestan ante el deterioro del sector agrícola y de la vinicultura causado por la política de las autoridades, comunicó el sindicato francés Coordinación Rural.
“En los últimos 20 años una de cada cuatro granjas en Nueva Aquitania ha cerrado, el número de ganado ha disminuido en centenares de miles de cabezas y la vinicultura va desapareciendo. Exigimos el apoyo de los agricultores”, afirmó la presidenta del sindicato, Veronique Le Floc’h, en su discurso publicado en la red social X.
Los granjeros organizaron una protesta en el contexto de la reunión de consejeros regionales de Nueva Aquitania en Burdeos.
Según la emisora de radio France Bleu, las delegaciones de granjeros llegan a Burdeos de todos los rincones de la región, provocando atascos en las carreteras. Cuentan con ser recibidos por los diputados regionales.
La noche anterior, el sindicato organizó protestas cerca del edificio del consejo regional con la meta de “salvar a 60.000 granjas”. Unos centenares de agricultores y unos 60 tractores participaron en la protesta.
Los manifestantes bloquearon la entrada al edificio con vides arrancadas y estiércol, y por la madrugada echaron cerca de las barreras neumáticos y paja, tratando de prenderles fuego. Como resultado, la policía antidisturbios intervino y se vio obligada a usar gases lacrimógenos.
Francia vive ya varias semanas de protestas de los agricultores. Desde el 7 de marzo pasado, los manifestantes han bloqueado carreteras clave con tractores, pajares, o incluso con montículos de estiércol. Las carreteras están bloqueadas en los alrededores de ciudades importantes como Toulouse, Estrasburgo, Lyon y Burdeos.
La Federación Nacional de Sindicatos Agrícolas de Francia anunció una extensión indefinida de las acciones, que a finales de semana abarcarán a 85 de los 96 departamentos del país.
Los agricultores exigen que se reconozca la importancia de su profesión y denuncian la política agrícola del Gobierno que, en su opinión, los hace poco competitivos.
En particular, se oponen a la importación de productos agrícolas, las restricciones al uso del agua para el riego, el aumento del costo del combustible diésel, así como a las medidas restrictivas para proteger el medioambiente y el aumento de la carga financiera sobre la producción.