De Primera Mano/Por Rodulfo Reyes/Villahermosa.- Las pruebas rápidas que realiza la Secretaría de Salud en Tabasco son un indicio de que se está encausando el camino para frenar la pandemia, en un último esfuerzo por evitar que al sistema hospitalario le pase lo que ya le ocurre al de la capital del país, en donde comienza a hacer falta camas para pacientes con complicaciones respiratorias.
Pese a que ese tipo de test es rechazado por Hugo López-Gatell, el zar nacional anticoronavirus, el estado decidió seguir el ejemplo de la Ciudad de México, que de un tiempo a la fecha los está aplicando para tratar de romper la cadena de contagios.
Como el subsecretario de Salud con funciones de ministro se ha manifestado en contra de contener la enfermedad mediante pruebas rápidas para cazar al virus, la nación siguió esa ruta errada.
Pese a esa postura, la Ciudad de México ha lanzado una campaña para determinar el aceleramiento y así romper sus ciclos de contagio.
Sin mucha alharaca, el gobierno tabasqueño se ha sumado a esa estrategia en un intento por eludir el confinamiento en Navidad y Año Nuevo.
Las causas por las que el Edén ha sido de los estados más afectados aún no se determinan, pero con toda seguridad debe influir el hecho de que se encuentra en los primeros lugares de diabetes, hipertensión y obesidad, además de la influencia de Andrés Manuel López Obrador entre sus paisanos, quienes no quieren ponerse cubrebocas porque su presidente no lo usa.
Para hacer más crítico el cuadro, la información de que la vacuna ya está próxima, lo que aún es incierto, hace que los tabasqueños no cumplan con las mínimas medidas de higiene.
Tabasco es de los 24 estados donde el número de casos ha venido aumentando, y las proyecciones indican que en la segunda quincena de este mes podría acercarse a los niveles registrados en la parte más alta de la pandemia.
Por eso la estrategia de las pruebas rápidas gratuitas en lugares concurridos de Villahermosa es un último llamado a la cordura de los ciudadanos.
Por lo pronto las autoridades ya se preparan para reconvertir los hospitales que habían regresado a sus tareas habituales, pues si se sigue el comportamiento observado en la capital mexicana, muy pronto habrá necesidad de más camas.
Es posible que la entidad no regrese a semáforo rojo porque se trata de una estrategia federal mantener al país en naranja.
Por eso la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, ha topado con pared cuando ha tratado de volver al color del peligro inminente.
Al igual que allá, Tabasco puede tomar medidas de contención como cerrar bares y cantinas y gimnasios, pero sin decretar formalmente el semáforo rojo.
Entretanto, solo queda que los ciudadanos entren en razón y se calcen el cubrebocas, ya que si bien López Obrador no lo acostumbra, salvo cuando va a Estados Unidos, los tabasqueños no tienen el cinturón de seguridad sanitaria que protege al jefe de la nación.
En todo caso que sigan el ejemplo del gobernador que en todos sus eventos públicos aparece con mascarilla, lo mismo que la secretaria de Salud, Silvia Roldán Fernández.
PARA SU INFORMACIÓN…
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