Agencias/nueva York.- Coca-Cola está demostrando que sigue vigente el mercado para nuevos productos. La multinacional de refrescos actualizó el año pasado en Estados Unidos la marca Coca-Cola Zero y lanzó un nuevo sabor por primera vez en más de una década: vainilla con naranja. Como resultado, las ventas están creciendo.
Coca-Cola registró unos ingresos algo superiores a los 8.000 millones de dólares el año pasado, por encima de las previsiones de los analistas, que calculaban 7.888 millones de dólares. El volumen de negocio supuso, además, un incremento del 5% respecto al mismo periodo de 2018.
Por su parte, los beneficios netos se elevaron un 22%, hasta 1.700 millones de dólares y también por encima de las estimaciones del mercado. Para el segundo trimestre, Coca-Cola ha anunciado que espera un aumento de las ventas comparables del 6%, pese al impacto que supone la fortaleza del dólar en las ventas en el exterior. Para el ejercicio completo, la multinacional prevé un crecimiento de los ingresos del 4%.
Parte del impulso, vendrá de las adquisiciones. El año pasado Coca-Cola abrió un nuevo frente en su hasta ahora tradicional negocio de refrescos con la adquisición de Costa, la mayor cadena de cafeterías de Reino Unido y la segunda del mundo sólo por detrás de Starbucks. Coca-Cola pagó 3.900 millones de libras (unos 4.360 millones de euros).
El impulso del negocio ha permitido a la compañía consolidar su valor por encima de los 200.000 millones de dólares en Bolsa. Coca-Cola ya está en terreno positivo en lo que va de año y los analistas consideran que aún tiene un potencial de subida del 6%.