Agencias / Ciudad de México.- La ciencia ha avanzado tanto que ya ni siquiera los objetos invisibles suponen un reto para los astrónomos. Un nuevo estudio arroja información relevante sobre un par estelar que provoca que una lejana estrella aparezca y desaparezca como por arte de magia.
Una estrella se iluminó y se apagó. Luego se volvió a iluminar para apagarse nuevamente. Este extraño comportamiento fue observado desde la sonda espacial Gaia durante julio y agosto de 2016.
Un dato llamativo es que estos cambios no eran provocados por la propia estrella, sino por un objeto invisible situado entre la Tierra y esa estrella que deformaba el espacio-tiempo a su alrededor y magnificaba la luz que emanaba la estrella.
#Gaia16aye was still very bright @ ~22:45 UT from Peter van de Kamp obs, Swarthmore College courtesy of @elnjensen pic.twitter.com/u5t315YLbQ
— Matthew Penny (@emptypenny) November 22, 2016
Ahora, los científicos han identificado el astro como una estrella binaria situada a 2,544 años luz de nosotros y que emite una luz tan tenue que no vemos. Desde su identificación, el fenómeno de iluminarse y apagarse por la influencia de su gravedad que observamos en este astro es conocido como Gaia16aye.
En estos procesos, los cambios en la iluminación del astro suelen ser sutiles, pero en este caso fueron bastante bruscos, según los investigadores de la Universidad de Varsovia al frente del estudio.
Eso sugería la presencia de un objeto binario que producía el fenómeno llamado microlente gravitacional. Es decir, lo que ocurre cuando la luz de un objeto lejano y brillante se curva alrededor de otro cuerpo masivo y vemos su brillo a través de este, situado a mitad de camino.
¿Qué se ha descubierto de Gaia16aye gracias a este estudio? Ahora sabemos que se trata de un sistema compuesto por dos estrellas enanas rojas que orbitan alrededor de un centro mutuo de gravedad cada 2,88 años terrestres.
“No podemos ver absolutamente nada de este sistema binario, pero solo viendo los efectos que este creó al actuar como una lente sobre una estrella que se encontraba detrás, podemos saber todo sobre él”, ha aclarado el astrónomo que antes perteneció a la Universidad de Varsovia y que ha participado en el estudio, Przemek Mróz.
Se espera que esta investigación resulte útil en la búsqueda de agujeros negros estelares solitarios. Estos suelen ser detectados cuando interactúan con otros objetos del espacio, pero los agujeros negros durmientes solitarios siguen siendo esquivos.
No obstante, el equipo de investigadores polacos se mantiene optimista, ya que “nuestro método nos permite ver lo invisible”, tal y como asegura el astrónomo Lukasz Wyrzykowski.
There are an estimated 100 million black holes roaming our galaxy. We can't see them, but now we have a way to find them–by the way they bend the light of visible stars. https://t.co/cOada9Qhoz pic.twitter.com/W8QEOGeedM
— Corey S. Powell (@coreyspowell) February 3, 2020