Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Bienvenidos a la baja termosfera, el último gran territorio desconocido de la atmósfera terrestre. Aquí, a una altitud de entre 90 y 500 kilómetros sobre la superficie, 28 pequeños satélites Cubesat tratarán de tener éxito donde los satélites convencionales y los globos sonda han fallado.
Las capas superiores de la termosfera son algo más estables. De hecho, es allí dónde operaban los transbordadores espaciales. El problema de la baja termosfera es de acceso. El aire es tan tenue que los globos sonda no llegan hasta allí.
Conocemos tan poco de la baja termosfera que muchos científicos la conocen popularmente como la “ignorosfera”. Desde luego, no es una región amistosa con los visitantes. Furiosas tormentas solares se dan cita aquí con las turbulencias de la alta atmósfera.
Los rayos gamma y rayos X provenientes del Sol, provocan la ionización de átomos y un calentamiento brutal de los gases que a menudo supera los mil grados Celsius. Esta es la capa en la que nacen las auroras boreales.
Todos los satélites convencionales duran tan poco tiempo en esta región porque el tirón de la gravedad ya es excesivo como para que se mantengan en órbita el tiempo suficiente. Desde tierra se pueden hacer mediciones, pero de forma muy limitada.
Para resolver este problema, un equipo internacional de científicos ha puesto en marcha el proyecto QB50. Se trata de poner en órbita un anillo de pequeños satélites CubeSat que pueden aguantar más tiempo tomando mediciones en esta región.
Los 28 primeros satélites iban a bordo del cohete Atlas lanzado con éxito. Les seguirán otros 8 que subirán el próximo 21 de abril a bordo de un cohete indio PSLV.
Mientras caen hacia la atmósfera (más lentamente), los sensores de estos satélites ensamblados en universidades de todo el mundo nos ofrecerán por primera vez mediciones en tiempo real de la composición, ionización, densidad, temperatura y comportamiento atómico de esta última frontera.
Fuente: QB50.