Agencias/Ciudad de México.- En el sofocante calor del desierto de Thar en India, donde la temperatura puede alcanzar más de 50 grados en el verano, una escuela con una arquitectura particular es un oasis de frescura pese a no tener climatización.
La escuela para niñas Rajkumari Ratnavati utiliza la misma arenisca amarilla empleada en un fuerte del siglo XII en la vecina Jaisalmer, en el estado occidental indio de Rajastán, llamada la “ciudad dorada” por el color de la piedra.
La escuela también tiene paredes gruesas que ayudan a bloquear el calor, mientras el interior está recubierto de cal, un material poroso que regula la humedad y ayuda a refrescar.
En su techo tiene paneles solares que suministran electricidad a la escuela, en una zona que sufre con los frecuentes apagones.
La temperatura dentro de la escuela -diseñada por la arquitecta estadounidense Diana Kellogg y construida por artesanos locales- llega a ser 20% más baja que en el exterior.
“Me encanta ir a la escuela”, expresó Khushboo Kumari, de ocho años, una de las 170 alumnas.
“Es como si el aire saliera de un aire acondicionado”.
Las aulas de la escuela están distribuidas alrededor de un patio elíptico similar a un coliseo romano. Sus muros con rejillas de ventilación dan sombra y permiten la circulación del aire.
Sus ventanas altas permiten la salida del aire caliente y su techo plano recoge agua de lluvia.
En algunos sitios, los muros tienen perforaciones que facilitan la ventilación.
“Hay ventilación cruzada”, explicó el supervisor de la escuela, Rajinder Singh Bhati, de 29 años. “Los azulejos blancos de la terraza reflejan la luz solar.
“Es totalmente ecológico”.
India soportó este año la ola de calor más prolongada de su historia, según el gobierno.
El termómetro marcó más de 50 ºC, con advertencias de más calor opresivo en el futuro.
Manohar Lal, de 32 años, padre de una estudiante, dice que las niñas añoran ir a clases por el frescor.
“En Rajastán hay muchos apagones y los niños sufren cuando la temperatura llega a casi 50 grados centígrados en el verano”, declaró Lal frente a su modesta casa de ladrillo y barro sin ventilador de techo.
“Eso no es problema en la escuela porque hay energía solar”, agregó.
“Es ventilada y fresca, por eso las niñas disfrutan de la escuela”.
La escuela cuenta con el apoyo de la estadounidense CITTA Education Foundation, por lo que la enseñanza es gratuita, en un estado donde el analfabetismo femenino alcanza el 52%.
También les suministran uniformes, material escolar y almuerzo.
“Es algo grande que les den educación de calidad gratuita, considerando que apenas pueden costear alimentos y ropa”, señaló la profesora de lengua hindi Priyanka Chhangani, de 40 años.
La arquitecta Kellogg destacó que la clave está en combinar la tradición con el diseño arquitectónico moderno y las técnicas sustentables.
“Como los artesanos conocen la piedra, pudimos integrar detalles de la arquitectura tradicional con detalles de la herencia propia de la zona, así que la estructura se siente auténtica en la región”, explicó.
El diseño ovalado fue inspirado en los “símbolos femeninos de la fuerza”, agregó.
Su diseño se enfocó en atacar el calor abrasador, pero también enfrenta otro problema agravado por el cambio climático: las inundaciones.
Las intensas lluvias del monzón, normalmente de junio a septiembre, se han vuelto más frecuentes y severas debido al cambio climático, según los expertos.
Ese aumento en las lluvias comenzó a afectar a la escuela, diseñada para un clima más seco.
Rajan Rawal, profesor de la Universidad Centro de Planificación y Tecnología Ambiental, en India, dijo que la intensificación de la lluvia impacta a los edificios diseñados para otro clima.
“Los desastres como las olas de calor y las inundaciones impactan la estabilidad estructural”, señaló Rawal.
Pese a ello, la profesora Chhagani considera que la escuela está cambiando la vida de las alumnas.
“Estas niñas ni siquiera tienen ventiladores en sus casas”, dijo. “Cuando vienen a la escuela es como estar en el cielo para ellas”.
En el interior, la escuela está equipada con piezas hechas de palo de rosa local y asientos tejidos de Charpai, una técnica tradicional de cama utilizada en el sur de Asia. Además de la arquitectura con conciencia cultural, el diseñador de moda indio Sabyasachi Mukherjee diseñó uniformes para las niñas utilizando Ajrak, una forma de impresión en bloque nativa de la región.
La estructura recién terminada será parte de un complejo más grande llamado Centro GYAAN, que incluirá un espacio de exhibición llamado Medha y el edificio de la Cooperativa de Mujeres, donde los artesanos locales enseñarán a las mujeres técnicas de artesanía tradicionales.