abril 25, 2021

El curioso caso del “hombre embarazado”

“Un hombre de acuerdo con su identidad de género y una mujer de acuerdo con su identidad sexual”

Por Eros Ortega Ramos/Ciudad de México.- Hace algunos días comenzó a circular por las principales redes sociales la noticia de que el primer hombre transexual español embarazado estaba a punto de dar a luz. Dicho hombre transexual de nombre Rubén Castro, de 27 años, ha documentado su historia desde el inicio de la gestación de un nuevo ser humano en su vientre, hasta avanzadas las más de 36 semanas necesarias para poder concebir a un bebé (sea hombre o mujer). Una imagen del futuro padre (y madre a la vez) se muestra a continuación: 

 

Fuente: Radio Fórmula

Cabe resaltar que Rubén, como actualmente es llamado de acuerdo con su identidad de género, es una hembra biológica, o sea, una mujer de nacimiento, misma que antes de iniciar con su tratamiento hormonal para adquirir determinadas características biológicas masculinas (como es el caso de la barba), congeló sus óvulos para posteriormente someterse a tratamientos de reproducción asistida con la finalidad de conseguir un embarazo, tal y como se muestra en las fotografías anteriores. Es importante aclarar que, pese a que en estas fotografías se observa a Rubén con los senos parcialmente mutilados, él (y ella) nunca se sometió a una remoción de las glándulas mamarias (mastectomía), ya que desde que inició con su proceso hormonal para convertirse en un hombre transexual, tenía la ilusión de poder convertirse en madre alguna vez (y al mismo tiempo en padre también): 

“Sé que va contra toda ley escrita, pero si no hay referentes no sabes que puedes existir. Hay mucho desconocimiento sobre todo en lo sanitario, tuve que pasar por un comité ético sanitario, pero para mí es todo un avance, porque es donde siempre quise estar […] A la gente le cuesta entenderlo, encajarlo, creen que las personas trans odiamos nuestros cuerpos, cada uno vive su transición como quiere y, en mi caso, esto iba lo primero, antes de realizar el cambio corporal” (Eltiempo, 23/IV/21).

Ahora, respecto a la probable confusión que puedan suscitar los términos empleados en referencia a la identidad sexual y de género de Castro, considero importante su aclaración para evitar equiparaciones erróneas. Por lo tanto, cuando hablamos de “identidad de género”, hacemos referencia a la:

“Vivencia interna e individual del género, tal como cada persona la siente, misma que puede corresponder o no con el sexo asignado al nacer. Incluye la vivencia personal del cuerpo, que podría o no involucrar la modificación de la apariencia o funcionalidad corporal a través de tratamientos farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida. También incluye otras expresiones de género como la vestimenta, el modo de hablar y los modales” (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2016: 23). 

Por otra parte, cuando hablamos de “identidad sexual”, hacemos referencia a:

“Los cuerpos sexuados de las personas; esto es, a las características biológicas (genéticas, hormonales, anatómicas y fisiológicas) a partir de las cuales las personas son clasificadas como machos o hembras de la especie humana al nacer, a quienes se nombra como hombres o mujeres, respectivamente” (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2016: 31).

Una vez dicho lo anterior, debe de entenderse que la identidad de género hace referencia a la autopercepción de la persona respecto a su propia manera, personal y subjetiva, de vivir su orientación sexual (homosexual, bisexual, heterosexual, etc.). Claro está que la identidad de género, tal y como el CONAPRED sostiene, no necesariamente corresponde con la identidad sexual de la persona, misma que hace alusión a su biología, esto es; a las características innatas con la cual nace, o sea, aquellas que le son dadas por la naturaleza. Porque en efecto; la sexualidad humana siempre tuvo y seguirá teniendo, pese al infundado negacionismo de determinados sectores culturalistas radicales, su parte intrínseca de esa “incomoda” pero jamás ausente naturaleza. 

Aunado a esto, es importante tener siempre presente que todos los seres humanos, independientemente de las identidades de género que decidan ejercer a lo largo de sus vidas, son seres BIOPSICOSOCIALES, esto quiere decir que no únicamente están conformados por interpretaciones, vivencias subjetivas y construcciones sociales, sino también por una psique, una mente y un inconsciente, así como por una genética, y un conjunto de órganos y procesos fisiológicos que los diferencian entre sí. En pocas palabras; la sexualidad humana debe de ser concebida como un entramado de estos tres elementos, permanentemente interrelacionados unos con otros. 

De ahí que sea sumamente importante especificar que Rubén Castro es un “hombre TRANSEXUAL embarazado”, recalcando así con el prefijo “trans” que se trata de una hembra biológica (mujer) de nacimiento, ya que un macho biológico (hombre), con base en su biología y, por ende, su anatomía, no puede, ni podrá embarazarse ya que carece de útero y placenta. Por eso, tal y como lo mencioné anteriormente en el presente artículo de opinión, es fundamental clarificar los conceptos para saber de qué estamos hablando, independientemente de estar o no estar de acuerdo en que un hombre transexual dé a luz. Por último, no se trata de emitir un juicio moral respecto a la decisión de Castro en el presente espacio de reflexión, sino únicamente de nombrar a las cosas por su nombre para evitar tergiversaciones que puedan confundir al lector: 

-Hombre transexual = hembra biológica de nacimiento (mujer).

Gracias por su lectura.    

Twitter: @erosuamero

Facebook: Eros Ortega Ramos

Correo electrónico: sociologia_uameros@hotmail.com

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