Agencias/Ciudad de México.- El número de matrimonios registrados en China durante 2024 cayó hasta los 6.1 millones de parejas, cifra que supone el mínimo desde que comenzaron los registros, en 1980, según datos publicados por el Ministerio de Asuntos Civiles de los que se hace eco la prensa local.

Las autoridades de China anunciaron que la población del país disminuyó en 2024 por tercer año seguido, continuando con un cambio de tendencia después de seis décadas de explosión demográfica.

El dato supone un nuevo descenso después del repunte experimentado en 2023 tras años consecutivos de descenso, según el informe estadístico del cuarto trimestre de 2024 elaborado por la cartera.

En 2023, se anotaron 7.68 millones de matrimonios en el gigante asiático, en comparación con los 6.83 millones de 2022, cifra que ya marcó un mínimo histórico.

Expertos chinos explicaron que el repunte de 2023 pudo deberse a factores como la pandemia del COVID-19, que provocó una reducción de la interacción personal que se habría traducido en un efecto de aplazamiento en las nupcias hasta después del período pandémico.

Según expertos locales, las razones de la disminución en el número de registros matrimoniales desde 2014 incluyen una disminución en la población joven, el desequilibrio de género, con más hombres que mujeres entre la población joven, el aplazamiento de la edad del primer matrimonio, los altos costos de casarse y las actitudes cambiantes hacia el matrimonio.

En el XX Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en 2022, el partido gobernante enfatizó que el país necesita un sistema que “aumente las tasas de natalidad y reduzca los costos del embarazo, el parto, la escolarización y la crianza”.

China informó de un descenso de su población en 2022, 2023 y 2024, las primeras contracciones desde 1961, cuando el número de habitantes se redujo como consecuencia de la fallida política de industrialización del Gran Salto Adelante y la consiguiente hambruna.

El número de habitantes de China, el segundo país más poblado del mundo después de India, se redujo en unos 2.08 millones el año pasado, según datos oficiales publicados por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de la nación asiática.

El dato supone el segundo año consecutivo de contracción, después de que en 2022 la población disminuyese en 850,000 personas, lo que marcó el primer descenso desde 1961, cuando el número de habitantes se contrajo a causa de la fallida política de industrialización del Gran Salto Adelante.

Concretamente, China cerró 2023 con 1,409.67 millones de habitantes, lo que contrasta con los 1,411.75 millones que había en el país a finales del año anterior.

La disminución de 2.08 millones de personas supone una caída del 0.14 % respecto a 2022, y confirma la tendencia demográfica negativa que se inició en 2022 y sobre la cual Pekín lleva años advirtiendo.

El gigante asiático registró el pasado año 9.02 millones de nacimientos, en contraste con los 9.5 millones anotados en 2022 y pese a los esfuerzos de autoridades tanto nacionales como locales para tratar de aumentar la natalidad.

Expertos chinos predijeron el pasado noviembre que el número de nacimientos en China seguiría disminuyendo en 2023 por séptimo año consecutivo, debido al descenso de la cantidad de matrimonios registrados en los últimos años y al retraso de la edad de casarse entre los jóvenes chinos.

Según los datos oficiales, el número de hombres supera al de mujeres, con una proporción de 104.49 hombres por cada 100 mujeres: el número de hombres se situó en 720.3 millones, mientras que el de mujeres fue de 689.4 millones.

El gobierno chino permite desde 2021 a sus ciudadanos tener un tercer hijo, aunque la decisión no ha sido acogida con gran entusiasmo por la población, debido tanto a la carga económica que supone la crianza como a la prioridad que se da a la carrera laboral.

Superada por India como nación más poblada del mundo, China se enfrenta ahora a un problema de envejecimiento demográfico, con previsiones de que un tercio de sus habitantes supere los 60 años en una década.

Según la Oficina Nacional de Estadística, la población de China a finales de 2024 era de 1,408 millones de personas, en descenso respecto a los 1,410 millones un año antes.

Las autoridades comunistas pusieron fin en 2016 a la estricta política de un solo hijo impuesta en los 1980 para evitar un problema de sobrepoblación y desde 2021 permiten a las familias tener hasta tres hijos.

Pero estas medidas no revirtieron el declive demográfico de un país que, durante décadas, ha basado parte de su crecimiento económico en su inmensa mano de obra.

Muchos culpan de la baja natalidad al encarecimiento del coste de vida y al creciente número de mujeres que continúan sus estudios superiores y se integran al mercado laboral.

El grupo de investigación Economist Intelligence Unit prevé que casi un tercio de la población china tenga más de 60 años en 2035.

En septiembre, las autoridades anunciaron que iban a aumentar gradualmente a partir del 1 de enero la edad legal de jubilación, una de las más bajas del mundo y que no se había modificado durante décadas.

Según datos oficiales, la generación de 1963, que marcó el pico histórico de nacimientos en China con 29.8 millones de recién nacidos, llega a los 60 años en 2023, informó hoy el portal de noticias económicas Yicai.

Esto supone que el país asiático tendrá una población de 300 millones de personas de la tercera edad, lo que representa el 24% del total.

El envejecimiento de la población china plantea importantes desafíos, como el aumento de la proporción de ancianos entre 65 y 75 años con discapacidades, lo que presenta desafíos para un envejecimiento saludable, afirmó Lei Xiaoyan, directora del Centro de Envejecimiento Saludable y Estudios Familiares de la Universidad de Pekín.

Además, la mayoría de los ancianos chinos prefieren quedarse en casa, pero el tamaño reducido de las familias limita la capacidad de los hijos para el cuidado directo.

“Hay 4.1 millones de personas mayores registradas en Pekín, y casi todas viven solas”, desveló a Yicai Shang Zhenkun, subdirector del Centro de Servicios para Personas Mayores de Pekín. “Lo que estas personas necesitan más es atención personalizada, y por eso la ciudad está formando un equipo de cuidadores profesionales”, añadió Shang.

La industria del cuidado de ancianos también enfrenta problemas, como la falta de atractivo laboral debido al bajo estatus profesional y la falta de canales de promoción laboral. En la actualidad, China cuenta con unas 387,000 instalaciones de atención a ancianos, con un total de 8.3 millones de camas, lo que requeriría al menos dos millones de enfermeros, según el estándar nacional de un cuidador por cada cuatro personas mayores.

Sin embargo, las estadísticas oficiales muestran que solo hay 322,000 personas dedicadas al cuidado de ancianos, lo que provoca una brecha de casi 1.7 millones cuidadores. Alrededor del año 2035, habrá más de 400 millones de personas mayores de 60 en el país asiático, que representarán más del 30 % de la población china.

Las autoridades han advertido que el envejecimiento de la población presenta numerosos desafíos para la provisión de servicios públicos y la sostenibilidad de la seguridad social. China experimentó en 2022 un descenso oficial de 850,000 habitantes y cerró el año con 1,411.75 millones, en contraste con los 1,412.6 millones registrados a finales de 2021.

En abril pasado, proyecciones de la ONU indicaron que la vecina India pasó a ser el país más poblado del mundo tras superar a China.

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