Por Raúl Caraveo/Ciudad de México.- El día más esperado por la incertidumbre y expectación llegó. La asunción del presidente número 47 de Estados Unidos Donald Trump de 78 años de edad es vista por todo el mundo como un primer evento de alta incertidumbre por diversas razones, su anterior paso por la presidencia de 2017 a 2021 cargado de contrariedades, amenazas incumplidas y –por si fuera poco- llega como el primer presidente que ejercerá la siendo condenado penalmente por su sistema judicial. Ambas cosas a la vez. Contradicciones sobre contradicciones.
El poder del dinero en su más alta expresión, la plutocracia en su más fino y exacto sentido, quienes acompañarán en su administración reflejan la incomparable distancia entre los pobres, la clase media, los medianamente ricos hasta llegar a los inmensamente ricos dueños de las empresas transnacionales más poderosas. Si por su conducta previa en los años pasados los analizamos no es un buen pronóstico el esperado. Habrá más armas, más consumo de drogas, peor sistema interno de salud, más violencia interna y hacia el exterior; mayor devastación de países pobres y débiles; guerras mediáticas y políticas que debiliten frágiles democracias por el mundo.
La sociedad norteamericana se encuentra en crisis y la decadencia es evidente en varios rubros, la presencia de Trump y su equipo no es una buena señal hacia el futuro. No quiero repetir las amenazas previas que ha lanzado sobre Groenlandia, Panamá, Venezuela, México, etc
El reto que representa para la presidenta Claudia Sheinbaum es mayúsculo, pone a prueba toda la estrategia de todo su gabinete en una danza de lobos. México esta –sin embargo- más preparado y posicionado internacionalmente para ir perfilando la respuesta y posicionamiento por cada tema a que nos enfrentemos. Aquí el nivel y talante de cada funcionario de cada área involucrada deberá mostrar de lo que estamos hechos los mexicanos y mexicanas. La unidad nacional en primer plano frene a cualquier amenaza a la soberanía y a los derechos humanos de nuestros connacionales son lo primero fundamental, y en ese aspecto es un deber nacional cerrar filas e ir en conjunto como un sólido bloque de resistencia contra las agresiones y apoyo a los posicionamientos más adecuados y coherentes.
*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de la Facultad Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, ha sido analista de estudios económicos de PEMEX y Consejero electoral del IFE-INE de Quintana Roo de 2005 a 2015, Corresponsal en México de La Prensa de Chicago, EEUU, escribe para Chicago, Illinois en y www.vocesmigrantes.us y en México para www.insurgentepress.com.