Agencias/Chicago.- Científicos identificaron un segundo paciente en Estados Unidos infectado con una bacteria con el gen MCR-1, que la vuelve muy resistente a los antibióticos de último recurso.
El gen estaría en una muestra de la bacteria E. coli en un paciente de Nueva York.
El descubrimiento sigue al hallazgo el mes pasado de un paciente en Pensilvania que tuvo una infección en el tracto urinario de E. coli que era portadora del gen.
El hallazgo se publicaría el lunes en Antimicrobial Agents and Chemotherapy de la Sociedad de Microbiología de Estados Unidos. No obstante, los editores dijeron que decidieron postergar la publicación porque los autores quieren verificar la exactitud de la información.
La portavoz de la publicación, Aleea Khan, dijo que esperan que los autores confirmen los resultados en una semana.
El gen MCR-1 hace que la bacteria resista a la colistina, un antibiótico que se usa para enfermedades que no responden a muchos medicamentos, incluyendo enterobacterias resistentes a carbapenem o CRE, que los funcionarios de salud de Estados Unidos calificaron a la bacteria como “de pesadilla”.
Lo que preocupa del gen MCR-1 es que las bacterias tienen la capacidad de compartir genes de resistencia.
Los funcionarios estadounidenses temen que MCR-1 encuentre un camino a la bacteria CRE, con el potencial de crear una infección resistente a prácticamente todos los tipos de antibióticos.
Los científicos siguieron los movimientos del gen MCR-1 por el mundo desde que el año pasado se descubrió en cerdos y personas en China.
En 2015, científicos chinos identificaron una nueva mutación de bacteria, a la que llamaron gen MCR-1, que es resistente al antibiótico colistina.
La colistina es una de las últimas armas para combatir bacterias polirresistentes, por lo que el descubrimiento es considerado por algunos científicos como un indicativo de que el mundo está en el umbral de una “era post-antibiótico”.
Según los científicos la bacteria puede anular la efectividad del antibiótico tanto en pacientes como en ganado.
Y expertos consideran que esa resistencia se puede propagar por todo el mundo y aumentar el espectro de infecciones intratables.