Agencias/Ciudad de México.- Al menos en los dos últimos años, la economía mexicana ha registrado un desempeño sobresaliente ante el difícil panorama internacional; sin embargo, lo estaría logrando con una fuerte dependencia de los mercados internacionales, especialmente el estadounidense.
A finales de noviembre pasado, la economía mexicana confirmó su solidez al avanzar 1,1% durante el tercer trimestre de 2023 respecto al periodo previo, según informó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), cifra que superó las estimaciones preliminares de ese organismo, que situaban el crecimiento del PIB mexicano en 0,9%.
Así, en el pasado trimestre, la segunda economía de América Latina, después de Brasil, hiló ocho trimestres de crecimiento que han sido impulsados principalmente por el aumento de las exportaciones a Estados Unidos y el gasto de los consumidores.
Este es uno de los muchos indicadores que muestran un desempeño sólido de la economía mexicana en los últimos años, especialmente después de los estragos económicos provocados por la pandemia de COVID-19, que provocó una caída del 8% en 2020.
Esa solidez de la economía, al menos para 2023, también es percibida por organismos nacionales e internacionales que han actualizado al alza sus previsiones de crecimiento para la economía mexicana en el presente año. Tal es el caso de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que a finales de noviembre aumentó en una décima su pronostico de crecimiento de la economía mexicana para ubicarla en 3,4%, y el Banco de México, que elevó los pronósticos de crecimiento para la economía mexicana en 2023 y 2024 a 3,3% y 3%, respectivamente.
Pero, ¿cómo se explica este sólido desempeño de la economía mexicana en los recientes trimestres? Los especialistas consultados por Sputnik tienen algunas respuestas y están relacionadas con el alza en el numero de empleos y el incremento en los salarios.
“Parte del crecimiento de la economía se atribuye al aumento de empleos formales, alrededor de 700.000, cuando ya llevábamos mucho tiempo con el problema de la falta de creación de empleos formales”, explica el economista Marcos Agustín Cueva Perus, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“También contribuyen los aumentos salariales durante este sexenio que han permitido mejorar el poder de compra de quienes tienen un empleo formal, ese poder de compra estaba estancado por décadas”, añade.
Pero además de coadyuvar al crecimiento de la economía, factores como la generación de más empleos y el incremento de los salarios, combinados con las ayudas económicas de los programas sociales, han derivado en una disminución de los niveles de pobreza, de la que han salido alrededor de cinco millones de personas en los últimos años, de acuerdo con datos oficiales del país latinoamericano.
Expertos también destacan el desempeño de la economía mexicana en medio de un panorama internacional difícil por los estragos provocados por la pandemia y los conflictos geopolíticos, como la crisis ucraniana y el conflicto entre Israel y Palestina.
Ante esta situación, a finales de 2022, México fue reconocido por The Economist como la sexta economía con el mejor desempeño entre 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), durante un año que registró importantes desafíos como una inflación del 10% anual en todo el mundo y un desplome del 20% en todas las bolsas de valores mundiales.
“México tiene estabilidad en muchos frentes con algunas perspectivas favorables a pesar del ambiente global complejo después del fin de la pandemia. México ha librado bastante bien el complejo panorama mundial. Ya la economía es 5,4% más grande que en la pre pandemia —o sea que el cuarto trimestre de 2019—, ya se recuperó plenamente. Algunos países como Reino Unido y Alemania no han alcanzado a crecer después de la pandemia y México ya lo logró”, explica Mario Campa, economista y politólogo.
Las perspectivas de la economía mexicana lucen alentadoras, al menos a corto plazo, especialmente porque se espera que llegue un numero importante de inversión extranjera directa derivada del nearshoring, una estrategia comercial que, según el Foro Económico Mundial, es “la relocalización de operaciones a un país cercano, con una zona horaria similar” y de la cual México ya se está beneficiando.
“Ahora tenemos cierto vigor en el mercado interno, por eso estamos viendo un crecimiento en torno al 3,5% en los últimos dos años [2022 y 2023]. y las perspectivas para 2024 también yo las mantendría cercanas a ese nivel porque viene una expansión para terminar las obras públicas y viene una materialización de muchos de los anuncios de inversión que se han hecho a raíz del nearshoring”, prevé Campa.
Según Campa, esas perspectivas positivas para el futuro de la economía mexicana podrían alargarse por más años, más allá de 2024, puesto que muchas de las esperadas inversiones del nearshoring apenas van a materializarse y están por consolidarse los grandes proyectos de infraestructura del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.