Redacción

Washington, EU, 20 enero 2017.- Activistas hispanos se sumaron este viernes a una coalición diversa de grupos que salieron a las calles de la capital estadunidense para expresar su descontento con la investidura de Donald Trump.

Manifestantes de grupos judíos, musulmanes, afroestadunidenses y latinos se apostaron muy cerca de uno de los escasos accesos públicos al amplio perímetro de seguridad levantado varias manzanas alrededor de la Casa Blanca con gorras negras que rezaban en inglés “No es mi presidente”.

La estudiante de ingeniería civil Brenda Pérez participó en la manifestación porque a su juicio “llegó el momento de que nuestras comunidades se unan para pelear. Trump tiene mucho odio y él no es bienvenido aquí en Washington”.

“Queremos que paren las deportaciones y que conserven DACA”, dijo la mexicana de 20 años refiriéndose por sus siglas en inglés a un alivio migratorio que el presidente Barack Obama extendió en 2012 a 750 mil inmigrantes traídos sin autorización a Estados Unidos cuando eran niños.

Durante su campaña electoral, Trump anticipó que deportaría a los 11 millones de inmigrantes sin autorización y anularía el alivio migratorio. También tildó de “criminales” y “violadores” a los inmigrantes mexicanos.

María Alejandra Salas decidió sumarse a la protesta para “dejar claro que no permitiremos que Trump criminalice a nuestras comunidades”.

“La movilización es algo simbólico. Queremos demostrar que aquí en Washington hay gente que se le opone”, dijo la peruana de 27 años que emigró a Estados Unidos en 1998.

Salas y Pérez pertenecen a Mijente, una organización que defiende los derechos de los inmigrantes no autorizados.

Ramah Kumaidi, activista de ancestros sirios, acudió a la convocatoria para denunciar a Trump “por su campaña llena de racismo hacia los musulmanes estadunidenses. Queremos demostrar nuestra voluntad de bloquear sus intenciones”.

El magnate estadunidense prometió durante su campaña impedir el acceso a territorio estadunidense de extranjeros musulmanes, aunque posteriormente se pronunció a favor de someter a una revisión muy minuciosa a quienes provengan de países de mayoría musulmana con gran actividad terrorista.

“Los judíos sabemos el riesgo de quedarse callado. Hoy salimos a la calle para demostrar nuestra solidaridad a nuestras comunidades aliadas”, dijo Ethan Miller mientras participaba en la protesta.

Manifestaciones similares ocurrían simultáneamente en diferentes puntos de la capital estadunidense la mañana de viernes.

Investidura de Trump, marcadas por protestas

 

Con denuncias a Donald Trump por sus posiciones sobre el cambio climático, el racismo, su trato a las mujeres y muchas más, partidarios de diversas causas unidos en su oposición al presidente entrante se manifestaron desde la madrugada de este viernes, empeñados en dejar su sello en la jornada de investidura.

Se desarrollaban manifestaciones animosas en los diversos retenes de acceso cerca del Capitolio, donde policías con equipo antimotines ayudaban a los tenedores de boletos ingresar al lugar de la ceremonia. Los carteles proclamaban “Que resuene la libertad”, “Libertad a Palestina” y “Resistir Clima Trump”, entre otras consignas.

Decenas se formaron en un retén de seguridad cerca del Capitolio, algunos vestidos con overoles anaranjados de presidiarios y encapuchados para representar a los presos en la cárcel estadunidense en Guantánamo.

Eleanor Goldfield, una organizadora de la protesta Disrupt J20, dijo que el objetivo era mostrarle a Trump y a sus seguidores “equivocados, mal informados o simplemente peligrosos” que no callarán.

El movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan) y grupos feministas también se hicieron oír.

Se esperaba a cientos de miles de personas en la capital para presenciar las ceremonias. Algunos manifestantes planeaban hacer todo lo posible para alterar los festejos.

El jueves por la noche, manifestantes y partidarios de Trump chocaron frente a un evento a favor del presidente electo. Cientos de manifestantes se congregaron frente al Club Nacional de la Prensa en el centro de Washington, donde se desarrollaba el “Deplorabaile”.

Es una alusión a una frase de Hillary Clinton, quien en una ocasión durante la campaña electoral aludió a muchos partidarios de Donald Trump como una “canasta de deplorables”.

En Nueva York, los actores Robert De Niro, Sally Field y Mark Ruffalo se sumaron a cientos de personas frente a un edificio de Trump el jueves para manifestar su oposición.

El viernes se pusieron en marcha otras manifestaciones. DisruptJ20 (trastornar E20), una coalición que lleva la fecha de la investidura en su nombre, dijo los participantes intentarían clausurar o causar demoras en los retenes de acceso a las ceremonias. Pensaban bloquear algunos, incluso a riesgo de ser arrestados.

“Nuestros objetivos son realizar protestas de masas y trastornar la juramentación si es posible y si no es posible —si no podemos trastornar la juramentación-, hacer lo posible para impedirle a Trump actuar como si tuviera un fuerte apoyo”, dijo el dirigente David Thurston a la prensa la semana pasada.

Se preveían otras manifestaciones para las próximas horas. Para un evento organizado por DisruptJ20, una marcha desde la estación ferroviaria, se pidió a los participantes que se reúnan al mediodía, la hora en que Trump prestaba juramento.

La ruta de la marcha, titulada “Festival de la Resistencia”, finalizaba en la plaza McPherson, a tres cuadras de la Casa Blanca, con una concentración para escuchar un discurso del documentalista y activista de izquierda Michael Moore.

“Vamos a hacer una fiesta para nuestro bando”, dijo Thurston y añadió que habría tambores, músicos y una carroza con bailarines en la marcha.

Una de las mayores protestas prevista contra el republicano este viernes es organizada por la Coalición ANSWER, un grupo liberal de base amplia que busca reunir a miles de personas en el Memorial Naval, junto a la ruta que seguirá el desfile.

“Este es el Día Uno, decimos, de una era más grande de resistencia, y creemos que vamos a enviar un mensaje muy poderoso a Trump y al Gobierno”, dijo Ben Becker, de 33 años, uno de los organizadores del grupo.

Los partidarios de Trump también inundaron la capital, muchos con sus gorras de béisbol con su lema de su campaña “Devolvamos la grandeza a Estados Unidos”.

Una de ellas, Kathy Williams, de 54 años, una enfermera de la Administración de Hospicio a los Veteranos en Cleveland, dijo que se despertó cerca de las 4 de la mañana para asistir a la asunción de Trump, quien debe jurar su cargo como cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos alrededor del mediodía (17:00 GMT).

“Dios recupera nuestro país porque Donald Trump pondrá a Dios de nuevo en nuestro país y permitirá que los cristianos sean de nuevo iguales a todos, por eso voté por Trump”, dijo Williams.

Cerca de 30 grupos obtuvieron permisos para protestas que se estima que congregarán a unas 270.000 personas el viernes y el sábado, mucho más de lo que se ha visto en otros recientes actos de toma de posesión presidencial.

Es probable que la mayor protesta sea la Marcha de las Mujeres el sábado en Washington, donde se espera que asistan unas 200 mil personas.

El Servicio Secreto, la policía de Washington y otros cuerpos de la ley planean desplegar unos 28 mil oficiales para asegurar un área de casi ocho kilómetros en el centro de Washington.

Jackson Rouse, un estudiante de secundaria de 18 años del noreste de Arkansas que faltó a clases para asistir a la asunción junto a su padre, expresó su preocupación porque decenas de congresistas demócratas planeaban no asistir a la toma de posesión en protesta.

“Creo que venció limpiamente y fue una elección justa”, dijo Rouse. “Me encanta Trump. Espero cambios y espero que haga todo lo que dijo que iba a hacer”, agregó.

 

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