Agencias/ Ciudad de México.- Los ucranianos intentan preservar su rico legado cultural y artístico ante el recrudecimiento de los bombardeos y las conquistas territoriales del invasor ruso.

Los museos se han apresurado a poner a resguardo sus colecciones, y en muchas iglesias los vitrales han sido tapados con planchas de madera, los altares trasladados, las estatuas protegidas.

En el puerto de Odesa, en el sur del país, sacos de arena protegen la estatua del duque de Richelieu, que fue gobernador en la época del emperador ruso Alejandro I.

Varios sitios han resultado sin embargo dañados o destruidos en los bombardeos rusos, en especial en los centros históricos de las ciudades, al mismo tiempo que escuelas u hospitales.

El alcalde de la ciudad de Chernihiv (norte) colgó en redes sociales un video de una biblioteca que quedó reducida a cenizas a causa de los bombardeos indiscriminados.

La agencia cultural de la ONU, Unesco, está colaborando con las autoridades para marcar los sitios importantes con un escudo blanquiazul, la contraseña internacional para identificar los lugares que merecen protección internacional a causa de su valor cultural.

Esa insignia fue creada en 1954, con la creación de la Convención de La Haya, de la que Rusia es firmante.

“Pedimos a todos los Estados que respeten la ley internacional que han firmado y por lo tanto que no disparen contra sitios importantes en el país” declaró Lazare Eloundou, director del Programa de Patrimonio Mundial de la Unesco a la AFP en París.

Varios museos y sitios culturales, algunos que se remontan al siglo XI, han sido ya dañados, aseguró.

“Es toda una vida cultural la que corre el riesgo de desaparecer”, explicó Eloundou.

La vida sigue entre iglesias patrimonio de la humanidad y quioscos de café. Los ciclistas que reparten comida con las mochilas de marcas internacionales a sus espaldas se tambalean sobre los adoquines. Los tranvías amarillos circulan por las estrechas calles cargadas de la historia de una ocupación tras otras, desde los cosacos o los suecos, a los alemanes y la Unión Soviética.

Atentar contra la herencia cultural

La propia capital, Kiev, forma parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, como la catedral de Santa Sofía y el Monasterio de las Cuevas.

El centro histórico de Leópolis, en el oeste, también forma parte de la lista.

Ucrania ha presentado más de una docena de sitios para que sean protegidos por la Unesco.

Los responsables ucranianos esperan que al marcar claramente los sitios susceptibles de ser dañados o destruidos, las fuerzas rusas puedan ser llevadas a juicio, como ya sucedió en 2016, cuando un yihadista maliense fue juzgado y condenado por la destrucción de mausoleos en Tombuctú.

“Si hacemos todo lo necesario para proteger nuestra riqueza, Rusia pagará por todo el daño, por toda la destrucción”, aseguró Olga Ganenko, de la delegación ucraniana ante la Unesco.

Otros creen en cambio que con esos escudos, esos sitios altamente simbólicos corren peligro.

“Se convertirán en objetivos deliberados del agresor ruso, que ignora cualquier ley internacional”, declaró Ihor Poshyvailo, director del Museo Maidán en Kiev, que coordina una iniciativa ciudadana para proteger los sitios culturales ucranianos.

“Quieren destruir nuestra memoria histórica, nuestra identidad cultural como nación”, añadió, en alusión a las supuestas ambiciones de una “Gran Rusia” que ostenta el presidente Vladimir Putin.

Jasminko Halilovic, director del Museo de la Infancia en Guerra en Sarajevo, creado después del conflicto en Bosnia entre 1992 y 1995, y que cuenta con una delegación en Kiev.

“Si intentas destruir una comunidad o una sociedad, una de las primeras cosas que atacas es su herencia cultural (…) porque ella te explica quiénes eran antes y en qué se estabam convirtiendo”, indica.

“Si un bando ataca escuelas y hospitales, no cabe esperar que vaya a respetar el legado cultural”, añade.

En el este de Ucrania, las estructuras barrocas cosacas y las villas neoclásicas marcan los itinerarios de viaje de los aficionados a la arquitectura. Espectaculares fortalezas situadas a lo largo de las empinadas riberas de los ríos y fincas y palacios forman parte del paisaje de Ucrania occidental.

En la parte occidental del país se encuentra otra de las joyas urbanas de Ucrania y patrimonio mundial de la Unesco: el centro histórico de la ciudad de Lviv. Aquí la topografía urbana medieval, que se mantiene en gran parte intacta, da fe de los siglos de coexistencia de diferentes comunidades étnicas. Los patios renacentistas, las elaboradas estructuras barrocas y las sinuosas curvas de los edificios art nouveau crean un rico tapiz de estilos.

Esto no es más que una muestra del rico y diverso patrimonio cultural que el mundo está a punto de perder en una guerra que está destruyend.

La ciudad nororiental de Chernihiv, que actualmente está siendo fuertemente bombardeada, tiene un centro medieval bien conservado con iglesias y estructuras que datan del siglo XI al XVIII.

El centro de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, casi destruido, ofrecía antaño ejemplos incomparables de arquitectura modernista y constructivista del siglo XX.

En todo el país hay casas-museo de artistas y producciones populares. Uno de estos museos, situado en el pueblo de Ivanko, no muy lejos de Kiev, fue destruido en un incendio. Albergaba muchas obras coloridas y alegres de una de las artistas populares más conocidas y queridas, Maria Pryimachenko, que ahora se han perdido para siempre.

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