Agencias, Ciudad de México.- El 7 de octubre de 2023, un grupo de comandos de Hamás, el movimiento islamista que controla la Franja de Gaza, cruzó la frontera con Israel y lanzó un ataque sorpresa contra varias comunidades agrícolas conocidas como kibutz. El saldo fue de más de mil muertos, en su mayoría civiles, y unos 240 rehenes, según las autoridades israelíes. Fue el ataque más mortífero contra Israel desde su fundación en 1948.

Un mes después, la búsqueda de las víctimas continúa entre las casas incendiadas, los autos destrozados y las bicicletas abandonadas de los kibutz de Be’eri, Kfar Aza y Nir Oz, situados a pocos kilómetros de Gaza. Al menos 21 personas siguen desaparecidas: no se ha confirmado su muerte ni se encuentran entre los rehenes en poder de Hamás.

Para ayudar en esta difícil tarea, el ejército israelí ha recurrido a la colaboración de arqueólogos de la Autoridad Israelí de Antigüedades (AIA), que cuentan con experiencia en la excavación y el análisis de restos humanos antiguos. Desde hace dos semanas, estos expertos se han sumado a los equipos de rescate y a la organización ZAKA, especializada en la recolección de restos humanos, para buscar pistas que permitan identificar a los desaparecidos.

“Normalmente, el trabajo de un arqueólogo se realiza en un entorno bucólico, al aire libre, excavamos antigüedades y todo el mundo sonríe”, explica Moshe Ajami, arqueólogo y subdirector de la AIA. “Pero para esta misión, tan diferente a todo lo que he conocido en 30 años de carrera, hemos tenido que entrar en las casas quemadas de los kibutz, buscando hasta la más mínima prueba que pudiera ayudarnos a identificar a las personas desaparecidas, ya fueran objetos personales como joyas y demás o restos de huesos fracturados por el calor”.

Los arqueólogos utilizan técnicas similares a las que emplean en sus excavaciones habituales, pero adaptadas a las circunstancias. Cada habitación incendiada se divide en cuadrículas y se tamiza la tierra y las cenizas extraídas, buscando fragmentos de huesos y dientes. También se recogen muestras de ADN y se comparan con las de los familiares de los desaparecidos.

Hasta ahora, los arqueólogos han ayudado a identificar a 10 víctimas, que han sido enterradas. Sin embargo, el trabajo no es fácil, ni desde el punto de vista técnico ni desde el emocional. “Es una mezcla de sentimientos: ¿quieres encontrar algo o no quieres encontrar nada? Porque si encuentras algo significa que has determinado que alguien se ha ido y, al mismo tiempo, no encontrar a alguien significa que permanece en este limbo de no saber”, dice Joe Uziel, otro arqueólogo de la AIA.

Los arqueólogos aseguran que su labor es gratificante, pues pueden aportar algo de ayuda y de cierre a las familias que han perdido tanto. También esperan que su trabajo contribuya a la reconstrucción de la memoria histórica de lo ocurrido, y que sirva para prevenir futuros ataques. “Creo que es importante documentar lo que pasó aquí, para que la gente sepa lo que sucedió y para que no vuelva a suceder”, afirma Ari Levy, otro miembro del equipo.

Con información de: Yahoo

Comentarios desactivados en Buscan arqueólogos víctimas en los kibutz de Israel