Texto Periódico Marca/Manchester.- Un gol de Juan Mata confirmó al Manchester United en los cuartos de final de la Europa League tras vencer por la mínima al Rostov. El conjunto inglés mantuvo la incertidumbre en un partido que no pasará a la historia y se aferró al oportunismo del centrocampista español y las oportunas intervenciones de Romero para esquivar un desastre que no estuvo tan lejos de producirse.
Coqueteó el equipo de Mourinho con un resultado que hacía permanecer viva la eliminatoria hasta sus últimos instantes. No gana Old Trafford para sustos. Ni siquiera la visita de un acomplejado Rostov da el privilegio de vivir una noche tranquila en Mánchester. Cada paso cuesta una barbaridad, cada partido alimenta las dudas. Pero Europa sigue vigente en el horizonte de los ‘red devils’.
La superioridad, aún con juego intermitente y ritmo parsimonioso, es manifiesta. Le llega al United para gobernar sus partidos, pero no para resolverlos con claridad. Ante el Rostov dominó, generó las suficientes ocasiones para quitarse el marrón de encima pero tuvo que esperar hasta bien entrada la segunda mitad para respirar aliviado.
Bajo la dirección de Ander Herrera, dado que Pogba aparecía y desaparecía con excesiva facilidad, y la profundidad de Valencia, justificó su sometimiento el United. Perdonó Mkhitaryan en un mano a mano y estrelló Ibra un misil contra el palo en casi el único destello digno de mención por parte del sueco en todo el encuentro. El último aviso del primer acto lo mandó Pogba pero Medvedev reclamó su cuota de protagonismo en el partido.
Sería la última intervención del centrocampista francés, que aguantó escasos minutos en el segundo acto. Abandonó Pogba el partido por lesión y empezaba el Rostov a sacudirse el miedo de jugar en un escenario como Old Trafford. Entró Bukharov y las vacaciones de la pareja de centrales tocó a su fin.
Romero también cuenta
Se empezaba a poner el asunto feo y en esas entró en escena Mata. El español recuperó en una zona comprometida, cedió para Ibra y este prolongó a la carrera de Mkhitaryan. El posterior centro lo tocó con el tacón lo justo Zlatan para que el balón llegase hasta el segundo palo, donde apareció Mata para empujar a la red.
El tanto obligó al Rostov a sacar la cara y, por fortuna para el United, lo hizo demasiado tarde. Romero sacó un cabezazo que llevaba veneno de Bukharov y se estiró para lucirse en el último aliento del partido cuando Noboa acarició el gol de libre directo.
El meta argentino evitó la prórroga y selló el pasaporte inglés hacia cuartos. Casi por inercia, aceptando la obligación histórica de presentarse en la fase decisiva del torneo, el United empieza a mirar de reojo hacia Solna. Allí quiere Ibra sacudirse el gafe europeo. Y puede que despedirse de la élite como Dios manda. En casa, donde empezó todo. Donde puede terminar como se merece.