InsurgentePress, Ciudad de México.- A tres años del desastre ecológico provocado por un derrame de la mina Buenavista del Cobre en el río Sonora, al menos dos pozos están contaminados, lo que preocupa a residentes de una zona que abarca siete municipios.
“Los pobladores del Río (Sonora) no queremos dinero, lo cambiamos por salud, por agua limpia”, reclamó Mario Salcido, habitante del municipio de Ures, afectado por el derrame de contaminantes.
El abogado del Comité de Cuencas del Río Sonora (CCRS), Luis Miguel Cano, informó que el juez primero de distrito del estado reconoció, en un juicio de amparo, que al menos dos pozos están contaminados.
Se trata de pozos de Sinoquipe y La Labor, los cuales tienen altos niveles de arsénico y manganeso, respectivamente.
Cano explicó que el juez usó los datos oficiales de mediciones hechas a los pozos, pero usó un criterio en el que considera que se deben usar los estándares más estrictos para garantizar la salud.
Con ese razonamiento, el juez desestimó la norma oficial mexicana y tomó como referencia los niveles que impone la Organización Mundial de la Salud.
“Esto deja más incertidumbres, porque las autoridades dijeron, ya hace tiempo, (con esos mismos datos), que esos pozos estaban bien, el agua se siguió utilizando y hoy tenemos que preguntarnos cuál es la consecuencia para la salud de las personas”, planteó Cano.
Con la resolución del juez, que les fue notificada hace poco menos de un mes, y ante el temor de haber estado bebiendo agua contaminada, el Comité de Cuentas del Río Sonora, conformado por 24 comunidades de siete municipios de Sonora, pidió al ISSSTE, al Seguro Popular y al IMSS realizar exámenes médicos especializados a todos los posibles afectados.
Ante la negativa de las instituciones de salud, las personas interpusieron un juicio de amparo colectivo.
Mario Salcido narró que antes del derrame ocasionado por la filial de Grupo México, todos los pobladores de la cuenta del río tomaban agua de la llave, por lo que les ha afectado a su economía tener que comprar agua embotellada.
“Tampoco podemos detener a los niños, por su inocencia están tomando agua de la llave, las escuelas no están equipadas para quitar los metales pesados del agua, tenemos conocimiento de tres lugares donde el Gobierno adecuó bebederos muy bonitos, pero están conectados a la tubería que saca el agua de los pozos a la orilla del río”, alertó.
Salcido recordó que las 36 plantas purificadoras que la empresa minera debería instalar a lo largo de 270 kilómetros sólo funcionan nueve.
“Necesitamos salud, necesitamos agua limpia, ese es el meollo de la situación”, dijo.
Con información de Reforma
