Agencias/Ciudad de México.- La derrota infligida por los rebeldes tuareg al Grupo Wagner, en Mali, se cuenta entre las más duras de los últimos años, según canales de Telegram cercanos al grupo.
La coalición de los rebeldes tuareg opera en el norte de Mali, mientras mercenarios del ejército privado ruso Wagner han combatido en los últimos años apoyando al gobierno del país africano.
Entre las muertes confirmadas en ese ataque se cuenta la de Nikita Fedjanin, autor del canal de Telegram “Grey Zone”, con más de medio millón de abonados.
El medio ruso RT informó que Fedjanin le había entregado previamente fotos que probarían que los separatistas tuareg habrían sido entrenados por colaboradores del servicio de inteligencia militar ucraniano (HUR).
Dicha capacitación incluiría el uso de drones de esclarecimiento y combate. Sin embargo, el medio ruso solo mostró la foto de un combatiente ante un helicóptero, con el rostro cubierto, y un distintivo ucraniano en su uniforme.
Finalmente, Andrij Jussow, de HUR, confirmó que el servicio de inteligencia militar de Ucrania estuvo involucrado en el ataque a los mercenarios de Wagner en Mali.
“Los rebeldes recibieron la información necesaria, y no sólo información, que les permitió llevar a cabo con éxito una operación militar contra los criminales de guerra rusos”, declaró el 29 de julio.
Especialistas militares y civiles ucranianos participaron en la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Mali (MINUSMA), con un helicóptero médico desde 2016, y 20 soldados y seis helicópteros MI-8 en 2019. Sin embargo, abandonaron el país el año pasado debido a la finalización de la misión de la ONU.
La coalición tuareg condenó el término de la misión de la ONU en 2023, y retomó la lucha armada por la independencia de Azawad.
Para luchar contra la coalición rebelde tuareg, la junta maliense del coronel Assimi Goita decidió contratar al “Grupo Wagner” ruso. Este ya era conocido en la región por sus operaciones en los vecinos Burkina Faso, Nigeria, Guinea y otros países africanos.
Los mercenarios de Wagner son contratados en estos países por empresas mineras privadas, incluidas empresas rusas, así como por gobiernos. Organizaciones humanitarias internacionales y servicios de inteligencia occidentales han acusado reiteradamente a los mercenarios de brutales masacres de civiles.
A los adversarios del Grupo Wagner en África se ha sumado en los últimos años el servicio secreto militar ucraniano.
“Llevamos a cabo operaciones para debilitar el potencial militar de Rusia siempre que sea posible. ¿Por qué iba a ser África una excepción?”, declaró Kyrylo Budanov, jefe del HUR, al Washington Post en abril.
En los años 2023 y 2024,el HUR se refirió a la presencia del grupo Wagner en diversos países africanos. Advirtió de posibles provocaciones y de la aparición en África de armas occidentales que los rusos habrían conseguido como botín en Ucrania.
“Si se confirma la implicación de fuerzas ucranianas en Mali, esto significaría que el conflicto ruso-ucraniano no se limita al territorio ucraniano, sino que se traslada a otros lugares, especialmente al África”, afirmó la experta en África Nina Wilen, del Instituto Egmont Institute, con sede en Bruselas, en entrevista con DW.
La incertidumbre es palpable en Bamako, la capital de Malí. Hace tres años, un golpe de Estado marcó un alejamiento de los países occidentales y un acercamiento a Rusia. Muchos acogieron con júbilo a las tropas Wagner. Pero, tras el levantamiento de los hombres de Yevgueni Prigozhin y su ruptura con Putin, surgen interrogantes.
“Ni siquiera el gobierno ruso los controla”, comenta un transeúnte. “¿Qué haremos ahora? Esto demuestra que este ejército es incontrolable, eso es muy peligroso para nosotros”.
Moscú se esfuerza por mostrar continuidad. El ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo el lunes a RT que el grupo Wagner está haciendo un buen trabajo en Malí y en la República Centroafricana, y que continuará con su tarea. Dos días después, el tono fue un poco diferente: una portavoz de ese mismo ministerio indicó que los propios países africanos deben decidir su siguen cooperando con el grupo Wagner. Y un portavoz de la presidencia afirmó que los entrenadores rusos seguirán activos en la República Centroafricana, pero no tienen relación con Wagner.
En África, el grupo Wagner opera donde hay materias primas; y controla el negocio. El exparlamentario de la República Centroafricana Jean-Pierre Mara deduce que para el gobierno de Putin está claro que las cosas deben seguir adelante. “Necesita el oro centroafricano, el oro de Malí, para financiar la guerra, de modo que nada cambiará”, dice a DW. “Pero no está claro si serán los mismos actores”.
En el lapso de pocos años, el grupo Wagner se ha establecido en diversos países africanos en crisis, entre ellos Malí. Se dice que el gobierno militar habría estado dispuesto a pagar 10 millones de dólares mensuales a estos mercenarios. La suma anual duplicaría a la asignada al Ministerio de Justicia para 2023.
Pero el régimen se ve afectado actualmente por sanciones internacionales; el dinero escasea y Malí contrajo deudas con el grupo Wager. Diversas fuentes, sin embargo, dan indicios de que el grupo ha conseguido acceso a varias minas de oro del país.
En la República Centroafricana, donde tras décadas de guerra civil se logró un acuerdo de paz apenas en febrero de 2019, los hilos que mueve el grupo Wagner llegan aún más lejos. Según diversos observadores, llegan hasta muchas áreas lucrativas del Estado, incluyendo la explotación petrolífera. Desde 2018, el propio presidente Faustin Archange Touadéra está bajo la protección de los mercenarios de Wagner. Entre sus asesores se cuenta desde hace tiempo un hombre con estrechos contactos con Prigozhin.
Paul Crescent Beninga, un representante de la sociedad civil centroafricana, ve la situación con inquietud. “La República Centroafricana no se beneficia de esto. Los ganadores son más bien los rusos”, dice a DW. Le preocupa especialmente la influencia del grupo Wagner en los asuntos políticos del país.
El exministro Adrien Poussou, autor de un libro titulado “África no necesita a Putin”, sentencia: “El presidente Touadéra es un rehén de Wagner, y él lo sabe”. En entrevista con DW afirmó que “en consecuencia, pese a la abortada rebelión del grupo Wagner, la situación seguirá empantanada hasta que una potencia aún mayor se meta en el baile”.
Un portavoz del gobierno centroafricano rechazó las críticas, tildándolas de “disparates”.
¿Qué pasará ahora con las actividades del grupo Wagner en África? Todo parece indicar que los negocios son demasiado lucrativos y también demasiado importantes para Moscú como para renunciar a ellos. La historiadora Irina Filatova, que se ha ocupado mucho de las relaciones entre Rusia y África, hace notar que la empresa Wagner abarca una red de subempresas.
“Se pueden cambiar de nombre u operar bajo la misma marca; pueden actuar en forma independiente”, dice. No obstante, indica que la forma en que cada uno de esos grupos se posicionará en el futuro, dependerá por completo de la suerte que corra Prigozhin.
Human Rights Watch obtuvo tres listas de víctimas compiladas por sobrevivientes y residentes de Gatie Loumo, con los nombres de 14 personas de entre 20 y 70 años. Los testigos dijeron que los soldados y los combatientes de Wagner saquearon casi todas las tiendas del mercado, además de motocicletas y dinero.