Redacción InsurgentePress/Ciudad de México.- La Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que ayer han sido liberadas cuatro de las cinco personas que habían sido secuestradas en un autobús por un grupo armado en Tamaulipas, el pasado 12 de septiembre.

El comunicado la PGR no precisó nombres, nacionalidad ni lugar del rescate de las personas que civiles armados bajaron de un autobús de pasajeros en Tamaulipas.

El secuestro de migrantes centroamericanos en las carreteras una práctica habitual de los grupos del crimen organizado que operan en Tamaulipas, considerado uno de los más violentos en el norte del País.

Las personas liberadas declararon ante la PGR que el asalto se produjo a primera hora de la mañana, en la carretera que comunica Nuevo Laredo con Piedras Negras, un pequeño pueblo fronterizo, con Estados Unidos. Esa ruta es paso obligado de migrantes en camino hacia territorio estadounidense.

De acuerdo al testimonio de los liberados, una decena de hombres armados descendieron de tres camionetas blancas y los obligaron a bajar del autobús para trasladarlos a un paraje solitario en el que los despojaron de sus pertenencias y posteriormente los abandonaron.

Los hechos sucedieron el lunes, pero no fueron confirmados hasta dos días después, cuando el Gobernador de Coahuila, el estado vecino al que pertenece el pueblo de Piedras Negras, informó tangencialmente de lo sucedido en una rueda de prensa organizada para otro tema.

La PGR informó informó que sigue trabajando en las tareas de búsqueda del resto de víctimas secuestradas el pasado lunes. En el operativo participan tanto corporaciones autoridades locales como el Ministerio Público de la Federación la Agencia de Investigación Criminal, con intercambio de información.

El número de centroamericanos que escapan de la violencia y la exclusión en sus países superó el año pasado al de los mexicanos que saltan al país vecino.

El secuestro ha estado desde el inicio rodeado de confusión, otra constante en este tipo de crímenes contra el eslabón más vulnerable, casi invisible, de los flujos migratorios.

El número de centroamericanos que escapan de la violencia y la exclusión en sus países –El Salvador, Honduras, Guatemala– superó el año pasado al de los mexicanos que saltan al país vecino.

En esta ruta, se exponen a caer en la telaraña de las mafias del narco, que durante los últimos años han diversificado su actividad criminal hacia el secuestro, extorsión y trata.

Los Zetas, el grupo predominante en Tamaulipas, ha sido uno de los precursores en estas prácticas.

En agosto de 2010, ejecutaron a machetazos a 72 ciudadanos centroamericanos y los arrojaron a una fosa en el municipio de San Fernando. Pese a la debilitación de los grandes carteles, los asaltos siguen produciéndose.

En el mes de marzo, un grupo de 24 migrantes hondureños fue secuestrado en Altamira, Tamaulipas, por un comando armado cuando viajaba en un autobús de pasajeros. 14 horas después fueron rescatados tras un operativo de fuerzas federales.

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