Agencias/Ciudad de México.- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió sobre una “intensa transmisión” de COVID-19 en el Caribe, incluso en lugares considerados de buen manejo de la pandemia, como Cuba y Jamaica, y pidió “no bajar la guardia” para frenar la propagación del virus.
“Durante los últimos 60 días, 11 países y territorios del Caribe han pasado de una transmisión moderada a intensa, lo cual es algo preocupante a medida que los países reabren el espacio aéreo”, dijo Carissa Etienne, directora de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Nos preocupan los picos de casos, incluso en lugares que han manejado brotes de manera efectiva, como Cuba y Jamaica”, apuntó en rueda de prensa virtual.
Los países del Caribe, cuyas economías dependen fuertemente del turismo, reabrieron sus fronteras para viajes no esenciales a partir de julio.
Consultado por AFP sobre los “puntos calientes” en esa zona, Sylvain Aldighieri, gerente de incidente para covid-19 de la OPS, dijo que Trinidad y Tobago y Bahamas reportaron “un incremento importante de la trasmisión” desde entonces, subrayando que en este último caso la complejidad es mayor por ser un archipiélago.
“Es un riesgo con el cual los países van a tener que vivir”, dijo Aldighieri sobre el flujo de turistas, que consideró “vital” para su economía.
“No hay una única medida que funcione como una varita mágica”, agregó, aunque llamó a poner el acento en la detección y el rastreo de casos.
Etienne destacó como una “buena noticia” la disminución de las tasas de enfermedad grave por covid-19 en la región.
“Hoy en día, hay menos personas hospitalizadas y menos que antes requieren cuidados intensivos”, dijo.
Atribuyó este avance a un mayor conocimiento científico del virus aparecido en China a fines del año pasado, y al aumento de las redes de laboratorio, camas de hospital y capacitación de los trabajadores de la salud.
Sin embargo, insistió en la necesidad de seguir usando máscaras y manteniendo un distanciamiento físico de los demás.
“Este no es el momento de bajar la guardia. La transmisión sigue siendo muy alta en nuestra región”, dijo.
El continente americano es la zona del mundo más afectada por la pandemia global declarada en marzo. Con más de 17 millones de casos y más de 574,000 muertes, concentra la mitad de todos los contagios y más de la mitad de todos los fallecimientos por covid-19 del planeta.
Estados Unidos y Brasil, los países con más víctimas mortales por coronavirus en el mundo, continúan siendo “impulsores importantes” de nuevos contagios, dijo Etienne, al tiempo que destacó las desigualdades exacerbadas por la emergencia sanitaria.
“En Estados Unidos, que alberga más del 40% de los casos nuevos en nuestra región, las poblaciones negras, hispanas e indígenas tienen casi tres veces más probabilidades de contraer COVID-19 que sus contrapartes blancas”, señaló.
“También tienen casi cinco veces más probabilidades de ser hospitalizadas y el doble de probabilidades de morir a causa del virus”.
Aldighieri explicó que el impacto sobre estas minorías se explica por sus características poblacionales.
Por sus trabajos, que en general no se pueden hacer de manera remota, están más expuestos al virus. También son menos remunerados, por lo cual viven en espacios más reducidos y más densamente poblados, y tienen un acceso más limitado a los servicios de salud.
Además, presentan tasas más altas de comorbilidades, como diabetes, hipertensión y obesidad, que los vuelven mucho más vulnerables al virus.
Este año en Estados Unidos, casi 211,000 personas murieron y 7.5 millones se contagiaron del nuevo coronavirus, que se encamina a convertirse en la tercera causa de muerte en el país en 2020.
Etienne también subrayó el fuerte impacto de la COVID-19 entre los indígenas de zonas amazónicas de Colombia y Brasil, que según dijo tienen diez veces más probabilidades de contraer la enfermedad que otros grupos étnicos.
La pobreza en que viven estas poblaciones, tanto en zonas urbanas como rurales, y las barreras culturales que enfrentan, no solo de idioma, explican esto, dijo Aldighieri.
Añadió que un 50% de estos indígenas viven en zonas remotas, lo cual dificulta aún más su atención médica.