junio 26, 2018

Urge jubilar la PANcracia y la antroPANfagia.

Por: Manuel Narváez Narváez/InsuergentePress/Ciudad de México.- No creo que estas elecciones sean las exequias del PAN pero sí es buen momento para jubilar a muchos y devolverle el poder a la militancia.

Con pocos días para conocer el lugar que ocupará el Partido Acción Nacional en los resultados de la elección una vez descontadas las facturas por pagar al PRD y MC y sin olvidar que el PRI puede todavía mover puntos a su favor gracias a su típico batidero el día de la jornada electoral; el ganador está prácticamente definido.

Alertados por los escenarios preliminares y de la alta posibilidad de repetir en el tercer lugar, los grupos internos del PAN orientan sus esfuerzos a rescatar espacios en las campañas locales y el congreso federal.

La disputa por hacerse del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) al terminar el proceso electoral, ha llevado a los grupos antagónicos a concentrase en obtener el mayor número de diputaciones locales, alcaldías, diputaciones federales y senadurías, dejando a su suerte al candidato presidencial.

Aún y cuando la aventura de Ricardo Anaya termina el 1 de julio, no significa que sea marginado en la toma de decisión del próximo dirigente nacional panista. Esto se puede constatar con el acuerpamiento convenenciero de algunos gobernadores en la recta final de la campaña que quieren tender un puente con el todavía candidato.

Con base en las proyecciones de empresas encuestadores y analistas, el PAN perfila el triunfo en la gubernatura de Guanajuato y probablemente en Veracruz y Puebla. Si bien les va, apenas rascarían el centenar de diputados federales y unos 28 senadores de la república.

De resultar certeros estos escenarios, los que tendrán poder son los gobernadores, los grupos políticos de las entidades que más aporten legisladores tales son los casos de Guanajuato, Veracruz y Puebla, y en menor medida Nuevo León, Edomex y CDMX. Anaya mantendría cierta cuota de poder a través de las fórmulas que impuso en algunas entidades y en menor escala los doctrinarios.

De entrada se antoja una disputa encarnizada empezando por repartir las culpas de la derrota. Al mismo tiempo se hará sentir el poder de la nómina y el presupuesto, es decir, el de los gobernadores que se agrupen para desplazar a los anayistas y la fuerza que cobren los reelectos Miguel Ángel Yunes a través de su hijo y Rafael Moreno Valle por conducto de su esposa, ya que ambas entidades (Veracruz y Puebla) muy probablemente sean las bancadas estatales más numerosas.

Por la terracería correrán lo despojos del calderonismo que encontrarían aliados en algunos exgobernadores y muy al margen, los que son mayoría silenciosa y no se les reconoce el valor de su voto, la militancia.

Empero, el futuro mediato del PAN no debe ser exclusivo de la onda grupera que se va a reactivar para tratar de controlar los grupos parlamentarios, las prerrogativas, los posicionamientos del partido y la negocia con el próximo gobierno.

Por ser una entidad de interés público, financiada con recursos de los contribuyentes, con un pasado histórico-democrático y una militancia dolida y desdeñada, es menester ciudadano ocupar una butaca para observar que regrese a sus orígenes.

Es imperdonable ignorar que la militancia, esa que lleva el peso de las campañas y no la de nómina gubernamental, siga marginada de las decisiones para elegir a su dirigente y candidatos. No es posible que las ambiciones de poder sigan siendo la premisa y las que se escuden en las mezquindades de los estatutos para seguir privilegiando las trampas de las alianzas y coaliciones, privando a la base de su derecho a marcar el rumbo del partido.

Si se deja a los grupos enquistados en la cúpula del poder regentear al PAN, es condenar a la militancia a ser simples espectadores y mesa de soporte de una generación rendida a las prebendas y privilegios del poder partidista y público.

Le urge a Acción Nacional jubilar a la PANcracia. Al partido le hace mucho daño seguir sosteniendo en los consejos a la aristocracia partidista caduca como Cecilia Romero, Diego Fernández de Cevallos, Santiago Creel, Marco Adame, Juan Carlos Romero Hicks, Héctor Larios, por citar algunos, y a la camada de gobernadores virreyes como Yunes, Moreno y Corral.

Sería sano para el país y los mexicanos que el PAN se renueve porque si aspira a ser una oposición responsable, la reconquista de la confianza y la credibilidad transita por ser congruente con los ideales que lo concibieron. Si no, es cuestión de tiempo (corto) para que se consolide como un partido testimonial.

Email: Mnarvaez2008@hotmail.com

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