Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Lyft y Uber revolucionaron la forma en que la gente se traslada de un sitio a otro, dándole la posibilidad de pedir un taxi con unos pocos clicks en su teléfono.
El que las empresas consigan generar ganancias con su popularidad, sin embargo, sigue siendo un interrogante, que tratarán de resolver cotizándose en la bolsa.
Lyft empezará a cotizarse en Nasdaq y Uber le seguirá pronto los pasos.
Las dos firmas crecen a paso acelerado y pierden dinero también al mismo ritmo. Las pérdidas de Uber del último trimestre fueron de 865 millones de dólares y las de Lyft de 249 millones.
Ambas enfrentan serios desafíos
La intense competencia entre las dos las obliga a rebajar los precios en un mercado en el que el cliente puede pasar fácilmente de una aplicación a otra para ver quién cobra menos. Las quejas de los conductores obligaron a ambas empresas a mejorar sus compensaciones. Y ambas apuestan ahora a la irrupción de vehículos automáticos, que reducirán el costo del conductor. Pero podrían pasar años antes de que esta sea una alternativa generalizada.
“Ambas empresas tienen algunas debilidades estructurales naturales y cuando observas lo que sucede con Lyft, no tienen ningún plan para combatir esas debilidades ni para generar ganancias en el futuro inmediato”, manifestó Stephen Beck, socio de la consultora cg42. “Lo único que hacen es tratar de mantenerse a flote, ahora en la bolsa”.
Las empresas tecnológicas deficitarias que se cotizan en la bolsa han sido comunes en los últimos seis años y ahora se percibe esa misma tendencia, comparable a la del 2000, en que tantas firmas incursionaron sin éxito en la bolsa, según datos de Jay Ritter, profesor de finanzas de la Universidad de la Florida.
La principal diferencia entre lo que sucede ahora y lo que pasó en el 2000 es que las startups de hoy están más maduras. Muchas de ellas llevan una década en el mercado, con ventas sustanciales, de acuerdo con Ritter.
La plataforma de imágenes Pinterest, que perdió 63 millones de dólares el año pasado, dijo hace poco que piensa cotizarse en la bolsa de Nueva York. También está a la expectativa Airbnb, que facilita el alquiler de viviendas por períodos cortos. Lo mismo que Slack, aplicación de mensajes, y Zoom, que ofrece videoconferencias.
La primera oferta pública de acciones de Lyft está generando el interés de los inversionistas. Las declaraciones del estado de sus finanzas de principios de mes reflejan el notable crecimiento de la empresa. Sus ingresos de triplicaron de los 343,3 millones de dólares del 2016 a los 1,100 millones del 2017 y luego se duplicaron, hasta llegar a los 2,200 millones de dólares en el 2018. También subieron los ingresos por viaje, lo que para algunos analistas revela que la compañía está tomando el control de sus gastos.
“La clave en este terreno es el crecimiento, y ese es el principal valor para los inversionistas, actuales y potenciales”, comentó Alejandro Ortiz, analista de SharesPost.
Lyft se ha enfocado en los principales mercados de Estados Unidos y Canadá, fiel a su misión de ofrecer alternativas a la compra de un auto. Ofrece bicicletas y escúters además de taxis.
Uber, por su parte, ha incursionado en otros campos: Ofrece comidas y entregas de artículos, y experimentó con un servicio de helicópteros y con otro de embarcaciones acuáticas. Tiene además mayor presencia internacional que Lyft, aunque ha abandonado algunos mercados.
Las dos están invirtiendo en tecnología para vehículos autónomos.
Los choferes, que representan un gran costo para Uber y Lyft, están sintiendo el apriete. Uber redujo hace poco el porcentaje que paga a sus conductores, de acuerdo con James Hicks, un chofer que ayudó a organizar una huelga de conductores en Los Ángeles.
“Es irritante porque la paga ya no era buena de por sí”, se quejó Hicks. “Uber y Lyft están raspando el fondo de la cacerola. Tratan de reducir la tajada de los choferes, extrayéndoles todo lo que pueden”.
Uber y Lyft han estado ofreciendo por años viajes por debajo del costo en su esfuerzo por ganarse un espacio en un mercado gigante y competir con los taxis tradicionales.
“Lo han podido hacer porque los inversionistas se han mostrado dispuestos a poner toneladas de dinero”, convencidos de que lo van a recuperar más adelante, dijo Sam Abuelsamid, analista de Navigant Research. “Pero eso no está sucediendo y no creo que vayan a dar ganancias a corto plazo”.
Esto no quiere decir que Lyft y Uber estén destinadas a fracasar. Otras firmas deficitarias, sobre todo en la industria tecnológica, se lanzaron a la bolsa con bombos y platillos y sus acciones tuvieron un buen desempeño.
A Amazon, por ejemplo, le tomó más de cuatro años, desde que empezó a cotizarse, tener un trimestre con ganancias. Su director ejecutivo Jeff Bezos mantuvo los precios bajos y entregas gratis para ganarse a los clientes. El valor de mercado de la empresa es hoy de 900.000 millones de dólares.
Google y Facebook tomaron otro camino. Se lanzaron a la bolsa cuando ya eran empresas rentables y compensaron con creces a sus inversionistas.