Agencias /  Madrid.- El rey emérito Juan Carlos I dejó España para irse a Estoril, Portugal, después de comunicar a su hijo el rey Felipe VI su decisión de vivir fuera del país, según la cadena lusa Televisao Independente (TVI).

La Casa Real española está viviendo su peor día. Este lunes el rey emérito, Juan Carlos I, comunicó a su hijo, Felipe VI, su “meditada decisión de trasladarse fuera de España” ante la “repercusión pública” a raíz de las denuncias de evasión fiscal, causa que se inició por la filtración de unas grabaciones de la ex amante del monarca, la alemana Corinna Zu Sayn-Wittgenstein.

A partir de ahora don Juan Carlos, tomó la decisión de vivir en Estoril, Portugal, y en cualquier momento dejará el palacio de La Zarzuela, donde ha residido en los últimos 58 años.

Se desconoce si la reina emérita, Sofía de Grecia- que sufrió el silencio por las traiciones de su marido- lo acompañará en su “huida” o se quedará en el país.

Ante la repercusión pública de “ciertos acontecimientos pasados” de la vida privada de Juan Carlos I, la monarca, de 81 años, ha preferido mantener una perfil bajo, casi secreto, para no terminar manchada por el escándalo de su esposo, de 82.

La decisión del rey emérito de España, Juan Carlos I, de irse a vivir fuera de España no va a suponer ningún cambio en la situación de su esposa, la reina Sofía, que mantendrá su residencia en el Palacio de la Zarzuela de Madrid y proseguirá con su actividad institucional.

La madre del actual rey, Felipe VI, ha quedado al margen de la controversia al no tener relación con los presuntos negocios en los que pudo participar el rey emérito, indicaron fuentes la Casa Real española.

La reina emérita fue la más perjudicada por los escándalos de Juan Carlos I. Su última aparición pública fue el pasado 6 de marzo, un poco antes de que se decretara el confinamiento obligatorio en España.

La semana pasada, varios medios españoles informaban que tanto el Gobierno como Zarzuela estaban buscando una solución para alejar a don Juan Carlos de la institución. Un hecho que se confirmó hoy y que contó con el visto bueno de Felipe VI, quien se encontraba de vacaciones con su esposa Letizia y sus dos hijas, y ha expresado su “sentido respeto y agradecimiento” por el paso dado. Un movimiento que también podría arrastrar a doña Sofía, como le ocurrió a la infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarin, acusado de delitos fiscales.

El 17 de febrero de 2017, la infanta fue absuelta de los dos delitos fiscales de los que se la acusaba, pero se le condenó a devolver € 265.088 al considerar que se había beneficiado de los delitos cometidos por su marido. Urdangarín fue condenado a seis años y tres meses de prisión.

Esta medida anunciada ahora se hace pública casi cinco meses después de que Felipe VI tomara, el pasado 15 de marzo, su decisión más dolorosa: privar a su padre de la asignación de casi 200.000 euros anuales (219.000 dólares) que percibía de los fondos públicos, mientras renunciaba a cualquier herencia que pudiera corresponderle de sus cuentas en el extranjero

El importante papel de doña Sofía, por lo tanto, podría estar en riesgo por su estrecha relación con don Juan Carlos. Todo a pesar de que los reyes eméritos hace tiempo que no mantienen ningún contacto y que incluso han pasado el confinamiento cada uno por su lado. Sin embargo, de cara a la opinión pública es difícil separarlos.

Con un futuro incierto por delante, lo que sí que está claro es que las apariciones públicas de doña Sofía son casi nulas. En la nota enviada a su hijo, Juan Carlos I no menciona en ningún momento a su esposa, de quien se enamoró un 8 de junio 1961 en York, la ciudad amurallada del nordeste de Inglaterra, durante la boda real de los duques de Kent.

La petición de mano se celebró el 12 de septiembre de 1961 en el hotel Beau Rivage de Lausana, residencia de la reina Victoria Eugenia, abuela de don Juan Carlos. Más tarde, Juan Carlos de Borbón explicó el porqué de su elección: “Amo a la princesa Sofía desde el primer momento en que la vi. Es una de las pocas mujeres que conozco capaz de llevar con toda dignidad una Corona Real”. El 14 de mayo de 1962 fue el día elegido para la boda entre el príncipe de España y la hija mayor de los reyes de Grecia, en Atenas. Fruto de su amor nacieron sus tres hijos: la infanta Elena, la infanta Cristina y, el actual rey de España, Felipe VI.

La reina Sofía ha soportado en silencio los muchos affaires amorosos de su marido, pero la relación con Corinna es la que más le ha molestado.

Según la reina, Juan Carlos dejó de lado sus responsabilidades por culpa de esta mujer. Hay que recordar que la alemana organizó el viaje de cacería a Botswana -un escándalo en plena crisis económica en España-, y es la responsable del juicio mediático que tiene al rey como protagonista.

La ex amante del rey -que mientras mantuvo su romance se instaló durante varios años cerca del palacio de la Zarzuela- confesó que Juan Carlos le regaló 65 millones de euros “por amor”.

En estos casi sesenta años de relación, Sofía eligió mostrarse erguida e inquebrantable ante los rumores de infidelidad de su marido, quien ocupó el trono durante 40 años. Los medios españoles por el momento no mencionan un posible divorcio entre los reyes eméritos pese a que llevan vidas totalmente separadas.

La “mudanza” de Juan Carlos I la deja en una posición muy delicada de cara al incierto papel que va a desempeñar en el futuro dentro de la institución monárquica. Por lo pronto, doña Sofía se trasladó a principios de esta semana a Palma de Mallorca para disfrutar del periodo estival, en un intento por ofrecer cierta imagen de normalidad. Se encuentra en el recinto de Marivent junto a su primogénita, la Infanta Elena, y su hermana, la princesa Irene de Grecia.

Además de disfrutar de unas semanas de descanso, la monarca tiene planeado participar de algún acto con carácter institucional a la espera de la llegada a Palma de los Reyes y sus hijas, que se producirá el fin de semana del 7 y 8 de agosto.

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Por otra parte, en los últimos meses las princesas Leonor y Sofia empezaron a cobrar más protagonismo en los actos sociales. Según los expertos reales, una manera de “limpiar” la imagen de la monarquía en estos tiempos difíciles.

Aunque ya no es ningún secreto para el conjunto de los españoles que el matrimonio está roto desde hace décadas, se ha querido hasta ahora contra viento y marea mantener cierta visibilidad de unidad familiar justamente por preservar la naturaleza familiar de la institución monárquica. Todo indica que Sofía seguirá residiendo en el palacio real daría por hecho.

El diaria EL Mundo afirma que Sofía demostró en un buen número de actos públicos que se había reconciliado con su marido, después tantos años amargos en los que les costaba hasta dirigirse la palabra. Hoy la madre del rey de España espera conocer cuál será su destino en la Casa Real española.

De acuerdo al diario El País, la reina Sofía seguirá viviendo en La Zarzuela tras la marcha de Juan Carlos I y continuará continuará con su institucional así como con las labores de la fundación que lleva su nombre. El pasado 16 de julio, la reina Sofía se dejaba ver trabajando en su despacho en La Zarzuela, donde había presidido una reunión de la Fundación Reina Sofía. Una imagen que se producía en medio de la polémica de las cuentas privadas en Suiza del rey emérito y que buscaban poner algo de calma en la familia real.

Don Juan Carlos y doña Sofía llevan distanciados en el plano sentimental desde hace varios años, si bien han mantenido su residencia en La Zarzuela usaban habitaciones separadas. Antes de la retirada pública del rey Juan Carlos hace un año, doña Sofía protagonizó algunos actos con él. Durante 2020, solo se la vio con Juan Carlos I a comienzos de año en el entierro y el funeral de la hermana mayor del rey emérito, la infanta Pilar de Borbón.

La reina Sofía siempre ha representado una referencia para su hijo Felipe VI y así lo ha reconocido en público en varias ocasiones. La última fue en diciembre de 2018, en el homenaje por el 40 aniversario de la Constitución, cuando ensalzó “el apoyo permanente y comprometido” de su madre un mes después de cumplir 80 años. En mayo de 2017, también le expresó su “reconocimiento y admiración” por “el gran ejemplo” que ella suponía y por la “humanidad y compromiso” demostrados en favor de los más desfavorecidos.

Su hermana la princesa Irene de Grecia es su gran apoyo moral desde hace varios años y quien suele a acompañarla a actos públicos, además de residir con ella en Madrid parte del año. Con ella viajó a Atenas a principios de febrero para asistir a la presentación de los diarios de su madre, la reina Federica, junto con su otro hermano, Constantino.

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