De Primera Mano/Por Rodulfo Reyes/Villahermosa.- La semana de la Nochebuena del año pasado ha sido la más amarga para la población por el desgobierno que se vivió en esas fiestas: trabajadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y de la Secretaría de Educación, así como jubilados y pensionados del ISSET, pusieron de cabeza a Villahermosa e incomunicaron a la capital tabasqueña con la Ciudad de México y la península yucateca.
Previo a que Arturo Núñez Jiménez le entregara el mando a Adán Augusto López Hernández, el Edén estaba convertido en un barril de dinamita a punto de estallar, pues la administración se había quedado sin plata para cumplirles a los burócratas los compromisos de fin de año.
Un sexenio atrás, en 2012, en el cierre del gobernador priísta Andrés Granier Melo, se encendieron las alarmas en hospitales públicos por falta de medicamentos e insumos, pero el asunto no se salió de control, toda vez que sí se cubrió el pago al personal médico.
En diciembre último la señal más cruda de que las cosas no andaban bien se dio el martes 18 por la tarde en el Hospital del Niño, cuando la directora del DIF estatal, Martha Lilia López Aguilera, llegó a visitar al nieto de una hermana suya que estaba internado ahí.
Apenas se reconoció a la esposa del mandatario, una turba de empleados se le fue encima para reclamarle el cumplimiento de salarios por parte de la Secretaría de Salud, así como la escasez de medicinas. Mientras se dirigía al estacionamiento, la ‘primera dama’ recibió gritos de trabajadores enardecidos.
López Aguilera se subió a su camioneta y durante unas siete horas permaneció enclaustrada, pues no dejaban salir la unidad, hasta que negociadores de la Secretaría de Salud se comprometieron a liberar las remuneraciones retenidas.
Fue necesario también que cientos de policías antimotines formaran una valla disuasiva para que el vehículo pudiera abandonar el lugar, entre insultos y golpes en los costados.
Un día antes, jubilados y pensionados del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) habían amagado con cerrar el centro de Villahermosa si para el jueves 20 de no recibían su aguinaldo. Como Núñez no cumplió, 24 horas después calles y avenidas de la capital fueron bloqueadas por oficinistas del ISSET apoyados por maestros.
Lo más grave se registró en la carretera a Cárdenas, en donde se instaló un ‘retén’ que impedía el tráfico que venía de la península hacia la capital del país.
La Policía era insuficiente y no podía multiplicarse para atender la anarquía del primer cuadro de la capital, mientras se agudizaban el nudo vial en las carreteras que interconectan al estado.
A un año del caos del infierno en que el marido de Martha Lilia convirtió a su gobierno, los tabasqueños van a pasar una Navidad sin sobresaltos. El nuevo régimen logró desactivar el preludio de desgobierno provocado por la falta de emolumentos de fin de año.
Acostumbrados a vivir entre protestas, los ciudadanos no han caído en la cuenta que este parece ser el primero de muchos años que va a terminar literalmente en paz.
Y, para agravar el desconcierto ante tranquilidad perdida, el último mes de 2019 pinta para ser el diciembre con menos violencia en la entidad.
Falta hacer el corte con los números que presenta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pero por lo pronto se puede observar que en las redes sociales ha dejado de difundirse a diario hechos de sangre.