Agencias/Ciudad de México.- América volvió a hacerlo. Venció a Chivas 2-0, esta vez a domicilio y en la fecha 11 del torneo Clausura 2019 de la Liga. Lo hizo sin aspavientos, con un juego en el que no se exigió demasiado, con un gol demasiado temprano y una expulsión que devastó a los rojiblancos.
Dos derrotas consecutivas. Ambas en un clásico, ese duelo que involucra tanto al honor como a los puntos en juego, y sucedieron en la misma semana, eso desmoraliza al más entusiasta. Chivas no sólo fue sometido y expuesto por América en los cuartos de final de la Copa MX, sino que en el duelo de liga volvió a exhibir la vulnerabilidad del conjunto tapatío.
Toda la afición del Rebaño confiaba que este sábado verían la versión por la que eligieron vestir los colores del conjunto tapatío. Pero lo que ocurrió fue el segundo acto de un drama al que no se le adivina final.
A tres minutos de que sonó el silbatazo de inicio América volvió a hacerles daño. Sin compasión, en un fogonazo de astucia, Renato Ibarra se escapó por la derecha sin que nadie lo importunara. Envió un centro limpio al área, donde apareció Nicolás Castillo para meter el primero del América.
Chivas trató de recomponer y logró controlar el ritmo, pero el nerviosismo se contagió entre las líneas rojiblancas, se desprendían de la pelota apresurados o titubeaban para compartirla con el compañero mejor ubicado.
Chivas no podía permitirse descuidar el partido de manera grosera, con errores que pudieron evitar. Pero algo les impidió moverse con la firmeza necesaria. En una disputa por el balón, Jesús Molina le dejó los tachones al tobillo de Guido Rodríguez. La entrada fue tosca y el árbitro lo expulsó al minuto 37. El Rebaño quedó más vulnerable que nunca en esta semana.
América buscó capitalizar la superioridad de jugadores. Pero Chivas se salvó de recibir otro tanto. Así se marcharon al descanso, con un respiro de alivio para ver si en el vestidor Cardozo podía proponerles alguna estrategia de emergencia.
Al volver, no hubo cambios. Los rojiblancos eran un equipo herido, sin peligro, y los americanistas parecían dispuestos a cebarse con el rival. Andrés Ibargüen estaba en plan osado, se metió al área, recortó ante una defensa descontrolada, casi asustada, para disparar con derecha directo a la portería de Raúl Gudiño y sumar el segundo a la cuenta de Las Águilas al minuto 50.
Como por honra, Chivas tuvo visos cerca del final, con Isaac Brizuela, pero la inferioridad numérica se notaba a la hora de construir jugadas de conjunto. Los americanistas parecían satisfechos y no sudaban de más, incluso parecía que se conformaban con repetir el marcador del miércoles.
Hubo unos minutos en los que dejaron crecer al Rebaño, Dieter Villalpando apuntó bien al arco, pero Agustín Marchesín alcanzó a tenderse para quedarse con la pelota. Luis Madrigal todavía remató de media vuelta, pero la fortuna favoreció a Marchesín.
América llegó a 19 puntos en la tabla para ubicarse en la cuarta posición. Chivas se quedó con 15 unidades. Los de Cardozo necesitarán mucho trabajo terapéutico para recuperar la confianza.
Mantuvo durante 47 años cerrado el regalo que su ex le hizo al dejarlo. Cuando lo abrió, no podía creer lo que había dentro.