Agencias/Ciudad de México.- La Comisión Nacional de Derechos Humanos en Indonesia presentó un informe en el que identifica al gas lacrimógeno lanzado por la policía como el principal desencadenante de la estampida que dejó 135 muertos en un estadio de fútbol el pasado 1 de octubre.

Los disparos con gas lacrimógeno por parte de la policía de Indonesia fueron el principal desencadenante de una estampida mortal en un estadio de Java Oriental el mes pasado, declaró la comisión de derechos humanos del país en un informe sobre el incidente publicado.

Funcionarios de la Comisión de Derechos Humanos (Komnas HAM) informaron que 135 personas murieron, la mayoría por asfixia, en la estampida que se produjo tras el partido en el estadio de Kanjuruhan, en la regencia de Malang, el 1 de octubre.

Las autoridades indonesias y la Asociación de Fútbol de Indonesia (PSSI) enfrentaron críticas en las últimas semanas sobre por qué la policía disparó 45 rondas de gas lacrimógeno dentro del estadio, una medida de control de multitudes prohibida por el organismo rector del fútbol mundial, la FIFA.

“Tiene que haber una responsabilidad legal”, dijo el presidente de Komnas HAM, Ahmad Taufan Damanik.

La comisión de derechos humanos se hizo eco de conclusiones similares formuladas el mes pasado por un equipo gubernamental de investigación, que concluyó que múltiples factores, como el uso excesivo de gases lacrimógenos, las puertas cerradas, el exceso de capacidad del estadio y la falta de aplicación adecuada de procedimientos de seguridad, agravaron la aglomeración.

Los comisarios de la Komnas HAM especificaron siete violaciones de los derechos humanos en uno de los peores desastres en un estadio del mundo, entre ellas el uso excesivo de la fuerza y la violación de los derechos de los niños. Entre las víctimas mortales había 38 menores.

El organismo de derechos humanos concluyó que los organizadores habían favorecido los intereses comerciales por sobre las normas de seguridad, a pesar de las advertencias de la policía de Malang de que el partido era de alto riesgo debido a la feroz rivalidad entre aficionados de los dos clubes.

Una comisión especial formada por el Gobierno también culpó el mes pasado al gas lacrimógeno por la estampida, así como el uso de la fuerza por la policía y las puertas cerradas o no abiertas del todo que formaron cuellos de botella.

La tragedia se produjo cuando los hinchas del club Malang, el equipo local en Kanjuruhan, invadieran el campo tras haber perdido contra el Persebaya Surabaya por 2 a 3 en la ciudad de Malang, en la isla de Java.

El día del partido no había aficionados del equipo rival, pero algunos hinchas del Arema reaccionaron con ira y chocaron contra la policía.

La Policía, que ha sido acusada de exceso de fuerza, respondió usando sus porras y lanzando gases lacrimógenos dentro del campo, pese a que su uso en los estadios está prohibido por la FIFA.

Las víctimas mortales por la estampida incluyen a dos policías y a 33 menores de entre 4 y 17 años, al tiempo que se produjeron unos 484 heridos, casi un centenar de gravedad.

Tras el incidente, el jefe de la Policía de Malang fue destituido y nueve agentes fueron suspendidos, al tiempo que otros 19 fueron puestos bajo investigación.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, anunció además que el estadio de Kanjuruhan será demolido y posteriormente reconstruido de acuerdo con las normativas de la FIFA “garantizando la seguridad de los espectadores y jugadores”.

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