Redacción InsurgentePress/Agencias/Ciudad de México.- El olor a pólvora en medio de un constante tableteo de metralletas sigue sembrando pánico entre los habitantes mientras las autoridades se encargan de recoger cadáveres abandonados de uno y otro bando de sicarios en las calles convertidas en un campo de batalla en varios puntos de Sinaloa, en los últimos 13 días.

Ayer, los verdugos abandonaron los cuerpos de cinco hombres ejecutados con un sombrero en la cabeza con iniciales “MZ” al sur Culiacán, sobre la carretera México 15, simultáneamente los pistoleros protagonizaron un cruento enfrentamiento en la región de Tres Ríos y otras colonias en la capital de Sinaloa.

Paralelamente, usuarios difundieron en redes sociales videos de un fuego cruzado cerca del centro comercial Cuatro Ríos que obligó a la evacuación de cientos de personas.

Los hechos se producen en medio de una ola de violencia ha dejado 70 muertos en enfrentamientos entre los sicarios de ‘Los Chapitos’ y pistoleros de ‘Mayito Flaco’ tras la ruptura de la añeja sociedad del Cártel de Sinaloa, el más poderoso en infraestructura económico y equipo bélico.

El Cártel de Sinaloa entró en una dura pelea interna de liderazgos entre Ismael ‘El Mayo Zambada’ y ‘Los Chapitos’.

El pasado 25 de junio, en un confuso operativo que las autoridades estadounidenses todavía siguen sin aclarar por completo, capturaron ‘El Mayo’, junto a Joaquín Guzmán López, uno de ‘Los Chapitos’ en un aeropuerto de El Paso, Texas. El Gobierno mexicano no participó en ningún sentido y se enteró con los hechos consumados.

Después de la sorpresa inicial, se extendió la versión, todavía sin comprobar que Guzmán López habría secuestrado, con el apoyo de agentes de Estados Unidos, a Ismael ‘El Mayo’ Zambada, en el marco de las disputas internas en el Cártel de Sinaloa.

El arresto de ‘El Mayo’ basado en la traición de Guzmán López, detonó la violencia en Sinaloa.

El pasado 9 de septiembre, inició una escalada de violencia entre pistoleros de ‘Los Chapitos’ y ‘Mayito Flaco’, antes amigos hoy enemigos irreconciliables que ha evidenciado las complicidades de funcionarios del alto nivel con el cártel de Sinaloa.

Los sicarios de “Los Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y pistoleros “Mayito Flaco”, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, desplegaron una cacería entre ellos sin medias tintas con balas que llevan dedicatoria de muerte.

El pasado 15 de septiembre, las autoridades hallaron los cuerpos de cinco hombres con tiro de gracia, huellas de tortura y sombreros colocados entre la sangre al sur del municipio de Culiacán.

El mensaje subliminal de los verdugos ha sido colocar sombreros a las víctimas en relación al apodo de Ismael “El Mayo” Zambada, que es “El Señor del Sombrero”.

Dos días antes, sicarios abandonaron una cabeza humana en una caja de pizza, en referencia a “La Chapiza”, como también se le conoce a “Los Chapitos”, en Culiacán.

Simultáneamente, los pistoleros ejecutaron a una mujer en la colonia Genaro Estrada, a otro hombre en la Miguel de la Madrid, y uno más en el Fraccionamiento Acueducto, en Culiacán.

Paralelamente, los sicarios mataron a dos hombres y una mujer en las comunidades de Conitaca y Alta Rosa, en el municipio de Elota, a 170 kilómetros al sur de Culiacán.

La mayoría de los pobladores permanecen bajo confinamiento voluntario en sus viviendas y cerraron sus negocios para evitar los enfrentamientos a plena luz del día en las principales regiones de Sinaloa.

Los bandidos instalaron narco-bloqueos y regaron poncha llantas en el tramo de la carretera Mazatlán-Durango.

El miedo ha permeado entre los habitantes que han visto la secuencia de los tiroteos día tras día y noche tras noche en medio del vacío de poder gubernamental que suspendió las clases desde el nivel básico hasta el superior y los festejos del Grito de la Independencia, en Sinaloa.

El olor a pólvora, reguero de casquilos percutidos y hombres ejecutados rodean por doquier las calles de Sinaloa. El monstruo del narcotráfico está allí y reclama venganza derivado de las traiciones del poder en turno hacia uno de los históricos capos de la región: Ismael ‘El Mayo’ Zambada.

Los habitantes no han podido apartar el miedo y optaron por permanecer callados al interior de sus viviendas para evitar ser alcanzados por alguna bala pérdida en las calles. Cualquier ruido o sombra extraña les provoca sobresaltos.

La disputa entre ‘Los Chapitos’ y ‘Los Mayos’ a través de las armas ha desatado una cacería que prevé no dejar carne viva entre ellos.

En 13 días oficialmente han sido contabilizados 70 cadaveres, 11 heridos de bala y 32 desaparecidos de manera forzada en Culiacán y Eldorado, Sinaloa. Y otros que han muerto con los pertrechos de ‘guerra’ puestos en lugares oscuros de los que ninguna autoridad ha dado cuenta.

Desde el pasado 9 de septiembre, las vehículos con equipo artesanal blindado y camionetas con hombres armados con fusiles de alto poder de ambos bandos transitan libremente entre las calles y barrios de Culiacán, capital de Sinaloa.

Además, los sicarios desplegaron operativos simultáneos en el municipio de Eldorado y la sindicatura de Costa Rica, con las intenciones de descargar sus armas contra sus rivales, antes amigos.

Los intercambios de fuego entre los sicarios de “Los Chapitos”, como se le conoce a los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, contra los pistoleros de “El Mayito Flaco”, hijo de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, llevan dedicatorias de balas con destino al infierno.

El mensaje entre los pistoleros de ‘Los Chapitos’ y ‘El Mayito Flaco’ ha sido claro: ningún rival quedará de pie, la ‘traición’ se paga con sangre y esa corre a chorros en Sinaloa.

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