Agencias/ Ciudad de México.- En la presentación del filme El complot mongol, el protagonista Damián Alcázar sostuvo: “hay prioridades que se deben solventar. Los intelectuales y artistas que tenían sus becas, ahora que permitan a los habitantes de la sierra mazateca o de Tapijulapa, de Tabasco o del desierto de San Luis Potosí que el gobierno los apoye”.
Afirmó que el Presidente “no es mago; no es Harry Potter. Tenemos que ayudar nosotros. Ya después le torceremos el brazo para pedirle más presupuesto, porque este país hay que limpiarlo, sacudirlo y sanearlo. Eso cuesta trabajo, tiempo y dinero. No me puedo quedar con esa idea de que si el año pasado me dieron tanto, ahora me dan menos”.
Lo cierto, prosiguió el actor, es que “donde sí requerimos apoyo es en salas de cine, en la exhibición, porque se filman más de cien películas al año, de las cuales no podemos ver ni cinco, pues están cinco días en cartelera. Es más un asunto de estipulación legal que económica, porque el dinero tiene que ir a las emergencias”.
Damián Alcázar, quien encarna a Filiberto García en El complot mongol,dirigida por Sebastián del Amo, estuvo acompañado en la presentación por Bárbara Mori (Martita La China), Eugenio Derbez (Rosendo de Valle), Roberto Sosa (El Licenciado), Moisés Armendáriz (Espía Ruso) y Hugo Stiglitz (Hugo Stiglitz).
Acerca de su participación, señaló: “es una fortuna caer en historias formidables, cálidas, entrañables, además de estar acompañado por este elenco comandado por Sebastián, quien consigue perfectamente la época; además, el trabajo de arte es sensacional y la fotografía maravillosa.
“La historia se convierte en una pieza cinematográfica extraordinaria; si leen la novela la van a disfrutar, pero si ven la película la van a redisfrutar”, agregó Alcázar sobre esta adaptación de la novela de Rafael Bernal, la cual celebra este año medio siglo.
Por su parte, Del Amo aceptó “es una novela de rabiosísima actualidad, porque si leemos el periódico observamos las intrigas entre Estados Unidos, Rusia, China y tal vez ya no sea Cuba la manzana de la discordia, sino Venezuela; el panorama no es muy diferente”.
Tal parece que “la historia es cíclica o que estamos condenados a tropezarnos varias veces con la misma piedra”, sostuvo el realizador.
La trama se ubica en 1963, cuando la URSS capta el rumor que China pretende asesinar al Presidente de Estados Unidos en su próxima visita a México. En ese contexto, Filiberto García, un policía judicial, más con alma de matón que de detective, tiene 72 horas para investigar el complot mongol, en una alucinante intriga internacional, donde se entretejen el tráfico de influencias, la violencia, asesinatos y la persecución.
Roberto Sosa, quien en su personaje de El Licenciado alude al “cuatismo” que al parecer rige al país, puntualizó: “esto un reflejo de lo rancio de un sistema, de la amargura de haber podido ser y no ser, donde se debe tener claro cómo funcionan las relaciones laborales, donde no importa lo que sepas o hayas hecho, lo que de pronto funciona es con quién te relacionas y quiénes son tus cuates”.
En realidad, agregó el actor, en la cinta se observa “un momento de confesiones y revelaciones de parte de un licenciado que dice las netas, verdades incómodas que duelen y que desafortunadamente siguen vigentes”.
En El complot mongol, que se estrena en salas este jueves, también participan Xavier López Chabelo, quien encarna a El Coronel, así como Ari Brickman y Salvador Sánchez, entre otros actores.