Agencia/InsurgentePress/ Ciudad de México.- Nunca podrá saber si habría ganado la Palma de Oro en Cannes con Roma, pero ayer, en Venecia, el director mexicano Alfonso Cuarón se convirtió en un firme aspirante al León de Oro con este drama que ha emocionado a la crítica del festival de cine italiano.
Dedicada a Lobi, la mujer que lo cuidó cuando el director era pequeño, la película retrata en blanco y negro ese binomio de colores tan asociado al recuerdo, la historia de una familia de cuatro hermanos de clase media-alta en los años 70 que es abandonada por el padre y vive en la colonia Roma, barrio del centro de la capital mexicana. Y lo hace desde el punto de vista de la empleada doméstica, joven indígena al servicio de la familia que también vive su propio drama, pero ello no se interpone en las tareas de la casa ni en el vínculo afectivo que establece con los pequeños del hogar.
“Lobi se convirtió en parte de la familia y nosotros nos convertimos en parte de su familia”, explicó ayer el realizador, quien partió de sus recuerdos para componer el personaje protagonista que habla mixteco.
“Cuando creces con alguien que amas, no cuestionas su identidad. Este proceso me forzó a ver a Lobi como una mujer con toda su complejidad, como una mujer que pertenece a las clases bajas, como una mujer que tiene origen indígena; entonces, eso creó un nuevo punto de vista que quizá yo no tenía. Yo la tomaba nada más como mi mamá”, explicó el realizador.
“Es indudable que al menos en mi hogar las mujeres fueron las que llevaron la casa. No había hombres”, añadió Cuarón, nacido en Ciudad de México en 1961.
El cineasta construye así uno de sus trabajos más personales, no sólo porque es autor del guion y se ha encargado de la edición, la fotografía y la dirección, sino porque ha narrado la historia indagando en sus recuerdos personales, y ha reconstruido la casa de su infancia como set de la película.
Yalitza Aparicio, que a pesar de ser debutante tiene el fuste en la gran pantalla de la mejor estrella de Hollywood, es la protagonista y el alma de este drama en el que tanto ella como la patrona de la casa (a la que da vida la actriz Marina de Tavira) se ven forzadas a salir adelante ayudándose mutuamente. Y eso ocurre además en tiempos convulsos, como la masacre de estudiantes, a cargo de fuerzas paramilitares, de la que es testigo la protagonista y que hace referencia a la matanza del jueves de Corpus en Ciudad de México en 1971, también conocido como el halconazo.
Aunque está ambientada en los años 70, la historia de estas mujeres se sigue viendo en muchos lugares, aseguró Aparicio ante la prensa. “Nos ayudó mucho relacionar esta historia con lo que hemos visto, con lo que hemos vivido”, insistió la debutante, de profesión educadora.
La frescura que respira este relato de la sociedad mexicana se debe también a la forma en la que el director trabajó con los actores, que nunca tuvieron guion y fueron descubriendo su personaje tal cual avanzaba la historia.
Tras el éxito de su odisea por el espacio con Gravity, el director vuelve a emocionar al dar un giro a su filmografía con un drama íntimo con varias lecturas, entre ellas la ausencia de la figura paterna, la resiliencia de la población indígena, la división social, las familias diversas que surgieron sin lazos de sangre.
La mirada de Cuarón, primer mexicano en levantar el Óscar al mejor director, se mueve entre el cariño y el homenaje, con apenas un resquicio de autocrítica a unas relaciones sociales que siempre han estado determinadas por la clase social y la raza.
Roma, el regreso a México de Cuarón tras una larga y exitosa carrera en Hollywood, viene precedida por la polémica. No se estrenó en el Festival de Cannes tras la disputa entre los organizadores del certamen francés y la plataforma de streaming Netflix (como productora de la cinta), que tiene sus propias normas sobre cuándo y dónde estrenar la película.
El realizador aseguró hoy que se estrenará en salas y calificó de injustas las críticas a la plataforma. En su opinión, un trabajo como el suyo, un drama en blanco y negro, tiene menos oportunidades en una exhibición convencional. “Uno tiene que pensar en la película a largo plazo. La gente tendrá opción de sala, pero lo que es realmente importante es que la película tenga cierto impacto para que con el paso del tiempo no se pierda”, señaló Cuarón, quien está convencido de que Netflix ofrece el escaparate adecuado.
“Tarde o temprano nuestras películas van a vivir en el formato doméstico”, aseguró. Roma se presenta a concurso en Venecia, en una jornada en la que fue casi ignorada The Mountain, del estadunidense Rick Alverson.
Con información de La Jornada.