Agencias / Washington.- Estados Unidos anunció que suspenderá un incremento a los aranceles sobre 250.000 millones de dólares en importaciones chinas que entraría en vigor el martes, y China accedió a comprar de 40.000 a 50.000 millones en productos agrícolas estadounidenses, lo que representa una tregua en la guerra comercial que libran las dos economías más grandes del mundo desde hace 15 meses.

La Casa Blanca señaló que los dos países optaron por dejar para negociaciones futuras temas más espinosos, entre ellos las poco rigurosas protecciones de China a la propiedad intelectual extranjera. Pero se requerirá de mayor progreso en diferencias importantes en negociaciones posteriores, incluyendo las acusaciones de Estados Unidos de que China obliga a otros países a entregar secretos comerciales a cambio de acceso al mercado chino.

El presidente Donald Trump anunció la tregua comercial durante una reunión en la Casa Blanca con el principal negociador de China, el viceprimer ministro Liu He. La noticia se dio a conocer después de dos días de negociaciones en Washington.

“Son negociadores muy duros”, dijo Trump a la delegación china.

Trump aún no cambia sus planes de imponer aranceles a partir del 15 de diciembre a otros 160.000 millones de dólares en importaciones chinas, una medida que ampliaría los gravámenes a prácticamente todos los productos que envía la nación asiática a Estados Unidos.

Los aranceles del 15 de diciembre cubrirían una amplia gama de productos de consumo, como ropa, juguetes y smartphones, y posiblemente los compradores estadounidenses resentirían un incremento en los precios.

Sin embargo, los inquietos mercados financieros acogieron la posibilidad de una reducción en las tensiones entre Washington y Beijing.

Ambas partes se encuentran estancadas primordialmente en las aseveraciones del gobierno de Trump de que China roba tecnología y presiona a las compañías extranjeras a entregar sus secretos comerciales como parte de un intento de convertirse en el líder mundial en robótica, vehículos autónomos y otras tecnologías avanzadas.

Beijing se ha rehusado a realizar importantes reformas políticas que satisfagan al gobierno. Hacerlo requeriría que China redujera sus aspiraciones de supremacía tecnológica, algo que es percibido como crucial para su prosperidad.

Horas antes, China anunció una agenda para cumplir con su promesa de permitir propiedades extranjeras absolutas de algunos negocios financieros, comenzando con los operadores de futuros a partir del 1 de enero, mientras Beijing intenta que su desacelerada economía se vuelva más competitiva y eficiente.

También se pondrá fin a los límites de propiedad para compañías de fondos de inversión a partir del 1 de abril, y para firmas de inversión desde el 1 de diciembre, anunció la Comisión Reguladora de Inversiones de China. Hasta el momento, los inversionistas extranjeros estaban limitados a poseer únicamente el 51% de esas empresas.

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