Agencias/Filadelfia.- Hillary Clinton asumió anoche la nominación del Partido Demócrata a la Casa Blanca con dos llamados clave: a la unidad y a contrarrestar el odio y el miedo que promulga Donald Trump.
Descartó que un solo hombre pueda lograr cambios económicos y políticos en Estados Unidos -como presume el magnate- y llamó a los votantes republicanos, demócratas e independientes a sumarse a su campaña.
Desde el Wells Fargo Center de Filadelfia, la ex Primera Dama pronunció un discurso de cierre en el que intentó pintar a Trump como un hombre sin ideas claras.
“No le crean a nadie que les diga: ‘Yo sólo puedo arreglarlo'”, arengó Clinton.
La también ex Secretaria de Estado, quien lleva una ligera ventaja en varios de los 13 estados que serán decisivos en la elección de noviembre, intentó desnudar a Trump frente a los televidentes.
“Nosotros decimos: ‘Lo arreglaremos juntos’. Recuerden: nuestros fundadores lucharon una revolución y escribieron una Constitución para que Estados Unidos nunca fuera una nación donde una persona tuviera todo el poder”, indicó Clinton, siguiendo líneas trazadas el miércoles por el Presidente Barack Obama.
Nombrando 47 veces a Trump en un discurso de 57 minutos de duración, Clinton evitó criticar al Partido Republicano en su discurso -tal como otros oradores en la convención lo habían hecho- y pintó al magnate como un hombre inestable.
“¿Tiene Donald Trump el temperamento para ser Comandante en Jefe? (…) Imagínenselo en la Oficina Oval enfrentando una verdadera crisis. Un hombre a quien uno puede molestar con tan sólo un tuit no es un hombre a quien podemos confiarle armas nucleares”, apuntó Clinton.
Uno de los personajes públicos más conocidos de los últimos 30 años en EU, la abogada de la Universidad de Yale cumplió ayer una meta que le había sido negada ocho años antes cuando el hoy Presidente Obama la derrotara en la contienda interna demócrata.
Involucrada en diversos escándalos en la década de 1990 tanto por cuestiones financieras como el conocido engaño de su marido en la Casa Blanca, Clinton buscó proyectarse también bajo un manto de un patriotismo positivo.
Presentó, por ejemplo, a Khizr Khan, padre de un soldado musulmán caído en Irak, para contrarrestar los dichos del republicano contra los inmigrantes de esa fe.
“¿Donald Trump, usted siquiera ha leído la Constitución de EUA? (…) ¿Ha estado alguna vez en el cementerio de Arlington? Vaya a ver las tumbas de los patriotas valientes que murieron defendiendo al país y verá todas los credos, géneros y etnias. Usted no ha sacrificado nada ni nadie”, dijo Khan.
“Seré Presidenta para los demócratas, republicanos e independientes. Para aquellos que están pasando tiempos difíciles, los que luchan y los que ya tienen éxito. Para los que voten por mí y los que no”.
“Imagínense (a Trump) en la Oficina Oval durante una verdadera crisis. Un hombre a quien se puede molestar con un tuit no es un hombre a quien podemos confiarle las armas nucleares”.