Redacción

Ciudad de México, 28 julio 2017.-El gobierno de México no revelará sus objetivos respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN)  para evitar “resistencias o controversias”, mientras que Estados Unidos dio a conocer abiertamente la semana pasada su posición.

Sin embargo, sí dejó en claro a través del ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, que México no cooperará en materia de seguridad ni en migración si Estados Unidos “maltrata el comercio”.

“No podemos aspirar a que si no nos tratan bien en materia comercial haya colaboración de México en materia de seguridad o de acuerdos migratorios, porque es una negociación integral”, afirmó.

México “no permitirá el proteccionismo disfrazado” y la idea es llegar a un “acuerdo integral, donde México responda en función de los logros que consiga en materia comercial, de seguridad y migración”, expuso.

A dos semanas y media de que comience la primera ronda de pláticas, señalada para el 16 de agosto, el ministro de Economía Ildefonso Guajardo se reunió a puertas cerradas con un grupo de senadores de su país para revelar únicamente algunos detalles de la estrategia mexicana, sin entrar en definiciones muy precisas.

“Sí hemos definido metas: ningún paso atrás, no aceptación de aranceles ni cuotas para el comercio, mejorar la cadena de integración de América del Norte, posicionar a México como una plataforma eficiente de exportaciones“, señaló al enumerar algunos de los propósitos de la estrategia mexicana.

La representación Comercial de Estados Unidos reveló que sus objetivos eran en este proceso de modernización del también llamado NAFTA (por sus siglas en inglés) “reducir el déficit comercial” con sus socios, México y Canadá, así como ampliar el acceso a sus productos agroindustriales sin aranceles o barreras técnicas.

Otros propósitos son “hacer más estricto el proceso de certificación y verificación de los insumos”, es decir, el controvertido tema de las “reglas de origen” y mejorar las condiciones de trabajo en los tres países, incluidos los derechos de libertad de asociación y negociación colectiva.

Finalmente, se plantea Estados Unidos en esta escabrosa renegociación del instrumento que cumplió en enero 23 años y ha triplicado el comercio en la región, eliminar el capítulo 19 del acuerdo sobre solución de controversias, que hizo saltar de la silla de inmediato a México y Canadá.

Guajardo dijo que “el hecho de que Estados Unidos haya puesto objetivos tan puntuales ya generó resistencias”.

Por ejemplo, afirmó que el Senado mexicano ya ha aprobado una resolución que exige a México defender un mecanismo de solución de controversias:

“Si lo que quiere (Robert) Lighthizer (representante comercial de Estados Unidos) es avanzar en sus objetivos, hacerlo a ese nivel de detalle tan pronto en el proceso lo que genera es resistencias”, afirmó Guajardo.

Al argumentar las razones por las que México no quiere entrar en los pormenores de sus objetivos, el ministro señaló que “no es falta de claridad” sino “tema de estrategia de negociación”.

En su encuentro con miembros de la junta de Conciliación Política del Senado, el funcionario que encabezará las difíciles tratativas con sus contrapartes de Estados Unidos y Canadá, exigidas por el gobierno del presidente Donald Trump como parte de sus promesas de campaña, explicó las prioridades del gobierno mexicano.

Entre otras cosas, Guajardo indicó que el sector energético entrará por primera vez en el tratado, que se involucrará a las pequeñas y medianas empresas y que se retomarán todos los avances logrados en el Tratado Transpacífico, del que Trump se desligó apenas pisó la Casa Blanca el 20 de enero pasado.

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