Agencias, Ciudad de México.- La Federación de Fútbol de Noruega prevé abstenerse de dar su aprobación, cuando Arabia Saudí sea ratificada como la sede de la Copa del Mundo de 2034, bajo el argumento de que la FIFA ha hecho muy poco para proteger los derechos humanos en torno del certamen.
“Las propias directrices de la FIFA sobre derechos humanos y diligencia debida tampoco han sido adecuadamente integradas en el proceso, lo cual eleva el riesgo de violaciones a los derechos humanos”, dijo en un comunicado Lise Klaveness, presidenta de la federación noruega.
Las 211 federaciones que integran la FIFA celebrarán una reunión en línea para ratificar la decisión de otorgar a Arabia Saudí el Mundial de 2034 y conceder la edición de 2030 a un proyecto de seis naciones (España, Portugal, Marruecos, Uruguay, Argentina y Paraguay).
“La votación no es sobre quién obtiene las Copas del Mundo 2030 y 2034 — eso ya ha sido decidido”, reconoció Klaveness, quien añadió que la aprobación de la FIFA sin una votación detallada “no se alinea con los principios de un sistema de gobernanza sólido y predecible”.
El año pasado, la FIFA configuró las contiendas para que se presentara sólo una candidatura para cada Mundial, limitando las críticas externas, mientras el organismo rector del fútbol y su presidente Gianni Infantino continuaban construyendo lazos financieros y políticos más profundos con Arabia Saudí.
Arabia Saudí tiene un plan de construcción colosal de estadios, hoteles y sistemas de transporte para la Copa del Mundo, que dependerá en gran medida del trabajo de los inmigrantes.
Ello genera preocupaciones de que la FIFA está invitando a una repetición de los desafíos y muertes que enfrentaron trabajadores en Qatar durante los preparativos para albergar la edición de 2022. Noruega y Klaveness también presionaron a la FIFA y a Qatar antes de ese torneo.
La evaluación interna de la FIFA sobre la oferta saudí calificó el torneo como un riesgo elevado aunque con “oportunidades significativas para un impacto positivo en los derechos humanos”, lo que según algunos activistas no fue sino un intento por encubrir los problemas reales.
Un informe sobre derechos humanos en Arabia Saudí, encomendado por la FIFA, fue encargado a un despacho de abogados estrechamente vinculado al reino, y comprometió a los organizadores de la Copa del Mundo a trabajar sólo con agencias nacionales aprobadas por el Estado más la Organización Internacional del Trabajo respaldada por la ONU.
La OIT en Ginebra, que trabajó con Qatar para reformar el sistema de reglas laborales “kafala”, está actualmente investigando una queja formal que alega abusos en Arabia Saudí y que fue presentada por el sindicato global Building and Wood Workers’ International.
La Federación de Fútbol de Suiza afirmó que apoyará las decisiones de la FIFA 2030-2034, pero señaló que había “vaguedad en ciertos puntos” de la estrategia saudí para proteger los derechos y libertades.
“Consideramos que es el deber de la FIFA y los organizadores, en cooperación con organizaciones internacionales independientes de renombre (más allá de la OIT), examinar de cerca, observar y monitorear si se cumplen los compromisos y promesas hechas a los trabajadores, equipos, aficionados y profesionales de la prensa”, dijo el presidente de la federación suiza, Dominique Blanc“.
Finalmente, el organismo de fútbol suizo consideró que la FIFA y los organizadores de la Copa del Mundo en Arabia Saudí “han aprendido las lecciones de Qatar”.
Sin embargo, la FIFA ha ignorado los consejos de compensar a los trabajadores en Qatar y a sus familias, emitidos por un panel de expertos en derechos nombrados el año pasado bajo presión de los dirigentes de fútbol europeos, incluida Noruega.
La FIFA retuvo el informe del panel durante casi un año hasta publicarlo el 30 de noviembre, dos días después de anunciar un fondo de legado de la Copa del Mundo 2022 de 50 millones de dólares que no da nada directamente a los trabajadores. El dinero se destina a proyectos de caridad vinculados con agencias de la ONU.
“La falta de previsibilidad y procesos abiertos desafía la confianza en la FIFA como el custodio global del fútbol”, dijo Klaveness.
Como sede recién designada del Mundial de fútbol de 2034, Arabia Saudí afirma que construirá o renovará 15 estadios, creará una ciudad futurista y ampliará aeropuertos en una expansión colosal para albergar a millones de personas, entre deportistas, entrenadores y espectadores.
Ello emitirá toneladas de gases de efecto invernadero que calientan el planeta, debido a la producción y transporte del concreto y el acero, al uso de excavadoras y camiones diésel para movilizar material y a los nuevos edificios que consumirán recursos y deberrán enfriarse. Cuando todas las emisiones asociadas con los edificios del mundo se agrupan, son el factor que más incide en el cambio climático.
Construir tantos nuevos recintos es “extremadamente derrochador desde el punto de vista ambiental” porque se emitirá mucho carbono y se utilizarán recursos que escasean, dijo Andrew Zimbalist, profesor de economía en el Smith College de Massachusetts, quien ha escrito varios libros sobre la economía de los megaeventos deportivos. Zimbalist dijo que la Copa del Mundo debería celebrarse en países con una cultura e industria futbolística desarrolladas.
Seth Warren Rose, director fundador de la organización investigadora Eneref Institute, dijo que el mundo estará aún más caliente dentro de una década y no puede permitirse este calentamiento adicional.
“Lo siento, pero estamos viviendo en un planeta diferente. Tenemos que prepararnos para eso”, dijo Rose. “Para 2034, estaremos viviendo en un clima diferente y eso no es una metáfora”.
Rose dijo que su mensaje para los organizadores es: Hagan un esfuerzo genuino para reducir las emisiones o no sean anfitriones en absoluto.
Los planes de Arabia Saudí dependerán en gran medida del concreto, que es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales que calientan el planeta, —el hierro y el acero representan otro 7%—. Los grupos defensores de los derechos humanos están preocupados de que el otorgamiento de la Copa del Mundo de 2034 a Arabia Saudí ponga en peligro a los trabajadores migrantes.
En el libro que respalda su candidatura dando detalles de sus planes de desarrollo en cinco ciudades antes del Mundial, Arabia Saudí refiere que actualmente están en construcción tres nuevos estadios y se planean ocho más, para albergar los encuentros de 48 equipos en 2034.
Los edificios construidos para sucesos deportivos internacionales a menudo terminan convirtiéndose en “elefantes blancos” que permanecen inactivos una vez que terminan los juegos. La Federación de Fútbol de Arabia Saudí no respondió a una solicitud de comentarios.
Arabia Saudí ha propuesto 134 centros de alojamiento para equipos y árbitros, nuevos hoteles, varias sedes de festivales para aficionados, ampliaciones del sistema de transporte, incluyendo un ferrocarril de alta velocidad e inversiones adicionales en su ciudad futurista de Neom.
Gran parte de lo que la nación incluyó en su libro de candidatura se relaciona con el plan estratégico Visión 2030, que el gobierno considera un plan para diversificar su economía y desbloquear nuevas oportunidades de negocio.
La candidatura incluye iniciativas de sustentabilidad, dijo Karim Elgendy, investigador en el centro Chatham House de Londres. Entre éstas figura la operación de estadios con electricidad limpia como la solar, el uso de ventilación natural y sombreado eficientes en materia energética, así como la imposición de estándares ecológicos de construcción.
Pero Elgendy dijo que la escala aparente de los planes de Arabia Saudí para el evento, más las distancias entre las ciudades anfitrionas sugieren que esto podría convertirse en el Mundial más intensivo en la emisión de carbono en la historia. Elgendy dijo que la forma en que se mitigue esto determinará el impacto ambiental-
Sin las medidas adecuadas, el Mundial podría tener una huella de carbono casi el doble del récord establecido en 2022.