Agencias/Ciudad de México.- Remota, helada y prístina en su mayor parte, Groenlandia juega un papel desproporcionado en el clima que miles de millones de personas experimentan a diario y en los cambios climáticos que tienen lugar en todo el planeta.

Groenlandia es el punto donde se encuentran el cambio climático, la escasez de recursos, las tensiones geopolíticas y los nuevos patrones comerciales , dijo Geoff Dabelko, profesor de seguridad y medio ambiente de la Universidad de Ohio.

La isla más grande del mundo es ahora “fundamental de muchas maneras en la competencia geopolítica y geoeconómica”, en parte debido al cambio climático, afirmó Dabelko.

Desde su primer mandato, el presidente electo Donald Trump ha mostrado interés en adquirir a Groenlandia, un territorio semiautónomo de Dinamarca, que es un viejo aliado de Estados Unidos y miembro fundador de la OTAN. También alberga una enorme base militar estadounidense.

Para fines explicativos, Groenlandia es un refrigerador con la puerta abierta o un termostato para un mundo cada vez más caliente, y se ubica en una región cuya temperatura aumenta cuatro veces más rápido que el resto del planeta, dijo David Holland, climatólogo de la Universidad de Nueva York.

El territorio cuenta con valiosos minerales de tierras raras necesarios para las telecomunicaciones, así como uranio, miles de millones de barriles de petróleo sin explotar y un enorme suministro de gas natural que solía ser inaccesible pero que ahora lo es cada vez menos.

Actualmente, China es el encargado de abastecer al planeta de muchos de esos minerales, por lo que otros países como Estados Unidos se han mostrado interesados, dijo Dabelko. Hace tres años, el gobierno de Dinamarca suspendió la explotación petrolera en las costas del territorio, hogar de 57,000 habitantes.

Pero más que el petróleo, el gas o los minerales, hay hielo — una cantidad “ridícula”, dijo Eric Rignot, climatólogo de la Universidad de California, campus Irvine.

Si ese hielo llega a derretirse, reconfiguraría las costas de todo el mundo y podría cambiar los patrones climáticos de manera tan drástica que Hollywood se inspiró en ese escenario para lanzar una película. Groenlandia contiene tanto hielo que, si se llegara a derretir todo, el nivel del mar del planeta se elevaría 7.4 metros (24 pies). Unos 30 centímetros (un pie) de ese hielo es conocido como hielo zombie, el cual ya ha quedado condenado a su derretimiento sin importar lo que suceda con la situación climática, de acuerdo con un estudio publicado en 2022.

Desde 1992, Groenlandia ha perdido aproximadamente 169,000 millones de toneladas de hielo cada año, y las pérdidas alcanzaron las 444,000 millones de toneladas anuales en 2019.

Groenlandia será “un punto focal clave” durante todo el siglo XXI debido al efecto que tendrá el derretimiento de su capa de hielo en los niveles del mar, dijo Mark Serreze, director del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo en Boulder, Colorado. “Probablemente se convertirá en uno de los principales contribuyentes en el futuro”.

Ese impacto “quizás sea imparable”, dijo Holland.

Groenlandia también funciona como el motor e interruptor de una corriente oceánica clave que influye de distintas maneras en el clima de la Tierra, como en la actividad de huracanes y tormentas invernales. Se llama la Circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC por sus iniciales en inglés), y actualmente se está desacelerando debido a la mayor cantidad de agua dulce que llega al océano debido al derretimiento del hielo de Groenlandia, dijo Serreze.

Se teme que un apagón en la cinta transportadora de la AMOC pueda convertirse en un punto de inflexión climático que podría sumir a Europa y a partes de América del Norte en congelaciones prolongadas, un escenario representado en la cinta “The Day After Tomorrow” de 2004.

“Si este sistema de corrientes globales se ralentizara sustancialmente o incluso llegara a colapsar por completo —como sabemos que ha ocurrido en el pasado— los patrones normales de temperatura y precipitaciones en todo el mundo cambiarían drásticamente”, dijo la climatóloga Jennifer Francis, del Centro de Investigación Climática Woodwell. “La agricultura se descarrilaría, los ecosistemas colapsarían y el clima ‘normal’ sería cosa del pasado”.

Groenlandia también está cambiando de color a medida que se derrite, del blanco del hielo, cuyo reflejo envía la luz solar, el calor y la energía lejos del planeta, al azul y verde del océano y la tierra, que absorben mucha más energía, dijo Holland.

Groenlandia juega un papel en la drástica congelación que actualmente se vive en dos terceras partes de Estados Unidos. Y en 2012, los patrones climáticos sobre Groenlandia ayudaron a dirigir a la súpertormenta Sandy hacia Nueva York y Nueva Jersey, según el experto en clima invernal Judah Cohen de la empresa privada Investigación Atmosférica y Ambiental.

Debido a las montañas de hielo de Groenlandia, también se producen cambios en los patrones de la corriente de chorro, la cual trae tormentas a través del globo y dicta el clima diario. A menudo, especialmente en invierno, un sistema de bloqueo de alta presión frente a Groenlandia hace que el aire ártico se dirija hacia el oeste y el este, golpeando a América del Norte y Europa, dijo Cohen.

Debido a su ubicación en el círculo ártico entre Estados Unidos, Rusia y Europa, Groenlandia es un premio geopolítico que Estados Unidos y otros países han codiciado durante más de 150 años. Es aún más valioso a medida que el Ártico se abre más al comercio.

Nada de eso toma en consideración la apariencia única de la isla cubierta de hielo que tiene algunas de las rocas más antiguas de la Tierra.

“Pienso que es increíblemente hermosa. Es emocionante estar allí”, dijo Holland, quien ha realizado más de 30 investigaciones sobre el hielo desde 2007. “Piezas de hielo del tamaño del Edificio Empire State simplemente se desmoronan de los acantilados y se estrellan contra el océano. Y también, la hermosa vida silvestre, todas las focas y las orcas. Es simplemente impresionante”.

El aire frígido que normalmente permanece atrapado en el Ártico ha escapado, sumergiéndose profundamente en Estados Unidos para una visita prolongada que se espera provoque escalofríos, aunque no se anticipa que rompa récords. Se trata de un brote de aire frío que según expertos ocurre con más frecuencia y que es algo paradójico en una época de calentamiento global. Estas ráfagas de aire frío se conocen como el vórtice polar, un término meteorológico de larga data que se ha popularizado aunque su significado ha cambiado un poco.

Lo que realmente significa para la gente común en las áreas donde llega el frío: brrrrr.

Lo que está sucediendo es que la corriente en chorro —ese río de aire de oeste a este a gran altura — ha hecho una caída como de montaña rusa desde el noroeste del Pacífico hasta el sureste y está atascada en esa trayectoria ondulada. Al oeste de esa inmersión, en California, hace calor y está seco. Pero al este y justo encima del trayecto, es un clima como el del Polo Norte.

“Simplemente estamos recibiendo aire frío canadiense y ártico que está siendo canalizado de norte a sur”, dijo Dan DePodwin, director de operaciones de pronóstico de AccuWeather. “Realmente esperamos que esto sea un período prolongado de temperaturas muy por debajo del promedio histórico. Estamos hablando de 12 a 25 grados Fahrenheit (7 a 14 grados Celsius) en una gran parte de la mitad oriental del país”.

Lo peor será en áreas que acaban de ser golpeadas con fuertes nevadas, desde Kansas hasta Washington, dijo el meteorólogo del Centro de Predicción del Tiempo del Servicio Meteorológico Nacional, Zack Taylor: “Ahí es donde podríamos ver mínimas nocturnas realmente bajas, quizás de un solo dígito o tal vez incluso por debajo de cero en algunos lugares a través del Valle de Ohio y las Llanuras”.

Judah Cohen, director de pronósticos estacionales en la firma privada Atmospheric and Environmental Research, lo califica de evento de vórtice polar. Él y DePodwin coinciden en llamarlo un estiramiento del vórtice polar, es decir, un desplazamiento del aire frío que normalmente está estacionado en lo alto sobre el Ártico.

“Imagínate una banda elástica en reposo, algo redonda”, dijo Cohen. “Si comienzas a estirarla, se alarga como un hot dog o como una banda elástica delgada y estrecha”.

Cuando el vórtice polar se estira, el aire frío puede ir hacia Estados Unidos o hacia Asia, explicó Cohen, un experto en clima invernal.

Otras veces, cuando ocurre algo llamado calentamiento estratosférico súbito, el vórtice polar se aleja del Ártico y se dirige al sur o incluso se divide. Eso no es lo que está sucediendo esta vez, indicó Cohen.

Otros meteorólogos, incluyendo a Jeff Masters de Yale Climate Connections, junto con la meteoróloga del Centro de Predicción Climática del Servicio Meteorológico Nacional, Laura Ciasto, quien coescribe el “blog del vórtice polar” de la agencia, dicen que el término vórtice polar está siendo mal utilizado. Técnicamente, el vórtice polar está a 32 kilómetros (20 millas) de altura en la estratosfera. Y lo que está sucediendo ahora es más abajo.

Estos tipos de perturbaciones del vórtice polar —estiramiento o desplazamiento completo fuera del Polo Norte— están ocurriendo más frecuentemente, según un estudio del mes pasado por Cohen, la científica del Centro de Investigación Climática Woodwell, Jennifer Francis, y otros.

“Hay una señal de cambio climático en eso”, afirmó Francis.

El Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del mundo, lo que significa que la diferencia entre las temperaturas en el norte y en el sur está disminuyendo, añadió Francis. El hielo marino ártico está disminuyendo, especialmente cerca del mar de Barents en Escandinavia, lo que libera más calor en la atmósfera. Eso significa más energía rebotando y deformando o moviendo el vórtice polar, dijo Cohen.

DePodwin, quien no formó parte del estudio, indicó que eso tiene sentido porque con estos cambios en el Ártico, “en un mundo en calentamiento, ese chorro de aire podría estar más amplificado”.

Sin embargo, los inviernos globalmente son en promedio 0.6 grados centígrados (1.1 grados Fahrenheit) más cálidos que hace 25 años, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Puede haber más brotes de frío y inviernos más cálidos al mismo tiempo, afirmó DePodwin.

“Hay que tener en cuenta que esto es una pequeña parte del clima mundial, un par de semanas en una pequeña parte del hemisferio norte”, dijo DePodwin, señalando que el cambio climático abarca años y décadas en todo el mundo. “El cambio climático no significa que no habrá más clima frío. Solo significa que la temperatura promedio en general está subiendo y aún esperamos ver episodios más fríos”.

El primer ministro de Groenlandia afirmó que la isla ártica, un territorio autónomo danés, está abierta a mantener vínculos más estrechos con Estados Unidos, sobre todo en áreas donde hay recursos minerales no explotados, reportó un medio local.

Sin embargo, el primer ministro groenlandés, Mute Egede, no indicó que esta isla esté abierta a ser parte de Estados Unidos. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hizo saltar las alarmas la semana pasada cuando no descartó el uso de la fuerza para hacerse con Groenlandia.

Su futuro vicepresidente, JD Vance, matizó el fin de semana en Fox News que Estados Unidos no tiene que “usar la fuerza militar” y recordó que su país ya tiene “tropas en Groenlandia”. Washington dispone de una base militar en el noroeste de la isla, de más de dos millones de km2 y recubierta en un 80% por hielo.

El primer ministro groenlandés subrayó que el territorio está abierto a estrechar sus vínculos con Estados Unidos, reportó la emisora pública groenlandesa KNR. “Necesitamos hacer negocios con Estados Unidos. Hemos empezado a entablar un diálogo y a buscar oportunidades de cooperación con Trump”, declaró Egede.

El jefe del gobierno groenlandés añadió que el territorio tiene sus “puertas abiertas en materia de minería”. “Será lo mismo en los próximos años. Tenemos que hacer comercio con Estados Unidos”, indicó KNR. Trump, que asume el 20 de enero, expresó en 2019 durante su primer mandato que quería comprar este territorio, una oferta que provocó indignación en Groenlandia y en Dinamarca.

Además de su situación estratégica, Groenlandia, que aspira a independizarse de Dinamarca, posee enormes reservas minerales y petrolíferas sin explotar, aunque la prospección de petróleo y uranio está prohibida. Egede dijo durante una visita a Dinamarca que el territorio está “entrando en una nueva era, en un nuevo año, en el que Groenlandia está en el centro del mundo”.

Egede también dijo que la isla, de 57,000 habitantes, seguirá cooperando con Estados Unidos, pero en sus propios términos y que “el pueblo groenlandés” será el que “decida su futuro”. “No queremos ser daneses. No queremos ser estadounidenses. Por supuesto, queremos ser groenlandeses”, declaró.

Trump ya había mostrado interés por comprar la isla en 2019, durante su anterior mandato. Volvió a esa idea en diciembre, y, de nuevo, esta semana, cuando aseguro que Estados Unidos necesita el territorio para garantizar su seguridad económica.

Groenlandia y Dinamarca han rechazado enérgicamente la propuesta de Trump. La primera ministra danesa subrayó que la isla no está a la venta, aunque reconoció que es posible que el territorio autónomo pueda buscar la independencia. En cualquier caso, insistió, el futuro de este territorio dependerá de sus residentes: “Mi punto de partida y el punto de partida del Gobierno son muy claros: que el futuro de Groenlandia se decide en Groenlandia”.

Además de su localización, otro atractivo de Groenlandia son sus recursos naturales. La isla es rica en minerales cada vez más demandados para nuevos usos tecnológicos, como el litio, el níquel, el cobalto y el cobre, usados, entre otros, en la fabricación de baterías eléctricas. La isla también cuenta con reservas de tierras raras, útiles, por ejemplo, para la producción de imanes permanentes, y que ahora mismo están controlados por China, que suministra el 90% global.

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