Agencias/ Ciudad de México.- El ruido generado por el movimiento de la Tierra ha sido aprovechado para examinar las condiciones geológicas bajo la capa de hielo de Groenlandia y su impacto en el flujo de hielo.

Un nuevo estudio, publicado en Nature Communications, ha estudiado las ondas Rayleigh –ondas sísmicas generadas por movimientos como los terremotos– para crear imágenes de alta resolución de las rocas situada bajo la capa de hielo en la isla. Este análisis ayuda a identificar qué áreas son las más susceptibles a flujos de hielo más rápido.

La capa de hielo de Groenlandia es la segunda masa de hielo de agua dulce más grande del planeta con casi 1.8 millones de kilómetros cuadrados de la Tierra. Sin embargo, la superficie de esta isla congelada ha perdido en los últimos 10 años 3,5 billones de toneladas de hielo. “Con este estudio se puede entender mejor el proceso que contribuye a la descarga acelerada de hielo en el océano y el consiguiente aumento del nivel del mar”, explica en un comunicado Glenn Jones, investigador de la Universidad de Swansea y autor principal de la publicación.

El equipo investigador ha determinado y cartografiado la estructura de los primeros 5 km de la corteza de Groenlandia, usando la elipticidad de las ondas Rayleigh del ruido sísmico ambiente. Estas ondas sísmicas viajan a lo largo de la superficie de la tierra y son sensibles a las variaciones de las propiedades terrestres.

“Esta investigación subraya la importancia del acoplamiento entre la tierra sólida y la dinámica de la capa de hielo. Las interacciones con la tierra sólida controlan el pasado, presente y futuro de las dinámicas de la capa de hielo de Groenlandia”, señala Jones.

Las condiciones geológicas del suelo bajo una capa de hielo o un glaciar juegan un papel clave en determinar el flujo del hielo. Estos factores clave incluyen la composición de las capas de roca, la temperatura de la corteza inferior, y la cantidad de agua líquida entre la roca y el hielo actuando como lubricante, causan el llamado ‘deslizamiento basal’, que incrementan la velocidad del flujo del hielo.

En este trabajo han demostrado que las zonas de velocidad símica más bajas están asociadas con los denominados ‘glaciares de salida’

–glaciares que fluyen desde una capa o campo de hielo y están rodeados por lechos rocosos– y también coinciden con un flujo de calor elevado provocado por el trazo de pluma mantélica de Islandia, que hace 50-80 millones de años se encontraba debajo de Groenlandia.

La investigación también apunta a que algunos glaciares de salida, incluidos Jakobshavn, Helheim y Kangerlussuaq, son particularmente susceptibles al deslizamiento basal. Finalmente, los investigadores advierten que el calentamiento geotérmico y el ablandamiento del hielo basal afectaría al inicio de un flujo de hielo más rápido en el glaciar Petermann y la corriente de hielo del noreste de Groenlandia.

“Presentamos nuevos mapas de velocidades sísmicas para la estructura subglacial que además nos permite relacionar mejor el flujo de hielo, la posición de los diferentes glaciares de salida y otros aspectos con respecto a la estructura subglacial”, detalla Martin Schimmel.

En el estudio también han participado investigadores de University College London, La Universidad de Lisboa, la Universidad de Tasmania, y l’Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologuia en Bolonia.

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