"Aunque ha sido una predicción teórica importante en los últimos años, esta es una de las primeras pruebas que, sin ambigüedad, ofrecen una evidencia observacional de una lluvia fría y caótica alimentando a un agujero negro supermasivo", afirma Grant Tremblay, astrónomo de la Universidad de Yale en New Haven (Connecticut, Estados Unidos), ex compañero de ESO y autor principal del nuevo artículo. "Es emocionante pensar que, realmente, podríamos estar observando este aguacero, que abarca toda la galaxia, alimentando a un agujero negro cuya masa es de cerca de 300 millones de veces la del Sol".

Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Un equipo liderado por astrónomos italianos ha utilizado el instrumento MUSE (Multi-Unit Spectroscopic Explorer), instalado en el Very Large Telescope (VLT) en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile, para estudiar cómo las galaxias pueden ser despojadas de su gas. Se centraron en ejemplos extremos de galaxias medusa en cúmulos de galaxias cercanos, llamadas así por los largos “tentáculos” de material que se extienden decenas de miles de años luz más allá de sus discos galácticos.

Los tentáculos de las galaxias medusa se producen en los cúmulos de galaxias por un proceso llamado “desgarro por presión dinámica” (en inglés, ram pressure stripping). Su mutua atracción gravitatoria hace que las galaxias caigan a gran velocidad en los cúmulos de galaxias, donde se encuentran con un gas caliente y denso que actúa como un potente viento, expulsando colas de gas fuera del disco de la galaxia y desencadenando brotes de formación estelar en su interior.

Se ha descubierto que seis de las siete galaxias medusa estudiadas albergan un agujero negro supermasivo en el centro que se alimenta del gas circundante. Esta proporción es inesperadamente alta (en general, entre las galaxias la proporción es inferior a una de cada diez).

Una pregunta que lleva mucho tiempo sin respuesta es por qué sólo una pequeña fracción de los agujeros negros supermasivos situados en los centros de las galaxias están activos. Los agujeros negros supermasivos están presentes en casi todas las galaxias, así que ¿por qué sólo unos pocos acretan materia y brillan intensamente? Estos resultados revelan un mecanismo previamente desconocido por el que se pueden alimentar los agujeros negros.

Yara Jaffé, que cuenta con una beca de investigación de ESO y ha participado en este artículo científico, explica la relevancia: “Estas observaciones de MUSE sugieren un nuevo mecanismo que canaliza el gas a una zona cercana al agujero negro. Este resultado es importante porque nos permite añadir una nueva pieza al rompecabezas que suponen las conexiones entre los agujeros negros supermasivos y las galaxias que los albergan, algo que aún no comprendemos en toda su plenitud”.

Estas observaciones forman parte de un estudio mucho más amplio que se está desarrollando actualmente y que incluye muchas más galaxias medusa.

Observaciones de “galaxias medusa”, llevadas a cabo con el Very Large Telescope de ESO, han revelado una forma previamente desconocida de alimentar agujeros negros supermasivos. Parece ser que el mecanismo que produce los tentáculos de gas y estrellas recién nacidas, que dan a estas galaxias su apodo, es el mismo que hace posible que el gas llegue a las regiones centrales de las galaxias, alimentando al agujero negro que se esconde en cada una de ellas y haciendo que brillen intensamente. Esta imagen de una de las galaxias, llamada JO240, obtenida con el instrumento MUSE, instalado en el Very Large Telescope (VLT) de ESO, en Chile, muestra claramente cómo la materia se extiende fuera de la galaxia en largos tentáculos. El color rojo muestra el resplandor del gas de hidrógeno ionizado, el verde el oxígeno ionizado y las regiones más blancas son donde se encuentran la mayoría de las estrellas de la galaxia. (Crédito: ESO/GASP collaboration)
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