Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- El total de empresas radicadas en México que han padecido incidentes de ciberseguridad alcanza 87 por ciento, 13 puntos arriba que la tendencia global.

No obstante los avances legislativos, la nación carece de condiciones para sumarse al Convenio de Budapest sobre Ciberdelincuencia, asegura Anahiby Becerril Gil; la ciberseguridad es responsabilidad de todos los usuarios, no sólo de empresas y gobiernos, destaca la doctora en Derecho y Globalización.

Los servicios en la nube, al margen de los numerosos beneficios proporcionados en materia de manejo de información dentro de las empresas, pueden convertirse en un serio problema de ciberseguridad a causa de lo vulnerables que pueden llegar a ser los datos si no se toman las medidas necesarias para protegerlos. El problema no yace en la tecnología en sí, más bien surge en el cómo se usan las tecnologías, dicen los expertos.

Cuando se trata de emprendimiento, particularmente en el mundo fintech, los únicos responsables de proteger la información de la empresa y sus clientes son los propios miembros de la compañía, quienes deben incorporar el tema de la ciberseguridad desde el planteamiento mismo del producto o servicio, según señala Andrés Velázquez de Mattica. Y resalta la necesidad de entender la ciberseguridad.

Identificar y establecer las acciones de ciberseguridad aplicables a lo social, lo económico y lo político es el objetivo general de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad; busca contribuir a que la población y las organizaciones públicas y privadas puedan usar y aprovechar las tecnologías de la información y la comunicación de forma responsable, de manera que aporten al desarrollo sostenible de la nación. Todo lo anterior, sin ir en contra de la innovación y el progreso.

Hackeos y vandalismo, malware, phishing e intrusiones en sistemas son los incidentes de seguridad cibernética más denunciados en México; en cuanto a fraude y extorsión: fraudes de comercio electrónico, estafas nigerianas, fraudes de banca electrónica y extorsión. Por lo tocante a denuncias de quejas particulares: difamación, amenazas, robo de contraseñas, suplantación de identidad y acoso.

Por lo que respecta a los perpetradores, en el país las cifras son: 34.3% empleados actuales, 31.2% exempleados, 15.4% proveedores, 11.5% exproveedores, 9.7% surtidores o socios comerciales, 8.4% proveedores de información. No necesariamente siempre son ataques realizados desde dentro de la propia organización, asevera Velázquez, quien insiste en la importancia de mantener la visión general de cumplir con protocolos de seguridad que vayan más allá de la regulación.

Becerril Gil, quien participó en el diseño de la Estrategia, afirma que dicho marco regulatorio es un gran avance para México, pero aún falta llevarlo a la implementación. Sólo al abordar el problema de manera interdisciplinaria y con la participación de todos los involucrados logrará tener éxito, considera la doctora. Otro tema pendiente es la generación de los especialistas en ciberseguridad que los mercados público y privado requieren.

Durante su charla en torno a ciberseguridad de Fintech MassChallenge, Velázquez alertó acerca de la urgente necesidad de capacitar a empresarios y población en general sobre el adecuado uso de herramientas como Internet; al igual que Becerril, el experto en ciberseguridad hace hincapié en la particular vulnerabilidad de niños y adultos mayores. En su entrevista para Agencia Informativa Conacyt, la doctora destacó que gobiernos, organizaciones no gubernamentales, academia y empresas deben trabajar en conjunto para garantizar la capacitación digital basada en derechos humanos. México tiene importantes avances en ciberseguridad, pero aún falta mucho por hacer, coinciden ambos.

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