Agencias / Nueva York.- La selección del jurado que decidirá el veredicto en el juicio por abusos sexuales contra el productor Harvey Weinstein en Nueva York prosiguió este jueves con el descarte de unos 60 candidatos, entre ellos la modelo Gigi Hadid, y los interrogatorios de la Fiscalía y la defensa a unos 140 restantes.
El juez James Burke anunció esta mañana que a primera hora se había descartado a 62 potenciales jurados que superaron la primera criba y que el resto de la jornada se centraría en 146 restantes, sobre los que se planteaba la cuestión de si serían interrogados en secreto, como solicitaba la defensa del productor.
Burke rechazó esa petición en la sesión de hoy, la antepenúltima antes de la apertura de argumentos orales prevista para el miércoles 22 y con la que se inicia la selección “tradicional” del jurado en un proceso que no ha seguido la pauta “habitual”, dijo, ya que se ha permitido apartar de entrada a quienes no mostraran imparcialidad.
El magistrado argumentó que su “método ha estado funcionando”, pero concedió que si los candidatos a jurado mencionan un tema que consideren sensible dentro la sala ante los demás, las partes pueden llamarlos para hablar de forma confidencial con ellos y el juez.
Asimismo, y dando la razón a la Fiscalía, Burke se opuso a que se excluya a potenciales jurados que en un cuestionario han afirmado ser víctimas de violencia sexual o conocer a alguien cercano que lo ha sido.
El juicio contra Weinstein comenzó su novena jornada con más presencia mediática que otros días pero la misma rutina de sus protagonistas: el productor de Hollywood llegó en su todoterreno con media hora de antelación, rodeado de su equipo de abogados y dando pasos cortos, encorvado sobre su andador.
La célebre modelo Gigi Hadid, que causó un revuelo cuando fue convocada el pasado lunes en la corte suprema estatal, apareció en el juzgado poco después de las 8.30 de la mañana con su guardaespaldas y en apenas media hora fue descartada, pese a que afirmó ante el juez que podía “ser imparcial”.
Los abogados de Weinstein no mostraron entonces objeción, pero en una moción entregada al tribunal este miércoles por la tarde argumentaron su oposición a la presencia de la celebridad en el juicio por ser amiga de la modelo Cara Delevingne, “una acusadora” del productor, lo que “contribuye a la atmósfera de un carnaval”.
En esa moción, el letrado Arthur Aidala expuso una batería de argumentos, casi un centenar, para pedir al juez de nuevo que se traslade el proceso contra Weinstein a un juzgado “más tranquilo” en vista del “circo mediático” que, alega, se ha montado en la corte suprema de Nueva York.
Alegó que la imputación del productor en Los Ángeles al principio del juicio ha contribuido a crear una “cobertura inflamatoria” que impedirá encontrar un jurado justo, y añade que una víctima en el caso abierto de la ciudad californiana será “testigo” en el de Nueva York.
Asimismo, Aidala reconoce que el caso Weinstein ha dado lugar a un “movimiento social en el que participan políticos de alto nivel y celebridades activistas, y que ha llevado a la producción de películas, libros y supuestos documentales”.
En ese sentido, reconoció el impacto de las protestas feministas contra Weinstein en el propio acusado, ya que asegura que se giró “sorprendido” cuando el pasado viernes se escuchó desde el piso 15 cómo un grupo de mujeres escenificaron la coreografía de las protestas chilenas y gritaron “el violador eres tú”.
El juez no respondió hoy a esa solicitud de traslado, pero volvió a ser contundente respecto al uso de teléfonos móviles en la sala y amonestó a un periodista por escribir en Twitter, convocándolo a responder ante la Justicia después del proceso con una posible pena de 30 días de cárcel.