Texto Periódico Marca/Barcelona.- En esta ocasión, no hubo milagros. El Barcelona lo intentó, pero traía la eliminatoria perdida de Turín. La Juventus demostró que no es, ni de lejos, el PSG y aguantó la intensidad con la que jugaron los azulgrana para estar en las semifinales de la Liga de Campeones. Luis Enrique apostó por su once de gala para dar la vuelta a la eliminatoria, pero la experiencia juventina frenó toda intención de los locales.

Con una defensa formada por jugadores como Alves, Bonucci o Chiellini y un portero como Buffon, lo cierto es que no era fácil crear ocasiones de gol, pero el conjunto culé las creó antes del descanso. Los culés hicieron lo más difícil, pero le faltó puntería al que más suele tener. Ni más ni menos, que a Messi.

Lo cierto es que La Pulga no apareció mucho más en el primer acto. Más allá de la ocasión desaprovechada y de una acción donde le partieron la cara, literal, el argentino volvió a pasar desapercibido durante buena parte del duelo. Una vez más, fue Neymar el que se echó el equipo a su espalda.

Prometía el duelo de brasileños por la izquierda y Neymar complicó la vida a Alves como pocas veces se lo habían hecho al ex del Barcelona. El lateral apenas pudo desplegar su juego ofensivo y en defensa tuvo que frenar con faltas a su compañero de selección.

Así, los minutos pasaban y el marcador seguía muy lejos de dar optimismo a los culés. Cuando los de Luis Enrique buscaban a Neymar daban sensaciones de poder inquietar a Buffon, pero cuando optaban por el juego directo, Bonucci y Chiellini no tenían problema alguno.

Tras la reanudación, Messi apareció. Trató de destacar como él siempre hace en un partido donde su club tanto le necesitaba, pero la puntería le falló. Ni de falta, ni con disparos desde fuera del área ni casi a portería vacía. Sus disparos tenían la línea de fondo como destino una y otra vez.

Luis Enrique apostó por meter a Alcacer en lugar de Rakitic a falta de más de media hora de partido, pero ni con cuatro delanteros eran capaces de definir con éxito tras superar la línea de nueve hombres que había delante de Buffon.

Hasta Piqué alternó la posición de central con la de delantero centro desde el pitido del segundo acto, pero no era el día de los culés. La eliminatoria llegaba perdida de Turín y el cupo de los milagros se terminó el día del PSG.

Finalmente, pese a las palabras de Luis Enrique en la previa, ni marcó el Barça, en el Camp Nou, ni los tantos llegaron solos. La Juventus frenó a un Barcelona que se queda fuera de Europa y deberá reflexionar sobre lo sucedido en estos últimos meses.

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