Agencias / Ciudad de México.- La directora de orquesta mexicana Alondra de la Parra cree en la voluntad como un motor esencial para lograr los cometidos, en su caso mantener el impulso para dirigir la Orquesta Sinfónica de la Radio de Fráncfort, una meta que consiguió en dos ocasiones esta semana.

“Voluntad es casi todo, y siempre hay que estar empujando, empujando y nunca es fácil, de repente la gente puede pensar que lo es, pero no”, dijo el jueves en una videollamada con The Associated Press desde Fráncfort. “Me he dado cuenta que las personas que logran lo que quieren, mis colegas, gente que admiro, siempre observo que la diferencia es que ellos hacen las cosas, no esperan que alguien se los facilite”.

Su debut con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Fráncfort, tras dirigir a más de 100 orquestas en 25 países como la Orquesta de París, Orquesta Filarmónica de Londres y la Tonhalle-Orchester de Zurich, tuvo lugar tras una espera de tres años. De La Parra ya tenía una fecha en Fráncfort, pero tuvo que cancelar por su segundo embarazo.

“Normalmente cuando alguien cancela por enfermedad o por cualquier otra cosa a veces se pierden las fechas, a veces no, pero ¿por embarazo? Muchas orquestas no me volvieron a invitar”, dijo De La Parra.

“Todavía esas cosas no están automatizadas porque ha habido pocas mujeres en esta profesión y luego pocas mujeres madres. Cuando yo me embaracé no tenía muchas otras directoras a quienes acudir o a quienes observar cómo les fue en esta situación … Sin duda falta mucho para que el mundo de las orquestas se prepare para tener directoras mujeres y madres, no está todavía hecho de esa manera”, agregó.

Pero Fráncfort fue una excepción, además de felicitarla por el futuro bebé buscaron reprogramar a la fecha más próxima disponible y lo fijaron para abril de este año. Entonces pandemia de coronavirus provocó una nueva demora. Sin embargo, invitaron a De la Parra a participar en los conciertos por streaming que la orquesta ha realizado durante toda la cuarentena.

Al principio De La Parra dudaba del formato sin público presencial, pero cambió de opinión pues es una de las escasas oportunidades para hacer música en la actualidad y el público internacional está ávido de estas ofertas culturales.

“Es un respiro como artista y también conectar de alguna manera con el público y con los músicos”, dijo la directora nacida en Nueva York en 1980.

El miércoles De La Parra presentó “Variaciones rococó” de Chaikovsky; “Homenaje a Federico García Lorca” del compositor mexicano Silvestre Revueltas y “Symphonie classique” de Prokofiev, acompañada por el chelista Valentino Worlitzsch.

Para el viernes presentó el Concierto para clarinete de Mozart, con el clarinetista principal de la orquesta Jochen Tschabrun, y la suite orquestal “Appalachian Spring” del compositor estadounidense Aaron Copland.

“Es una de las obras que yo más amo … me da mucho gusto volver a dicha obra”, dijo De La Parra sobre el trabajo de Copland.

El concierto del viernes fue transmitido en vivo por la página de Facebook de la Secretaría de Cultura de México y de la página de YouTube y Facebook de la orquesta. Sus repeticiones también estarán disponibles en estas páginas.

La orquesta fundada en 1929 ha sido una referente a nivel internacional durante décadas y no ha dejado de tocar durante la pandemia. Cuenta con un patrocinio estatal que les ha permitido seguir trabajando, a diferencia de orquestas que se han visto obligadas a despedir a sus músicos u otras que les pagan pero no han encontrado opciones para que se presenten.

“Creo que el ejemplo de lo que hizo esta orquesta es maravilloso”, dijo la directora. “Para las organizaciones que tienen presupuesto para pagar a los músicos y les tienen que pagar de cualquier modo, que los pongan a tocar”.

Pero los conciertos se realizan con una versión reducida de la orquesta para poder cumplir con las normas de distanciamiento social e incluso a metrajes especiales dependiendo de los instrumentos, los de viento, por ejemplo, que requieren más espacio. Hay cubrebocas al entrar y salir de la sala, sólo se lo pueden quitar en el escenario, desinfectante por todas partes y ningún acercamiento.

“Hay todo un comité que tiene que ver con el COVID-19 que está supervisando”, dijo la directora. “No ha habido un solo enfermo, en el momento que haya un enfermo de COVID toda la orquesta tendría que parar, está muy controlado”.

De La Parra dará su próximo concierto en septiembre y por lo pronto ha aprovechado la cuarentena para retomar el piano, que estudió como licenciatura antes de estudiar dirección, para “recuperar los dedos”.

Tras su puesto como directora musical de la Orquesta Sinfónica de Queensland, Australia, De La Parra vive actualmente en Berlín. Y pasar más tiempo en casa le ha hecho reflexionar si son necesarios todos los viajes que suelen hacer los directores.

“De repente piensa uno, ¿es tan necesario estarnos moviendo de aquí para acá como locos, ¿es tan necesario dirigir en todos lados? O quizá podemos enfocarnos en las regiones en las que vivimos y que podemos ir por tren para ayudar primero que nada al planeta”, dijo. “Creo que todos en mi industria estamos pensando lo mismo y yo espero que también los agentes”.

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