Agencias/Ciudad de México.- La Asociación de Jugadores de la NFL despidió al consultor independiente sobre neurotrauma que evaluó al quarterback de los Dolphins de Miami Tua Tagovailoa después de que se marchó tambaleante del campo en el encuentro del domingo ante Búfalo, dijo una persona que tiene conocimiento de la decisión.

La persona que confirmó el despido, reportado inicialmente por Pro Football Talk, habló con The Associated Press a condición de anonimato el sábado debido a que continúa la evaluación de la NFL en conjunto con el sindicato sobre el rápido retorno de Tagovailoa.

Hay tres consultores de neurotrauma no afiliados a la liga en cada partido. Su remuneración es cubierta de manera conjunta por la liga y el sindicato. La NFLPA ejerció su derecho de terminar la relación con el consultor involucrado en la decisión de permitir el retorno que Tagovailoa, quien sufrió el jueves, cuatro días después, una conmoción tras un duro golpe en Cincinnati.

Tagovailoa parecía tener síntomas de conmoción después de que se golpeó la cabeza durante el encuentro en casa ante Búfalo, peor el médico del equipo y el consultor permitieron su retorno. El jugador y el equipo explicaron posteriormente que sus piernas estaban tambaleantes debido a una lesión de espalda.

Pero tras el golpe del jueves, cuando el defensive tackle de 1.90 metros y 154 kilogramos Josh Tupou le lanzó de espaldas contra el suelo, se diagnosticó a Tagovailoa con una conmoción.

El mariscal de campo recibió permiso para regresar al partido en el que llevó a su equipo a la victoria, situación que no convenció a la NFLPA que de inmediato anunció que llevaría a cabo una investigación sobre la manera en que se realizó el protocolo de conmoción.

“La salud del jugador es el núcleo de la misión del sindicato. Nuestra preocupación en este momento es por Tua y esperamos que se recupere totalmente. Nuestra investigación sobre una potencial violación del protocolo está en marcha”, fue el mensaje de la NFLPA.

A pesar de ello Tagovailoa fue titular en el juego del jueves pasado ante los Bengals, en el que volvió a ser derribado por otro defensivo y de nuevo su nuca se estrelló contra el césped.

En esta ocasión ya no se levantó, quedó tendido en el terreno por casi por 12 minutos con las manos rígidas sobre la máscara de su casco; fue retirado del campo en camilla y llevado a un hospital del que fue dado de alta el mismo jueves.

El viernes el entrenador de los Miami Dolphins, Mike McDaniels, aseguró que su jugador aún tenía dolor de cabeza, por lo que sería sometido a más estudios.

“Realmente estaba emocionado de verlo platicando conmigo y sus compañeros; fue honesto y dijo que tenía dolor de cabeza, fuera de ello se comportó de manera normal, pero le harán más estudios porque aún presenta dolor de cabeza”, dijo el McDaniels.

Según el coach desde el golpe que su quarterback sufrió el pasado domingo se aplicaron de forma correcta los protocolos de conmoción y si jugó el jueves fue porque no había señales de riesgo.

“Se siguieron todos los pasos y no había ninguna señal médica de una lesión persistente en la cabeza; no podría haber vivido conmigo mismo en caso de que hubiera existido algo así o de saber que lo puse en peligro por un juego anterior”, afirmó el coach.

Se desconoce si hay relación entre ambas lesiones.

Lesión de Tua genera críticas sobre manejo de conmociones

La forma en que la NFL maneja los casos de conmoción cerebral ha evolucionado notablemente desde los días en que se daban sales a los jugadores en el banquillo, para que las olfatearan y pudieran volver al partido.

Tanto la liga como el sindicato de jugadores han implementado protocolos amplios y contratado a consultores independientes en traumatismos cerebrales, para trabajar con los médicos de los equipos en cada partido, con el objetivo de diagnosticar conmociones.

Aun así, el fútbol americano es un deporte violento y pueden ser inevitables las lesiones escalofriantes, como la que sufrió el jueves por la noche Tua Tagovailoa, el quarterback de los Dolphins de Miami, a menos que la liga prohibiera los derribos, tal como lo hizo para el Pro Bowl.

Eso no va a ocurrir, y el medio más efectivo para proteger a los jugadores sigue siendo la aplicación de protocolos estrictos contra las conmociones cerebrales. Varias personas, incluidos jugadores y aficionados, creen que ese rigor no se aplicó en el caso de Tagovailoa.

Sería difícil prevenir lo que le pasó a Tagovailoa cuando Josh Tupou, defensive tackle de los Bengals de Cincinnati, lo azotó de espaldas contra el piso. La pregunta principal es por qué Tagovailoa estaba jugando siquiera, cuatro días después de salir tambaleante del terreno, incapaz de caminar bien tras recibir un golpe en la cabeza durante un partido en casa contra los Bills de Buffalo.

Tras el golpe de Tupou, las manos de Tagovailoa se crisparon. Los dedos se le flexionaron de manera anormal frente a su rostro durante varios segundos, mientras yacía en el césped de Cincinnati.

Fue una escena escalofriante, atestiguada por millones de televidentes. El quarterback siguió en el terreno durante varios minutos hasta que fue retirado en camilla y llevado a un hospital.

Esta vez, a diferencia de lo ocurrido el domingo, cuando se le permitió volver al encuentro, a Tagovailoa se le diagnosticó una conmoción cerebral. Fue dado de alta del hospital y voló con el equipo de regreso a Mimi.

Pero también un vuelo de horas tras un conmoción cerebral generó cuestionamientos, si bien el jefe médico de la NFL Allen Sills dijo que es el hospital el que toma esa decisión.

El regreso rápido de Tagovailoa al encuentro del domingo pasado ameritó una revisión conjunta por parte de la NFL y el sindicato. El proceso de entrevistas ha comenzado, y los resultados no estarían listos sino hasta dentro de otra semana.

Tagovailoa y el equipo explicaron que las piernas no le respondían adecuadamente debido a una lesión de espalda.

Se desconoce si existe una correlación entre los dos hechos. Las conmociones cerebrales son comunes en a NFL, especialmente cuando un jugador es derribado por un rival tan corpulento como Tupou y cuando se golpea la cabeza.

Tupou mide 1.90 metros (seis pies tres pulgadas) y pesa 154 kilogramos (340 libras).

Sills consideró “imposible saber” si la lesión que Tagovailoa sufrió el jueves se agravó por el golpe recibido el domingo.

“Ése es uno de los factores que queremos analizar”, dijo Sills a NFL Network. “Cada lesión es algo que queremos prevenir”.

Chris Nowinski, quien creó la Concussion Legacy Foundation y jugó fútbol americano en Harvard, considera que Tagovailoa sufrió una conmoción cerebral en el partido contra Buffalo y no debió haber jugado en Cincinnati.

“Tua mostró cinco señales distintas de conmoción”, dijo Nowinski a The Associated Press. “Nadie que tenga cualquier entrenamiento sobre conmociones o a quien le importe Tua como ser humano lo habría puesto en el terreno cuatro días después de lo que mostró el domingo. Eso hace todo mucho peor, porque sabemos que esto puede poner fin a tu temporada o a tu carrera. Esto debió haber terminado con su temporada en mi opinión. Y sólo muestra la falta de cuidado para él como ser humano”.

La liga y el sindicato instituyeron los protocolos de conmoción cerebral en 2011, cuando Colt McCoy se involucró en un choque entre cascos durante un partido y volvió al terreno sin que se le sometiera a prueba alguna. Los protocolos se han ampliado desde entonces.

Hay tres consultores independientes en neurotraumatismo, cuyo sueldo es cubierto de manera conjunta por la NFL y el sindicato en cada partido. Trabajan de manera coordinada con los médicos del equipo para diagnosticar si un jugador sufrió una conmoción.

Entrenadores atléticos certificados e independientes se sientan para supervisar a los jugadores y pedir el retiro de aquel que sufra un impacto en la cabeza. Los kinesiólogos, entrenadores, médicos, jugadores, árbitros, consultores y observadores certificados pueden pedir que se aplique el protocolo.

Todos los jugadores que se someten a una evaluación por posibles conmociones en un partido deben ser evaluados al día siguiente por un miembro del personal médico, como parte de la labor de seguimiento. Sills dijo que Tagovailoa fue evaluado cada día antes del encuentro del jueves, pese a que no estaba bajo el protocolo de conmociones.

Varios jugadores han hablado de que es posible pasar el protocolo incluso cuando hay conmociones. Andrew Whitworth, exintegrante de la línea ofensiva de los Rams, dijo durante una transmisión en Amazon que una vez jugó pese a presentar una conmoción cerebral, hasta que un compañero notó que no estaba bien y alertó a los médicos.

La liga ha experimentado con otros medios para mitigar las lesiones en la cabeza. Este año, los integrantes de las líneas ofensiva y defensiva, lo mismo que los tight ends y linebackers, debieron usar por primera vez los “Gorros Guardianes”. Se trata de accesorios acojinados que se colocan encima de los cascos durante las prácticas desde el comienzo de los campamentos de prácticas hasta el segundo encuentro de pretemporada.

Tagovailoa enfrenta presión para tener un buen desempeño en esta campaña y se ha ausentado por lesiones en el pasado. Así, es natural que quiera jugar aunque esté lesionado.

Exjugadores que han criticado la decisión de permitirle jugar dicen que el objetivo principal es proteger a los deportistas de sí mismos.

“Todos estamos indignados por lo que hemos visto en los últimos días, y estamos asustados por la seguridad de uno de nuestros hermanos”, tuiteó JC Tretter, presidente del sindicato. “Lo que todos vimos el domingo y la noche del jueves fueron síntomas que debieron haber impedido que él jugara bajo nuestros protocolos de conmoción. Esos protocolos existen para proteger al jugador, y es por eso que hemos abierto una investigación”.

El promedio de conmociones entre los jugadores de esas posiciones cayó de 23 en los tres años anteriores a 11 en éste, indicó la liga. De esas 11 conmociones, seis se derivaron de golpes a la máscara, que no tiene protección añadida.

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