Agencias/Ciudad de México.- El mercado de las criptomonedas estaba en ruinas. En una escena contrastante, Tyler y Cameron Winklevoss se veían muy animados.
Los gemelos multimillonarios, mejor conocidos por su participación en la creación de Facebook, daban vueltas y se meneaban por todo el escenario con su nuevo grupo de canciones versionadas, Mars Junction, en un lugar de conciertos a las afueras de Denver la semana pasada, en la parada más reciente de una gira de costa a costa. Cantaron a toda voz éxitos como “Mr. Brightside”, de los Killers, y “Don’t Stop Believin’”, de Journey. Los boletos se vendieron a 25 dólares.
Los gemelos Winklevoss dobleteaban como roqueros después de que su empresa valuada en 7000 millones de dólares, Gemini, que ofrece una plataforma para comprar y vender monedas digitales, había despedido al 10 por ciento de sus empleados. Desde principios de mayo, se han esfumado más de 700,000 millones de dólares a causa de un devastador desplome de las criptodivisas que ha sumido en la ruina financiera a varios inversionistas y ha forzado a varias empresas, como Gemini, a recortar costos.
“Las contrariedades son terreno fértil para la innovación y los tiempos difíciles te obligan a concentrar tu atención”, escribieron los hermanos Winklevoss, de 40 años de edad, en una nota dada a conocer este mes en referencia a los despidos.
Las criptomonedas se consideraban desde hace tiempo vehículos de empoderamiento económico. Los partidarios de estas monedas digitales (que se intercambian a través de redes de computadoras encargadas de verificar las transacciones, en vez de pasar por una institución centralizada, como un banco) destacan que una de sus bondades es que les ofrecen a las personas, sin importar su origen, una opción para generar, fuera del sistema financiero tradicional, un patrimonio capaz de transformar su situación.
Por desgracia, con todo y los elogios prodigados por sus supuestos principios de igualdad, la caída de las criptomonedas ha dejado al descubierto una división profunda: mientras que los empleados de las criptoempresas pierden empleos y los inversionistas ordinarios sufren pérdidas tremendas, los altos ejecutivos apenas y se ven afectados.
Ningún inversionista ha escapado por completo de la caída. Sin embargo, un pequeño grupo de titanes de la industria ya había acumulado una riqueza enorme gracias al aumento de los precios en los últimos dos años, lo que les dio un colchón de protección envidiable. Muchos de ellos compraron bitcoines, ether y otras monedas virtuales hace años, cuando costaban una pequeña fracción de su precio actual. Algunos vendieron parte de sus criptomonedas al poco tiempo y se embolsaron las ganancias. Otros dirigen empresas de criptomonedas que cotizan en bolsa y vendieron sus acciones o invirtieron en el sector inmobiliario.
En contraste, muchos inversionistas novatos se volcaron en el mercado de las criptomonedas durante la pandemia, cuando los precios ya habían empezado a subir. Algunos invirtieron los ahorros de toda su vida, por lo que quedaron en una posición vulnerable ante el desplome. Miles también buscaron empleo en las empresas del sector, convencidos de que era su boleto para tener nuevas riquezas. Ahora, muchos de ellos han visto desvanecer sus ahorros o se han quedado sin empleo.
Mismo patrón
Las ondas expansivas de la caída de las criptomonedas siguen el mismo patrón que otras recesiones financieras, explicó Todd Phillips, director de regulación financiera y gobierno corporativo en el centro de investigación liberal Center for American Progress.
“Pase lo que pase, quienes tienen dinero no tendrán ningún problema”, mencionó.
La fortuna combinada de los 16 multimillonarios más ricos de la industria de las criptomonedas superaba los 135,000 millones de dólares en marzo, según cálculos de Forbes. Ese total era de alrededor de 76,000 millones de dólares; no obstante, cabe señalar que un solo multimillonario, Changpeng Zhao, director ejecutivo de la casa de cambio de criptomonedas Binance, sufrió la mayor parte de las pérdidas: su fortuna, que ascendía a 65,000 millones de dólares, se redujo a 17,400 millones de dólares.
Cameron y Tyler Winklevoss, cuyo patrimonio individual era de 4000 millones de dólares antes de la marcada caída, tenían un valor de 3300 millones de dólares cada uno, según Forbes. Ambos se negaron a hacer comentarios.
Para los inversionistas no profesionales, como Ben Thompson, de 33 años, la realidad es diferente. Thompson, residente de Sídney, perdió aproximadamente 45,000 dólares (la mitad de sus ahorros) a causa del desplome. Empezó a adquirir criptomonedas en 2018 y planeaba utilizar el dinero para abrir una fábrica de cerveza.
“Muchas personas que parecían respetables actuaban con gran confianza”, señaló Thompson. “Se aprovechan de los que no tienen mucho”.
Los efectos desiguales de este desmoronamiento son evidentes incluso dentro de las empresas del sector. Coinbase, la mayor casa de cambio de criptomonedas en Estados Unidos, debutó en bolsa en abril de 2021, cuando el interés en las monedas digitales iba en aumento. Como parte del proceso de salida a bolsa de la empresa, su director ejecutivo, Brian Armstrong, vendió casi 300 millones de dólares en acciones. En diciembre, según algunas noticias, adquirió un inmueble valuado en 133 millones de dólares en el barrio de Bel-Air, en Los Ángeles.
De 357 a 51
En total, seis de los altos ejecutivos de Coinbase vendieron acciones con un valor superior a los 850 millones de dólares desde abril de 2021, según Equilar, organismo dedicado a darle seguimiento a la remuneración que reciben los ejecutivos. Emilie Choi, directora de Operaciones, obtuvo aproximadamente 235 millones de dólares, mientras que Surojit Chatterjee, director de Productos, vendió 110 millones de dólares en acciones. Las acciones de Coinbase, que alcanzaron en noviembre su valor más alto, alrededor de 357 dólares, ahora se venden a 51 dólares.
En un intento por lidiar con los precios en picada y la pérdida de interés de los consumidores en las criptomonedas, Coinbase despidió al 18 por ciento de su personal, es decir, unos 1100 empleados. Armstrong argumentó que la empresa había “contratado de más”.
Coinbase también rescindió cientos de ofertas de trabajo. Algunas de esas nuevas contrataciones ya habían renunciado a su empleo anterior o contaban con el empleo en Coinbase para conservar su visa de trabajo.
Una portavoz de Coinbase se negó a hacer comentarios sobre los despidos y las ofertas rescindidas. Señaló que muchas de las ventas de acciones se concretaron como parte del proceso de cotización directa y que los ejecutivos “conservan posiciones considerables en la empresa, lo que refleja su compromiso”.
La caída de las criptomonedas comenzó en mayo, cuando una moneda experimental llamada TerraUSD perdió casi por completo su valor de la noche a la mañana y arrastró consigo a una moneda digital asociada, Luna. Este desplome arruinó a algunos inversionistas individuales que habían colocado los ahorros de toda su vida en TerraUSD a través del programa de préstamos Anchor Protocol, que les permite a los inversionistas depositar la moneda a cambio de intereses de hasta el 19.5 por ciento.
TerraUSD fue lanzada al mercado por Terraform Labs, empresa emergente que recaudó financiación de empresas de capital riesgo como Galaxy Digital y Lightspeed Venture Partners. Algunos de esos inversionistas vendieron antes del fracaso del proyecto. Galaxy Digital informó en un documento elaborado antes de la caída que las ventas de sus monedas Luna eran responsables de “la mayor parte” de sus ganancias, de 355 millones de dólares, en el primer trimestre (la empresa se negó a hacer comentarios para este artículo).
El impacto del desmoronamiento de Luna-Terra se propagó e incluso afectó al bitcóin y el ether, las dos monedas digitales más valiosas. El año pasado, Elliot Liebman, músico de 30 años residente de Austin, Texas, comenzó a invertir cada mes parte de su sueldo en algunas de esas criptomonedas, con la esperanza de acumular ahorros. De su inversión de 10,000 dólares, solo quedan alrededor de 3000 dólares.
“Dicen por ahí que esta tecnología nos va a permitir estar en igualdad de circunstancias”, comentó Liebman. “Pero es claro que muchos hemos quedado del lado equivocado del campo de juego”.
La caída empeoró este mes cuando el banco de criptomonedas Celsius Network anunció que suspendería los retiros. Después de que empezaron a caer los precios, Gemini fue la primera empresa importante de la criptoindustria en anunciar despidos, seguida de BlockFi, Crypto.com y Coinbase.
De cualquier manera, a diferencia de Coinbase, la mayoría de estas empresas del criptomundo son privadas, por lo que su valor depende menos de las variaciones diarias en los precios. Esa situación les ha dado cierta protección a los ejecutivos de algunas empresas.
“Mi valor neto personal quizá no se ha visto muy afectado”, aseveró Ivan Soto-Wright, director ejecutivo de MoonPay, empresa emergente de pagos con criptomonedas valuada en 3,400 millones de dólares. “Tenemos una reserva de efectivo significativa”.