Agencias/Ciudad de México.- La Asociación Coreana de Futbolistas Profesionales (KPFA) ha expresado su honda preocupación por las deplorables condiciones que han tenido que soportar las futbolistas en el mayor torneo de futbol femenino del país.

El Campeonato Nacional de Fútbol Femenino está organizado por la Asociación Coreana de Fútbol y tiene como sedes la Federación Coreana de Fútbol Femenino y la Asociación de Fútbol del Condado de Changnyeong. En él participan 61 equipos con jugadoras de varios niveles, incluida la Liga WK.

La KPFA recibió numerosas quejas de los futbolistas del torneo sobre las condiciones de juego y las instalaciones. En medio de las continuas advertencias de ola de calor, los futbolistas y los oficiales están luchando contra unas instalaciones inadecuadas, en particular la falta de suficientes zonas de descanso y vestuarios.

“La situación es alarmante”, declaró Hoon-Ki Kim, secretario general de la KPFA. “El entorno de la sede es extremadamente deficiente. Hay numerosos problemas, desde los terrenos de juego hasta las instalaciones circundantes y los aspectos operativos. No es sólo una cuestión de inconvenientes, sino de derechos humanos básicos”.

Alrededor de 2,000 jugadoras y oficiales han participado en la edición de este año, que comenzó el 26 de julio y se prolongará hasta el 9 de octubre del 2024.

Una inspección de la KPFA reveló que no hay vestuarios ni taquillas adecuados para las futbolistas, que tienen que cambiarse en tiendas improvisadas sin ninguna intimidad.

“Nos obligan a cambiarnos de ropa en baños estrechos y ahora, por frustración, me cambio en la tienda abierta”, dijo una jugadora. “No hay pantallas de privacidad, así que estamos expuestas en ropa interior. Si ni siquiera podemos gestionar este aspecto básico de la preparación, ¿cómo vamos a centrarnos en nuestro rendimiento? Esto necesita una mejora urgente”.

Los oficiales, entrenadores y árbitras también se ven afectados, ya que utilizan tiendas de campaña para descansar, que ofrecen poco alivio del intenso calor. Con temperaturas que superan los 35 °C (95 °F) y frecuentes avisos de ola de calor, la falta de áreas de descanso adecuadas es una preocupación importante.

Los partidos empiezan a las 6 de la tarde, pero el hecho de que las jugadoras tengan que calentar una hora y media antes les obliga a prepararse con un calor extremo. El 3 de agosto, una futbolista que participaba en un partido entre la Universidad de Corea y la Universidad de Uiduk tuvo que ser hospitalizada debido a un golpe de calor.

“La respuesta a las lesiones ha sido muy decepcionante”, afirma otra protagonista. “Hay retrasos en la atención de urgencia y el número de ambulancias es insuficiente. La comunicación sobre las emergencias parece inadecuada. Hay que solucionar estos problemas”.

Las árbitras también se ven afectadas por la falta de vestuarios. Se las ha visto cambiarse en los baños, a veces mezclándose con las jugadoras debido a la ausencia de espacios separados.

Una tercera futboolista dijo: “Es incómodo para las jugadoras estar tan cerca de los oficiales y las árbitras. Sentarse cerca de la carpa es insoportable debido al calor. Necesitamos vestuarios adecuados para reagruparnos y prepararnos para la segunda parte. Con todo expuesto, incluso las conversaciones informales resultan incómodas. Discutir las tácticas se convierte en un reto y la incomodidad continua es un verdadero problema”.

“La organización del torneo es problemática”, afirma una cuarta jugadora. “Las árbitras trabajan en partidos consecutivos, lo que provoca retrasos. La escasez de árbitras provoca agotamiento y posibles errores. Además el horario continuo para todas las categorías hace que los equipos no tengan espacio para calentar adecuadamente entre partido y partido.”

La KPFA ha planteado sus preocupaciones a los organizadores del torneo y les ha instado a mejorar las condiciones y la seguridad de las futbolistas, pero hasta ahora no han podido resolver ninguno de los problemas planteados.

“La ola de calor es un problema crítico”, explica Kim. “El césped artificial utilizado en este campeonato se calienta más que la hierba natural, lo que hace que parezca que las jugadoras corren sobre una plancha caliente. Incluso los partidos nocturnos son incómodamente calurosos. Recientemente en el béisbol profesional se han cancelado partidos debido al calor. Si este campeonato debe seguir adelante, podría ser necesario ajustar el calendario o cambiar la ubicación”.

El calor es un asesino silencioso que amenaza la salud y la vida de un número creciente de trabajadores en todo el mundo. Esta es la advertencia urgente de un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo, que publicamos el 25 de julio de este año.

El mismo día, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, hizo un llamamiento a la acción: “Necesitamos medidas para proteger a los trabajadores basadas en los derechos humanos”.

Las pruebas son claras. Cada año, más de 2,400 millones de trabajadores están expuestos al sol y al aumento de las temperaturas. Casi 19,000 trabajadores mueren de cáncer de piel no melanoma, mientras que otros 22.85 millones sufren diversas lesiones en el lugar de trabajo. Como subraya nuestro informe, los deportistas, incluidos los futbolistas profesionales, pertenecen a las ocupaciones más exigentes desde el punto de vista físico. Necesitan protección y la necesitan ya.

El peligro empieza con el exceso de calor: aumento de la temperatura del aire y, a menudo, de la humedad. En el verano europeo actual, por ejemplo, los futbolistas juegan en condiciones más calurosas que hace una década. En julio de este año, cuando la temperatura superó los 40 grados en la capital rumana, Bucarest, el sindicato de jugadores y la liga profesional acordaron cambiar los horarios de los saques de salida e introducir descansos para refrescarse.

Los deportistas son especialmente vulnerables por una sencilla razón: el calor que ellos mismos generan. Al esforzarse sobre el terreno de juego, a menudo durante 90 minutos o más, los futbolistas producen calor metabólico. Cuanto más fuerte y más tiempo corren, mayor es el calor y mayor es el riesgo al que se enfrentan.

En estas condiciones, los jugadores se encuentran expuestos al estrés térmico y a sus efectos nocivos. Éstos pueden ir desde síntomas leves, como fatiga y mareos, hasta los graves riesgos de agotamiento, insolación y trastornos de fluidos, pasando por las afecciones a largo plazo que acortan nuestra vida, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Pero los riesgos no acaban aquí. Como todos los deportistas, los futbolistas trabajan bajo una intensa presión psicológica. Impulsados a rendir al máximo, a veces juegan a pesar del dolor, ignoran las señales de peligro y se guardan las dudas para sí mismos.

Una carga de trabajo cada vez mayor no hace sino aumentar el riesgo: más partidos, menos descanso y pausas más cortas entre temporadas auguran un estrés aún mayor. A medida que los futbolistas juegan más torneos en el calor del verano, son más vulnerables a la fatiga, las lesiones, la ansiedad y la depresión. La necesidad de una regulación adecuada, dentro de una cultura más amplia de respeto a la salud y la seguridad, nunca ha sido tan urgente.

La Organización Internacional del Trabajo lleva más de un siglo trabajando para mejorar las condiciones en el lugar de trabajo. Nuestra visión es clara: trabajo decente para todos los seres humanos. Como organismo especializado de las Naciones Unidas, prestamos servicios a 187 Estados miembros de todo el mundo.

Basándonos en décadas de investigación y formulación de políticas, hemos elaborado un corpus de leyes y orientaciones que protegen a todos los trabajadores de las condiciones meteorológicas extremas y de los riesgos emergentes de nuestra crisis climática. Nuestros convenios fundamentales declaran que todos los deportistas profesionales tienen derecho a protección; todos tienen derecho a la salud y la seguridad en el lugar de trabajo.

Nuestro Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores subraya que la prevención y la precaución son vitales. Definimos la salud en el lugar de trabajo no sólo como la “ausencia de afecciones o enfermedades”, sino también como los “elementos físicos y mentales que afectan a la salud y están directamente relacionados con la seguridad y la higiene en el trabajo”. En otras palabras todos gozamos del derecho básico a sentirnos seguros y protegidos en nuestro lugar de trabajo.

El convenio pide a los empresarios que garanticen que el lugar de trabajo no supone ningún riesgo para la salud de los trabajadores. Las leyes por sí solas nunca son suficientes. La forma en que las organizaciones deciden aplicarlas -a través de sus instituciones, cultura y normas- es fundamental para la buena gobernanza.

Con este espíritu, los empresarios deben proporcionar a los deportistas y a sus representantes información adecuada, formación apropiada y la oportunidad de hacer preguntas y participar en la toma de decisiones. Los empresarios deben escuchar lo que dicen los deportistas.

En resumen nuestro convenio defiende los valores y principios de la gobernanza colectiva, en la que los trabajadores y sus empleadores comparten una visión del lugar de trabajo y de cómo mejorar sus condiciones. El diálogo es vital.

En 2022, la OIT ofreció apoyo y orientación cuando FIFPRO y el Foro Mundial de Ligas negociaron el primer Acuerdo Laboral Global en el fútbol profesional. Fue en nuestra sede de Ginebra donde los dos socios firmaron efectivamente un nuevo contrato social, en el que la dignidad y los derechos de cada trabajador están garantizados por la gobernanza colectiva. Fundaron una nueva institución democrática para encarnar ese contrato, y la OIT espera con interés el trabajo que queda por delante.

El acuerdo se hace eco de una de las conclusiones de nuestro nuevo informe sobre el calor: el diálogo social debe ser la base de la acción. Los trabajadores y sus representantes deben participar en las decisiones que conduzcan a un lugar de trabajo más sano y seguro.

A medida que nuestro mundo se calienta, trayendo nuevos riesgos al campo de fútbol, el lugar de trabajo de decenas de miles de futbolistas en todo el mundo, la gobernanza colectiva apunta a un futuro mejor. Representa una oportunidad para que los trabajadores y sus empleadores se sienten a la misma mesa, con la cabeza fría y la mente clara, para que juntos gestionen los riesgos de nuestra crisis climática.

Da tu opinión

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.