Agencias/Ciudad de México.- Nippon Steel y U.S. Steel presentaron una demanda federal impugnando la decisión del gobierno estadounidense de bloquear la propuesta de casi 15,000 millones de dólares para la adquisición de U.S. Steel, con sede en Pittsburgh.
La demanda, presentada en el Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, alega que fue una decisión política y violó el debido proceso de las compañías.
“Desde el inicio del proceso, tanto Nippon Steel como U.S. Steel han participado de buena fe con todas las partes para subrayar cómo la transacción mejorará, y no amenazará, la seguridad nacional de Estados Unidos, incluyendo revitalizando comunidades que dependen del acero norteamericano, fortaleciendo la cadena de suministro de acero y reforzando la industria del acero doméstica contra la amenaza de China”, dijeron las compañías en un comunicado preparado. “Nippon Steel es el único socio tanto dispuesto como capaz de hacer las inversiones necesarias.”
Nippon Steel había prometido invertir 2,700 millones de dólares en las operaciones de alto horno de U.S. Steel en Gary, Indiana, y en Mon Valley de Pensilvania. También se comprometió a no reducir la capacidad de producción en Estados Unidos durante la próxima década sin antes obtener la aprobación del gobierno.
El presidente Joe Biden decidió detener la adquisición por Nippon — después de que los reguladores federales no llegaran a un acuerdo sobre si aprobarla — porque “una industria del acero fuerte, de propiedad y operación doméstica representa una prioridad esencial de seguridad nacional. … Sin producción de acero doméstico y trabajadores del acero domésticos, nuestra nación es menos fuerte y menos segura”, dijo en un comunicado.
Mientras los funcionarios de la administración han dicho que la decisión no estaba relacionada con la relación de Japón con Estados Unidos — esta es la primera vez que un presidente de Estados Unidos bloquea una fusión entre una firma estadounidense y japonesa.
La decisión del presidente de bloquear el acuerdo viene después de que el Comité de Inversión Extranjera, conocido como CFIUS, no lograra llegar a un consenso sobre los posibles riesgos de seguridad nacional del acuerdo el mes pasado, y enviara un informe sobre la fusión a Biden. Él tenía 15 días para tomar una decisión final.
En una demanda separada presentada en el Tribunal para el Distrito Oeste de Pensilvania el mismo día, las compañías acusaron al rival siderúrgico Cleveland-Cliffs Inc. y a su CEO, Lourenco Goncalves, en coordinación con David McCall, el jefe del sindicato de trabajadores del acero de Estados Unidos, de “participar en una serie coordinada de actividades anticompetitivas y de crimen organizado” para bloquear el acuerdo.
En 2023, antes de que U.S. Steel aceptara la oferta de compra de Nippon, Cleveland-Cliffs ofreció comprar U.S. Steel por 7,000 millones de dólares. U.S. Steel rechazó la oferta y más tarde aceptó una oferta en efectivo de casi 15,000 millones de dólares de Nippon Steel, que es el acuerdo que Biden anuló.
U. S. Steel announced it has filed multiple lawsuits in response to the wrongful interference with its proposed acquisition by Nippon Steel. We will vigorously defend our rights to complete this transaction & secure the future of U. S. Steel. Read more: https://t.co/dz1XcNH38D pic.twitter.com/WDKarH8rAY
— U. S. Steel (@U_S_Steel) January 6, 2025
Las compañías alegan que Goncalves, en colusión con los trabajadores del acero de Estados Unidos, maniobró para evitar que cualquier parte, excepto Cleveland-Cliffs, adquiriera U.S. Steel y para dañar la capacidad del fabricante de Pittsburgh para competir.
Nippon y U.S. Steel dijeron en la demanda que presentaron tres borradores de acuerdos de seguridad nacional al Comité de Inversión Extranjera, un organismo que investiga las inversiones extranjeras propuestas en Estados Unidos por posibles riesgos de seguridad nacional, para abordar cualquier preocupación.
Las compañías expresaron en su demanda que se le dijo a CFIUS que no ofreciera contrapropuestas ni mantuviera discusiones con ellos. Nippon y U.S. Steel argumentan que el proceso de revisión fue manipulado para que el resultado apoyara una decisión que, según dicen, Biden ya había tomado.
Las compañías dijeron que el presidente Biden usó “influencia indebida para avanzar en su agenda política.”
Nippon, sin embargo, enfrentará una administración entrante que también ha prometido bloquear el acuerdo.
El presidente electo Donald Trump el mes pasado subrayó su intención de bloquear el acuerdo y prometió usar incentivos fiscales y aranceles para fortalecer al icónico fabricante de acero estadounidense.
Trump había prometido al principio de la campaña presidencial que bloquearía el acuerdo “instantáneamente”, y reiteró ese sentimiento en una publicación en su plataforma Truth Social a principios de diciembre.
“Esta adquisición habría colocado a uno de los mayores productores de acero de Estados Unidos bajo control extranjero, creando un riesgo para nuestra seguridad nacional y para la cadena de suministros. Es por ello que he decidido bloquear la operación”, explicó Biden en un comunicado, dando esas razones para vetar la compra.
En diciembre, el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS) no logró llegar a un consenso sobre el acuerdo, y dejó la decisión en manos de Biden, quien dejará el cargo el próximo 20 de enero.
https://twitter.com/nippon_steel_/status/1872477515333374328
Dicho panel advirtió que la compra podría llevar a un recorte en la producción de acero estadounidense, lo que podría generar escasez de suministro, afectando principalmente a los sectores del transporte y la energía. Según The Washington Post, el comité también expresó preocupaciones sobre la posibilidad de que Nippon Steel traslade su producción a sus plantas en Brasil, México e India tras obtener el control de US Steel.
Los principales asesores de la Casa Blanca habrían intentado persuadir a Biden para que diera luz verde al acuerdo, toda vez que representaba una inversión considerable en una empresa estadounidense en crisis. Además, según reportes de prensa, se argumentó que un veto podría dañar las relaciones con Japón, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico.
Tanto Biden como el presidente electo Donald Trump han implementado políticas proteccionistas en los últimos años en un intento por salvaguardar el sector siderúrgico estadounidense ante un exceso de oferta global que ha hecho bajar los precios.
Por ello, es poco probable que el veto de Biden sea revocado por Trump, quien hizo campaña para revivir la industria pesada estadounidense. Anteriormente, el republicano publicó en sus redes sociales que estaba “totalmente en contra” de que la “otrora grande y poderosa US Steel sea comprada por una empresa extranjera”.
En diciembre, Nippon Steel defendió la fusión con US Steel, prometiendo inversiones “significativas” en las instalaciones y empleados de la compañía para “asegurar un futuro vibrante para la industria estadounidense”. La firma dijo que seguía confiando que la compra serviría para “proteger y hacer crecer US Steel para beneficio de los trabajadores y clientes estadounidenses”.
La firma japonesa además prometió inversiones por más de 2,700 millones de dólares en las dependencias de US Steel en Pensilvania y Gary (Indiana), y garantizó absoluto respeto a los acuerdos existentes con los sindicatos.
En noviembre, el primer ministro japonés Shigeru Ishiba instó a Biden a aprobar la fusión para evitar debilitar los lazos entre ambos países. Mientras, tanto Nippon Steel como US Steel han insistido en que el acuerdo no plantea problemas de seguridad nacional y se comprometieron a emprender acciones legales, señalando que las autoridades estadounidenses no siguieron los procedimientos adecuados para revisar la adquisición.
Si bien puede preservar la independencia de US Steel, el veto de Biden podría a la vez poner en apuros a la firma, que requiere de inversiones masivas y nueva tecnología para modernizarse. Si no lo hace, será incapaz de competir contra siderúrgicas más grandes y mejor financiadas como la europea ArcelorMittal o rivales chinas.
US Steel además podría tener problemas para encontrar otros compradores en el futuro, pues con el bloqueo, la señal que envía Biden a posibles inversionistas internacionales es que podrían enfrentar obstáculos políticos y regulatorios si intentan pujar por empresas estadounidenses consideradas relevantes para la seguridad nacional.
Es probable que también se amplíe el control chino sobre el sector siderúrgico mundial e incluso podría impulsar a la Unión Europea a buscar inversiones de empresas como Nippon Steel para sus propias compañías.
Statement from David B. Burritt, President and CEO, on Today’s Order by President Biden.https://t.co/85iuRNiCAM pic.twitter.com/h6rbOgiitW
— U. S. Steel (@U_S_Steel) January 3, 2025