Agencias/ Ciudad de México.- Titanes del Pacífico es una de las películas más famosas de Guillermo del Toro pues se arroja de lleno al género mecha, ese género de animación japonesa que tiene tantos fans en el mundo real.

El director mexicano lo combina con las bestias kaiju, palabra extraída del japonés, para ofrecernos un espectáculo completamente singular en el cine de acción real. Aunque no tuvo la oportunidad de dirigir la secuela, Titanes del Pacífico: La Insurrección, para The Wrap comparte el argumento que hubiera presentado en el guión.

Estrenada en 2013, Titanes del Pacífico nos presenta un tiempo cercano en el futuro, donde legiones de monstruosas criaturas, denominadas kaiju, comienzan a salir del mar y se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años.

Para combatir a las bestias gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots llamados jaegers que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están conectadas por un puente neural. Raleigh Becket (Charlie Hunnam) y Mako Mori (Rinko Kikuchi) son un par de pilotos que unen fuerzas para lograr lo imposible en medio del conflicto.

Titanes del Pacífico: La Insurrección llegó a los cines en 2018 pero no fue tan bien recibida como su predecesora, de hecho obtuvo críticas muy negativas. Del Toro se marchó de la dirección y en su lugar entró Steven S. DeKnight, quedándose como productor.

La historia toma lugar diez años después de los eventos de la primera entrega y se enfoca en Jake Pentecost, hijo Stacker Pentecost, quien ha vivido apartado del mundo por el que su padre dio la vida. Con la sospecha de que los kaiju podrían estar siendo ayudados desde nuestro mundo para traerlos de regreso, Jake asume el lugar que siempre le correspondió con la ayuda de su hermana Mako Mori, quien se ha encargado de reunir y entrenar a una nueva generación de pilotos Jaegers.

Mako muere en La Insurrección y de hecho este suceso es bastante anticlimático en la película. El guión se deshace del personaje como si no fuera importante y además no pule otros importantes detalles a lo largo de su argumento. Por su parte, Guillermo del Toro nos ofrece una visión alterna sobre lo que Titanes del Pacífico 2 pudo ser si el estudio la hubiera pospuesto una y otra vez, revelando que la trama habría desbordado viajes en el tiempo y una paradoja muy especial.

El villano era este tipo experto en tecnología que básicamente había inventado una especie de Internet 2.0. Y así, poco a poco, los protagonistas empezaron a hacer conjeturas y dijeron: ‘Oh, los obtuvo de los precursores’. Los tipos que controlan el kaiju. Y luego descubrimos que los precursores somos nosotros miles de años en el futuro.

Están tratando de terraformar, tratando de recolectar la tierra para sobrevivir. Guau. Y descubren que están en exo-bio-trajes, que parecen extraterrestres, pero no lo son. Estábamos nosotros adentro. Y fue una paradoja realmente interesante. Fue realmente una locura. Algunos elementos de eso tomaron y volvieron a montar.

No conforme, del Toro explica que de haber dirigido Pacific Rim, Mako jamás hubiera muerto, sino que su papel habría sido de importancia máxima en la película: “Para mí, la heroína era Mako Mori. Quería que no solo viviera, quería que fuera uno de los personajes principales de la segunda película.” Guillermo es muy talentoso, pero no es omnipresente y no puede escribir y dirigir todas las películas que desee, debe hacer sacrificio al momento de elegirlas. Por desgracia para nosotros, jamás veremos la Pacific Rim 2 de Memo, pero al menos podemos imaginarlo.

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