Agencias/Ciudad de México.- Primero Qatar, ahora Ruanda. Los polémicos acuerdos de patrocinio del Bayern Múnich están exponiendo al club alemán a acusaciones de que ayuda a que gobiernos con antecedentes cuestionables en materia de derechos humanos laven su imagen por medio del deporte. Y la colaboración con esta práctica, conocida como “sportswashing”, podría ahuyentar a los aficionados.

El mes pasado, el laureado club bávaro anunció una nueva sociedad a cinco años con Ruanda para desarrollar el fútbol y fomentar el turismo en esa nación del oriente de África. El convenio reemplazó un patrocinio previo por parte de Qatar, que había derivado en protestas de los aficionados durante los partidos.

Hubo incluso muestras de rechazo durante la asamblea general del club en 2021, cuando miembros disgustados abuchearon a los dirigentes por negarse a discutir los acuerdos polémicos.

Tanto Qatar como Ruanda enfrentan acusaciones de abusos a los derechos humanos, pero el director general del Bayern Jan-Christian Dressen niega que el club facilite el “sportswashing”.

“No veo que lo que estamos haciendo en Ruanda sea ‘sportswashing’”, dijo Dressen el jueves, durante la asamblea general de la Asociación de Clubes Europeos en Berlín. “Hemos dejado claro que queremos apoyar el fútbol y el desarrollo del fútbol ahí. No puedo entender cómo Ruanda invierte dinero ahí para crear una mejor imagen de sí misma por medio del ‘sporswashing’…Está claro, tal como lo ha señalado la parte ruandesa, que queremos promover el tema del turismo en Ruanda. Y no veo como ‘sportswashing’ que como club estemos promoviendo eso’”.

El acuerdo entre el equipo y Ruanda fue criticado de inmediato por Wenzel Michalski, de Human Rights Watch, como una opción “muy mala”. Nick McGeehan, de FairSquare Projects, consideró sorpresivo que el Bayern haya reemplazado un acuerdo controvertido con otro.

“Ante la hiriente y finalmente nociva relación del Bayern con Qatar, uno pensaría que la dirigencia del club tomaría nota de las preocupaciones de sus seguidores y evitaría involucrarse de nuevo en campañas dirigidas a limpiar la reputación de gobiernos abusivos”, dijo McGeehan a The Associated Press. “Los actos horrendos de las milicias apoyadas por Ruanda en la República Democrática del Congo este año sugieren que el Bayer está simplemente demasiado felíz por saltar de la sartén al fuego”.

En Kigali, las opiniones difieren sobre la milllonaria gestión de la imagen del país. Se denuncia al régimen de Paul Kagame, que se dedica al blanqueamiento deportivo, para distraer la atención de los problemas en materia de libertad de prensa, democracia y lucha contra la pobreza. Para el publicista Gonza Mugangwa, exsecretario general de la Asociación de Periodistas de Ruanda, este aspecto es obvio, pero no decisivo. “Lo que realmente preocupa a la mayoría de los ruandeses es si vale la pena invertir estas cantidades (de dinero)”, afirma a DW.

Según Mugangwa, la gente se siente orgullosa de que su país se muestre de manera tan destacada. Pero no cree que ayude al ciudadano medio a mejorar su situación financiera, por lo que “no veo ningún beneficio en las relaciones de patrocinio directo con los clubes”.

Charles Ndushabandi, aficionado del Bayern en Kigali, se muestra en cambio optimista. “Estoy seguro de que desde la firma de estos contratos, Ruanda como marca ha ganado más reconocimiento. No sólo en África, sino también en Europa y América Latina, porque estos clubes de fútbol son grandes y seguidos por millones (de personas)”, dice a DW.

En cualquier caso, Jan-Christian Dreesen, miembro de la junta directiva del FC Bayern, no se deja intimidar por la primera ola de críticas. “Vemos a África como un continente de oportunidades. No somos los primeros ni seremos los últimos en iniciar compromisos en África. Estar más intensamente en este continente forma parte de nuestra estrategia de internacionalización”, afirmó. Ya apoyan el fútbol infantil y juvenil con la esperanza de encontrar talentos para el FC Bayern.

Y precisamente muchos seguidores del FC Bayern sacuden la cabeza como también lo hicieron por la muy criticada colaboración con Qatar Airways. “Es difícil entender por qué. El club está nadando en dinero”, según el bloquero Nandelstädt, quien cree que habrá nuevas protestas en la curva sur de la arena en Múnich. Opina que el club “habría tenido que involucrarse en otro país más democrático de África” si quería apoyar el fomento de jóvenes talentos.

Probablemente no sea una coincidencia que Ruanda y el Bayern de Múnich colaboren. El presidente Kagame mantiene estrechos contactos con Qatar. Qatar Airlines posee casi la mitad de las acciones de la aerolínea estatal RwandAir y tiene una participación del 60 por ciento en el aeropuerto internacional de Bugesera, actualmente en construcción.

Según observadores internacionales en Kigali, la economía está en gran medida en manos del partido Frente Patriótico Ruandés (RPF) y se concentra en la capital, mientras que las zonas rurales son muy pobres.

El nuevo acuerdo no derriba ningún muro, sino que abre un poco las puertas a los talentos del fútbol ruandés. El periodista deportivo Jah d’Eau Dukuze, presentador de uno de los programas deportivos más importantes de Ruanda, destacó en una entrevista con DW: “Los patrocinios surten efecto. Por ejemplo, la cooperación con el PSG fue importante para el desarrollo de jugadores jóvenes a los que les gustaría convertirse en profesionales”.

La tarea del Bayern de Múnich es crear tales oportunidades, lejos de los acuerdos multimillonarios.

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