Texto Periódico El Mundo/Buenos Aires.- Cada 30 horas muere una mujer en Argentina víctima de la violencia de género. Pese a una creciente concienciación social frente a los feminicidios, la inseguridad alarmante que sufre el país se ceba con las mujeres. A Lucía Pérez, una joven de 16 años, la drogaron unos desconocidos el sábado 8 de octubre en la ciudad costera de Mar del Plata. Sus captores la atiborraron a cocaína y marihuana para que perdiera la conciencia y después la violaron y terminaron empalándola. Los presuntos asesinos lavaron el cuerpo de Lucía cuando vieron que la joven agonizaba y la dejaron en un centro de salud, donde ingresó ya cadáver. Cuando se le practicó la autopsia, los forenses detectaron que la joven había sido salvajemente violada por vía vaginal y anal repetidas veces.

La policía ha detenido a los presuntos autores de la muerte de Lucía, identificados como Matías Farías, de 23 años, y Juan Pablo Offidani, de 41. Ambos habrían sido ayudados a lavar el cuerpo de la víctima por otro hombre de 61 años que fue apresado el domingo a las afueras de Mar del Plata. Según la hipótesis que maneja la fiscalía encargada del caso, Lucía habría conocido a los dos hombres, supuestos traficantes de marihuana, a través de una amiga. El viernes 7 de octubre la joven acudió a la casa de Farías, en el barrio de Playa Serena, supuestamente a comprar droga.

Para la fiscal María Isabel Sánchez, se trató de una agresión sexual “inhumana”. “En la escena del crimen se encontró una gran cantidad de preservativos que no pudieron haber sido usados por una sola persona”, explicó la fiscal. Una de las hipótesis de la investigación sugiere que Lucía habría entablado algún tipo de relación sentimental con Farías. Los padres de la joven sostienen sin embargo que fue una compañera de Lucía quien actuó como “entregadora”. “Sabemos que Farías le decía (a la compañera) que le acercara chicas para que le compraran droga”, denunció Guillermo Pérez, padre de Lucía.

Alarma por la inseguridad en el país

La brutalidad de la agresión ha conmocionado a una sociedad argentina que vive alarmada por la creciente inseguridad que azota el país. Varios miles de personas salieron a la calle el sábado pasado en demanda de justicia en Mar del Plata (una urbe de cerca de un millón de habitantes conocida en el imaginario popular como “La Feliz”, el balneario con el que sueña la clase media argentina para veranear).

Los padres de Lucía reclaman a la justicia que los presuntos autores del homicidio no salgan nunca de la cárcel. Pero ni siquiera ellos están seguros. Guillermo Pérez denunció que horas antes del inicio de la manifestación del sábado, dos desconocidos pasaron delante de su casa en una motocicleta exhibiendo un arma y gritando: “¡Negro de mierda, te vamos a cagar a tiros!”.

A la convulsión social que ha suscitado el caso se suma la polémica generada en algunos medios de comunicación. Desde algunas tribunas periodísticas se ha responsabilizado a Lucía de haber mentido a sus padres en relación a su supuesto consumo de drogas y a sus relaciones personales. Una polémica que se zanja por sí sola ante la salvaje agresión sufrida por la adolescente. Murió por un paro cardiaco producido por el empalamiento anal a la que le sometieron sus violadores.

Para la fiscal Sánchez, el caso ha sobrepasado todos los límites: “Todos los días investigamos violaciones y homicidios pero jamás vi esta conjunción de hechos aberrantes; es la primera vez en mi carrera que lo veo”. Y la abogada Ileana Arduino ha tenido que recordar en un artículo publicado en la web periodística “Anfibia” que la muerte de Lucía no es sino un caso más en el que se reproducen las “prácticas violentas extremas pero regulares y reconocibles en una escena social, cultural y política llamada patriarcado, y ejecutadas por dos productos esperables de este modo de relacionarnos”.

La violación y asesinato de Lucía ocurrió el mismo día en que en la ciudad de Rosario se reunían unas 70.000 personas en el 31º Encuentro Nacional de Mujeres en defensa de la igualdad de género y contra la violencia. Por el impacto mediático que ha tenido el caso, agrupaciones feministas como “Ni una menos” han convocado un paro nacional de mujeres para este miércoles y una concentración en el centro de Buenos Aires.

“Basta de violencia machista, vivas nos queremos”, señala la convocatoria en la que se hace un llamamiento a las mujeres para que suspendan todas sus actividades el miércoles durante una hora.

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