Agencias/Ciudad de México.- OpenAI genera la gran mayoría de sus ingresos de los consumidores que pagan por sus productos, dijo la directora ejecutiva Sarah Friar, incluso al tiempo que la startup de inteligencia artificial compite en un mercado abarrotado para conseguir más clientes corporativos.

Nos encontramos ante el mayor cambio tecnológico de la historia de la humanidad después de la revolución industrial, un momento en el que están naciendo nuevos negocios y actividades que serán predominantes en la próxima década, a la par que numeroso

En una entrevista con Bloomberg TV, Friar dijo que aproximadamente el 75% del negocio de OpenAI proviene de suscripciones de consumidores. El plan de pago para consumidores de la compañía para su chatbot ChatGPT actualmente comienza en US$20 por mes.

“Nos ha sorprendido el ritmo de crecimiento, en particular en el sector de consumo”, dijo Friar a Ed Ludlow de Bloomberg TV en la conferencia Money20/20 en Las Vegas. “Incluso nuestras empresas, que son jóvenes, ya están generando una cantidad increíble de ingresos anualizados. Estamos realmente entusiasmados por el potencial que hay allí”.

Al igual que otras empresas de inteligencia artificial, OpenAI ha estado trabajando para aumentar sus ingresos atrayendo a usuarios empresariales. OpenAI anunció en septiembre que había alcanzado el millón de usuarios de pago para las versiones corporativas de ChatGPT. Esto incluye a los usuarios de los servicios ChatGPT Team y Enterprise, dirigidos a empresas, así como a aquellas personas de universidades que utilizan su producto ChatGPT Edu.

Pero las declaraciones de Friar dan una pista de la fortaleza del negocio de consumo de OpenAI. Friar dijo que ChatGPT cuenta actualmente con 250 millones de usuarios activos semanales y que la empresa está convirtiendo a los usuarios gratuitos al producto de pago a una tasa del 5% al 6%.

Si bien la empresa está aumentando sus ingresos rápidamente, también tiene gastos significativos por el desarrollo y la operación de sistemas de IA cada vez más avanzados. A principios de este mes, OpenAI cerró una ronda de recaudación de fondos de 6,600 millones de dólares y recurrió a bancos globales para obtener una línea de crédito renovable de 4,000 millones de dólares.

«Lo más importante para nosotros es mantenernos en la frontera: construir los modelos de frontera, asegurarnos de que, en última instancia, estamos aportando AGI en beneficio de la humanidad», dijo Friar, refiriéndose a la inteligencia artificial general, o IA que puede igualar o superar a los humanos en muchas tareas intelectuales.

Como parte de ese esfuerzo, OpenAI ha estado trabajando para formar una coalición mundial que apoye la inversión en la infraestructura física necesaria para impulsar la IA. Eso incluye abogar por una ampliación sin precedentes de los centros de datos en Estados Unidos, con instalaciones que puedan generar hasta 5 gigavatios.

“Es territorio nuevo”, afirma Friar sobre los planes de infraestructura de la empresa. “Francamente, creo que todos estamos aprendiendo en este espacio: La infraestructura es el destino”.

Orion es, según los rumores, el nombre en clave del próximo modelo de inteligencia artificial en el que OpenAI estaría trabajando, aunque OpenAI no ha confirmado nada oficialmente. Este supuesto nuevo modelo promete ser más avanzado y potente que el actual GPT-4, el motor detrás de ChatGPT en sus versiones más recientes.

La expectativa en torno a Orion está alimentada, en gran parte, por la creciente demanda de una inteligencia artificial que no solo sea más capaz, sino también más adaptativa y segura. Algunos informes especulan que OpenAI podría estar explorando mejoras significativas en comprensión de contexto, capacidad de respuesta y en la integración de diferentes habilidades en un solo sistema. Además, algunos analistas de tecnología han señalado que la empresa necesita una innovación de este calibre para mantenerse competitiva en 2025.

Si Orion llega a ver la luz, podría marcar un antes y un después en la oferta de OpenAI, y posiblemente en el mundo de la inteligencia artificial en general. Algunas teorías indican que este modelo podría estar orientado a un público empresarial, con funciones personalizables para industrias específicas y una capacidad de procesamiento más avanzada. Esto significaría una diversificación de la oferta de OpenAI, sin necesariamente desplazar a ChatGPT, sino ofreciendo una alternativa más robusta para ciertos usos.

La apuesta de OpenAI por un modelo superior también podría estar relacionada con el creciente interés de otras empresas tecnológicas en desarrollar sus propias IA avanzadas. Compañías como Google y Microsoft ya están en una carrera por liderar el sector de la IA, y OpenAI sabe que mantenerse en la cima no será fácil. Si bien Orion aún no está confirmado oficialmente, su mera mención ha generado expectativas sobre cómo podría redefinir el mercado y la tecnología detrás de los modelos generativos de IA.

La industria de la inteligencia artificial se encuentra en un punto álgido, y los consumidores y empresas quieren saber hacia dónde va la tecnología. Con el impacto de la inflación y las crecientes preocupaciones sobre la regulación y la ética de la IA, cualquier novedad en el sector tiende a generar amplias reacciones. La expectativa en torno a Orion es muestra de ello, aunque también pone de relieve el dilema de OpenAI: innovar para no quedarse atrás, sin perder de vista el equilibrio entre expectativas y realidad.

Para los usuarios de ChatGPT, la aclaración de Altman debería ser un respiro. Sin embargo, la ola de rumores sugiere una lección clara para OpenAI y otros gigantes de la tecnología: en una era de noticias en tiempo real y redes sociales hiperactivas, la falta de transparencia y las filtraciones pueden generar confusión y ansiedad. La empresa, entonces, podría beneficiarse de una comunicación más clara y anticipada sobre sus planes de futuro, especialmente en torno a un posible modelo como Orion, que ha captado la atención de miles de usuarios en todo el mundo.

Con o sin Orion, lo cierto es que OpenAI y su CEO, Sam Altman, tienen en sus manos la responsabilidad de guiar a la inteligencia artificial hacia un futuro sostenible y accesible para todos. Mientras tanto, los usuarios de ChatGPT pueden respirar aliviados: su asistente virtual sigue aquí, y el equipo de OpenAI trabaja para mejorarlo, no para reemplazarlo.

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